39. Los nuevos amores perduran mejor que el vino
El frío de la ventana abierta del balcón me hace despertar.
El cuerpo me duele con tanto vigor que puedo jurar que siento la sangre viajar por mis venas.
La garganta me arde como si hubiese gritado en un concierto de One Direction, claro, cuando ellos aún eran una banda.
Me levanto con torpeza hasta el baño y el reflejo de mis ojeras me dicen que tuve el peor sueño del mundo. Se supone que dormir hace que uno reviva, pero fue todo lo contrario conmigo.
Una línea roja rodea mi cuello, la toco sin saber cómo me la pude haber hecho.
Quizás ayer el forjador lo hizo y ni tuve el tiempo suficiente de estar al pendiente de aquello porque estaba pensando en Wolfgang.
¡Wolfgang!
Salgo de la habitación casi derrapando cuando choco contra el pecho de Xander que me mira con una ceja enarcada.
—¿Todo bien? —pregunta con voz gruesa, una somnolienta.
Un picor me pasa por la espina dorsal, una sensación de ansiedad. Me raspo la garganta sintiendo arena que pasa cuando trago.
—¿Qué te pasó? —Dejo de tocarme y desvío la mirada hacia el piso—. Elena, ¿está todo bien?
—Si. Solo tengo un poco de dolor de cabeza.
Frunce la boca sin creerme.
Eleva la mano y la pasa por mi cabello, deja unos mechones detrás de mi oreja y el toque me hace cerrar los ojos.
Su aroma a cítrico no es tan intenso como antes porque el olor de los jabones del hotel lo cubren, pero sigue ahí. Lo huelo.
—Voy a ver a Wolfgang…
—Está con Akseli —deja los ojos en blanco mientras que yo siento un escalofrío—, le está enseñando a como tomar sangre sin matar.
—¿Está bebiendo de una persona? —exclamo consternada, aunque horas antes él estaba haciendo lo mismo conmigo.
—En realidad es de un conejo que encontró en el camino. Es mejor eso a que seas… sea una persona. A que sea una persona.
Aprieto su brazo entendiendo lo que dijo y paso por su lado hacia la puerta de la izquierda, porque no me gusta que esté ahí solo con Akseli.
Tuve un sueño con él en el que todo se iba de picado y lo único que podía sentir era lo que Akseli quería que sintiera.
—Elena —me detengo dos pasos adelante y volteo para ver cómo pasa la mano por el cabello azabache—. Solo… Sé prudente con Wolfgang. Ahora más que nunca.
—¿Crees que me va a matar? —Suena a una pregunta, pero es más una afirmación.
Los ojos dorados resplandecen porque eso es lo que dice entre líneas y no me agrada que piense que Wolfgang haría algo así.
—Estamos hablando de Wolfgang, él jamás nos haría nada. Él hace bromas y ahora mismo está comiendo conejitos.
Xander exhala colocando las manos en la cintura, no está convencido, como si el hecho de que Wolfgang es vampiro fuera a desequilibrar todo el entorno.
Nuestra amistad, su amistad.
—No me preocupo por mí. Temo por ti.
Niego la cabeza.
—No tiene nada de qué preocuparte, yo soy una guardiana o tengo algo de eso o lo que sea. Puedo defenderme.
Asiente, pero se acerca a mi lado y va directo a la puerta donde está Wolfgang.
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El club antidisturbios ✔
VampireNo puedes correr todo el tiempo. No puedes ocultarte muy seguido. No puedes evitar que las pesadillas se vuelvan realidad. Es simple, no puedes luchar contra lo inevitable: el fin. En la academia Riott existen secretos que han sido guardados dur...