El teléfono móvil de Izuku comenzó a sonar a las seis de la tarde del día siguiente. Uraraka tenía la costumbre de llamarlo una vez a la semana para charlar y ponerse al día. Decía que no le gustaba perder el contacto con sus seres queridos o de otra manera podrían alejarse el uno del otro. Izuku se sentía fatal por no ser él el que cogiera el teléfono y la llamara de vez en cuando. Se había acomodado en su papel de receptor sabiendo que su mejor amiga llamaría de vez en cuando. A ella no le importaba, pero él se sentía como un mal amigo.
Cogió el teléfono y subió a su habitación para contestar a la llamada. La cara de Ochako salió sonriente en la pantalla.
—¡Hola, Deku-kun! ¿Cómo estás?
—Hola, Uraraka-san. Estoy muy bien. ¿Ya has salido de trabajar?
—Sí, hoy solo tenía turno de mañana. ¿Y tú?
Deku se mordió los labios con nerviosismo. Todavía no le había contado a Ochako todo lo que había ocurrido en esas últimas semanas. No había querido preocuparla con amenazas de Arata.
—Yo también terminé hace rato.
En realidad, no estaba mintiendo. Durante toda la mañana había estado trabajando con el ordenador que le habían dado sus superiores. Tanto, que ni siquiera había tenido la oportunidad de cruzar unas palabras con Kacchan.
Uraraka suspiró y mostró una sonrisa de alivio.
—Ya pareces más contento —le dijo—. Últimamente, cada vez que te llamaba tenía la sensación de que estabas triste. No quise preguntarte para no hacerte sentir peor.
Izuku sintió un pinchazo en el corazón. A pesar de que había intentado ocultarle su estado de ánimo y sus circunstancias, Ochako se había dado cuenta de que algo andaba mal y aun así no había querido presionarlo para que le contara nada. Se sintió peor por haberle estado ocultando cosas a su mejor amiga.
—Estoy bien, Uraraka-san. De verdad que no tienes por qué preocuparte.
—No parecías tú mismo. Ya sabes que puedes contarme lo que sea. Quizás te haga sentir mejor.
—Pues... verás...
En ese momento, la voz de Katsuki se oyó desde la escalera.
—¡Oi, Deku! ¿Qué vas a querer para cenar?
—¿Quién ese ese, Deku-kun? —preguntó Ochako, extrañada.
Izuku no sabía a quién responder primero. Se dirigió hacia la puerta de la habitación mientras intentaba explicarse con Ochako.
—Pues... eso es lo que quería contarte...
—¡DEKU!
—¡Cualquier cosa estará bien, Kacchan! —respondió, entreabriendo la puerta y volviendo a cerrarla.
—¿Kacchan? —volvió a preguntar Ochako.
—Es una larga historia —la advirtió el héroe.
—Tengo tiempo.
De esa manera, Izuku le contó todo lo que había ocurrido: la persistente sensación de que Katsuki y él ya se conocían, las amenazas repentinas de uno de los mayores mafiosos de Japón, los recuerdos que iban surgiendo en la mente de ambos y finalmente, su plan de convivir unos días para poder conocerse e intentar recordar algo más sobre el pasado de Katsuki antes de ponerse a investigar.
A medida que avanzaba en los sucesos, el rostro de Ochako parecía más y más preocupado, justo lo que Izuku había querido evitar.
—No sé qué decirte, Deku-kun. Me preocupa que te puedas estar metiendo en un problema muy grande.
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El hilo rojo (Bakudeku)
FanfictionBakugo Katsuki es el criminal más temido y a la vez escurridizo de Shinjuku. Trabaja bajo las órdenes de Arata, el yakuza más poderoso de todo Japón. Hasta el momento, ningún héroe ha sido capaz de vencerlo y atraparlo. Cuando Deku, un héroe profesi...