CAPÍTULO 15: EL PACTO
—El jefe quiere verte.
Katsuki tuvo un mal presentimiento. Había entrado por la ventana de la habitación para no levantar sospechas después de pasar la noche con Izuku, y aun así, tan pronto como había llegado al hotel, unos golpes habían resonado en su puerta y uno de los hombres de confianza de Arata le había dado aquel mensaje. Lo que quería decir que lo habían estado esperando. Sabían que no se encontraba en el hotel y habían estado atentos a su llegada.
Caminó tras el hombre que había ido a buscarlo. Era un cuarentón de pelo engominado que solía ver cerca de Arata. Por su cabello rubio y sus ojos azules podía asegurar que era extranjero. No recordaba su nombre, pero en esos momentos poco importaba. Tenía un nudo en el estómago. Algo le decir que iba hacia la boca del lobo.
El extranjero llamó a la puerta y Arata les dio permiso para pasar. Como siempre, se encontraba junto a su escritorio. Un puro humeaba en el cenicero. Con una mano, atendía una llamada en el teléfono y con la otra bebía de una copa de licor. El hielo tintineó en el cristal cuando dejó el vaso vacío encima de la mesa. Katsuki se sintió asqueado de solo pensar en beber alcohol a esas horas de la mañana.
Con un movimiento de mano, le indicó a Katsuki que se acercara y tomara asiento. El extranjero se quedó a unos pasos por detrás de él, por lo que el rubio se sintió doblemente tenso. Arata colgó el teléfono y tomó una calada de su puro.
—Buenos días, Katsuki.
El chico gruñó. Odiaba que lo llamara por su nombre con ese tono paternal. Le resultaba repulsivo.
—¿Has dormido bien? —le preguntó.
Katsuki entrecerró los ojos. Era una pregunta trampa.
—Sí —masculló.
Arata clavó sus ojos en él.
—¿Dónde has pasado la noche, Katsuki? —Esta vez fue más directo.
—He estado con un chico —admitió—. ¿Algún problema con eso?
—Oh, por supuesto que no. Eres joven y tienes derecho a divertirte. El problema no es lo que haces, sino con quién lo haces.
Katsuki apretó los puños e intentó mantener cara de póker cuando el corazón le dio un vuelco.
—¿Vas a controlar ahora con quién me acuesto? —preguntó, intentando mantener una postura altiva.
Arata mostró una sonrisa felina.
—No hagas como que no sabes de lo que te estoy hablando, Katsuki.
—Es que no sé de lo que estás hablando.
—Miente —sonó la voz afilada del extranjero a su espalda.
Katsuki lo fulminó con la mirada.
—Oh, sí, permíteme que te presente formalmente a mi mano derecha —dijo Arata, señalando al hombre—. Su nombre es Thomas Hill y tiene el don de captar las mentiras que dicen los demás solo con escuchar su tono de voz y la vibración de sus cuerdas vocales. Cada vez que mientas, el señor Hill lo sabrá. Así que... ahora que tenemos las cartas sobre la mesa, supongo que podemos hablar con sinceridad y sin rodeos, ¿no te parece?
Katsuki ya no podía aguantar más la compostura.
—Tch, ¿tú quieres sinceridad? ¿Precisamente tú, que nos borraste la memoria a mis amigos y a mí, nos secuestraste y nos alejaste de nuestras familias? ¿Tú quieres sinceridad? Pues bien, aquí la tienes: eres un maldito hijo de puta.
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El hilo rojo (Bakudeku)
FanfictionBakugo Katsuki es el criminal más temido y a la vez escurridizo de Shinjuku. Trabaja bajo las órdenes de Arata, el yakuza más poderoso de todo Japón. Hasta el momento, ningún héroe ha sido capaz de vencerlo y atraparlo. Cuando Deku, un héroe profesi...