32. El castillo en ruinas, ella en ruinas
Ni siquiera veo venir el apocalipsis, se supone que los monstruos viven bajo la cama, escondidos. Solo que ahora, estoy rodeada de ellos, como un carnaval de disfraces.
—Y ahora me toca matarlos antes de que esparzan sus enfermedades asquerosas —Akseli pasa la mano por el cabello y lo deja hacia un lado—, con tu permiso Ángel.
Los cuerpos de los que eran miembros del club de los Dragones Rojos y los que estudiaban aquí, salen, caminando con normalidad, como si se trataran de zombies.
Esto es demasiado, ¿cuántas clases de monstruos habitan entre nosotros?
—¿A dónde cree que va? —refuta Xander. Toma su pistola y apunta hacia la espalda de Akseli.
—Si fuera tú, no haría eso, humano —responde sin ver hacia nosotros. La última palabra le sale como si fuera un insulto—. Voy a salvar sus cortas vidas para que algo más los maté después.
—¿Eso fue un insulto? —susurra Wolfgang saliendo de su ensoñación.
Xander se adelanta, arrastrando a Wolfgang y los otros miembros. Vernon se queda a mi lado, callado, viéndome de costado.
—¿En qué usaste el deseo? —Encuentro su mirada, el mismo color de ojos que tengo—. Oh, papá.
Akseli mira hacia un lado donde Wolfgang se alista con un cuchillo, listo para atacar.
Las personas caminan despacio, soltando un líquido azul casi negro, tan espeso que resbala lento por sus bocas. Sus rostros ya no tienen algunas partes de piel, como si la lepra los hubiera atacado.
—Esas cosas son lentas, pero fuertes. —Akseli sin problema les arranca la cabeza a dos, al mismo tiempo.
Xander les dispara en la cabeza haciendo que caigan al piso, pero se vuelven a levantar como si solo hubiesen caído en una colchoneta.
—¡Deben quitarles la cabeza! —Uno de los miembros grita cuando una de esas cosas le masca en el brazo—. Ups, si, cierto. Muerden y ese veneno los mata. —Wolfgang queda viendo a Akseli con rabia—. Olvidé mencionarlo.
Wolfgang acuchilla a una de los zombies por el cuello y Xander se encarga de arrancar la cabeza de los que deja herido su amigo.
Mis pies dejan de funcionar, dejando que el sonido de la pelea se pierda a lo lejos y me quedo sentada en el suelo, viendo el cuerpo de mis amigas, sus pechos ya no suben ni bajan. Ya no hacen nada.
Y yo no puedo hacer nada para traerlas de regreso.
Tengo una pesadez en el pecho que no me deja respirar con normalidad, no entiendo cómo todo pudo irse tan a la mierda. No entiendo cómo sucedió esto.
Vernon sujeta mis hombros, me pone de pie y me arrastra a uno de los autos.
—Vas a estar bien. Quédate aquí. —Cierra la puerta de un portazo y se va corriendo, llevando consigo una mochila llena de armas.
Escucho los gritos de algunos miembros y me cubro las orejas, me tapo el rostro entre las piernas. Ya no quiero seguir estando aquí, ya no puedo.
Un golpe en la ventana me hace saltar y la puerta se abre sin aviso.
—Acabas de arruinar un plan perfecto. —Allium suspira viendo mis lágrimas—. ¿Puedes dejar de chillar un segundo? Hay cosas más importantes sucediendo.
—¡Déjame llorar en paz! ¡Mis amigas murieron frente a mi rostro!
Me empuja más lejos y se sienta en el lugar donde estaba.
ESTÁS LEYENDO
El club antidisturbios ✔
VampiroNo puedes correr todo el tiempo. No puedes ocultarte muy seguido. No puedes evitar que las pesadillas se vuelvan realidad. Es simple, no puedes luchar contra lo inevitable: el fin. En la academia Riott existen secretos que han sido guardados dur...