6. Fantasía ociosa

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6. Fantasia ociosa

El vestido que Lily me prestó, se ajusta demasiado en la cintura y eso me hace dudar de dejar de comer pastel todas las tardes, pero después lo pienso mejor y se me pasa. 

Merezco un nuevo pedazo de pastel para alegrar mi día.

La mesa donde estamos sentadas esperando que una de mis amigas sea nombrada, está en el centro de la sala de eventos. 

¡Tienen una sala para hacer este tipo de cosas! 

Y aunque eso debería alarmarme, lo que me angustia más es no ver a Vernon entre los del club que están presentes. 

Xander y Wolfgang son los organizadores del evento que parecen resplandecer con sus sonrisas brillantes y falsas. 

Otros tres chicos del club están junto a ellos, pero ninguno es mi hermano. 

—Nuestra siguiente candidata es —Wolfgang saca un papel del recipiente de vidrio— Efy Villeneuve.

Una luz se cierne sobre mi amiga. Aplaudo junto a las demás hasta que el cabello negro de Efy se aleja hasta la tarima donde se queda a lado de Xander sonriendo porque la subasta por una cita con ella va a comenzar. 

—¿Quién da la primera oferta? —Wolfgang hace dar una vuelta a Efy sobre sí misma. 

Las voces gritando números al azar se pierden a un lado cuando veo a mi hermano ingresar al lugar. 

Se abre paso entre los chicos que se han quedado sin puesto donde sentarse y camina hasta quedar a un lado de los otros del club. 

Me muevo en la mesa alzando la mano para que me vea, pero está enfocado en los nombres de la lista. 

—¡Vendida! Por 5030 dólares. —Wolfgang sacude la hoja que tiene en la mano—. Señoritas si que sale caro tener una cita con ustedes. 

Se escuchan risas aunque no me provoca nada de gracia. Nara es la siguiente en pasar con la luz potente sobre ella, como si le guiara el camino para que no se pierda hasta llegar a la tarima. 

Vernon le dice algo a Xander y este solo asiente, mi hermano se baja de la tarima, caminando junto a la pared y aprovecho para irme hacia él sin hacer que nadie se fije en mis movimientos. 

Lo sujeto del brazo antes de que vuelva a desaparecer y me ve con el ceño fruncido. 

—¿Elena? ¿Qué haces aquí?

—Mis amigas están en la lista —le respondo en voz baja. Lo arrastro hasta la esquina menos concurrida y lo sujeto de la corbata para que se quede a mi nivel—. ¿Existen las becas por talento musical? —pregunto sin rodeos, porque ya conozco la respuesta de eso. 

Se suelta de mi agarre, arreglando la camisa blanca. 

—¿Por qué la pregunta? Sabes que sí existe, tienes una beca de eso. 

Suena convincente y hasta podría creerlo si no estuviera moviendo las manos entre sí. 

Ese tic que no puede dejar de lado cuando miente.

—Si eso fuera verdad, ¿por qué Xander Hunt está pagando mis estudios? —Abre los ojos impactado—. ¿También paga los tuyos? ¿Mamá sabe esto y me lo ocultaron? 

—¿Quién te dijo…? ¿Quién fue…? —aclara la garganta limpiándose las perlas de sudor de la frente—. Elena no sabes lo que dices. 

—¿Qué no sé? ¿Qué me mentiste? ¿Por qué el secreto? —Cruzo los manos sin dejarle paso a que se escape, no ahora cuando por fin lo encuentro—. ¿Y en dónde está tu celular? Te he estado llamando sin cesar. 

El club antidisturbios ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora