Volver a pasar por el corazón

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CAPÍTULO 19: VOLVER A PASAR POR EL CORAZÓN

Estaba todo preparado. Decenas de héroes se arremolinaban alrededor del hotel de cinco estrellas donde Arata mantenía a todo su personal. A esas alturas, ya debían de saber que estaban allí. Izuku se sintió orgulloso de que toda la clase 1-A hubiera acudido a su llamada de ayuda. Todos, sin excepción, habían pedido permiso en sus agencias para contribuir en la misión y, a su vez, habían traído compañeros que aumentaban el número de héroes.

All Might había querido dirigir la misión para ayudar a sus antiguos alumnos y los guiaba a través de micrófonos transmisores desde una oficina de seguridad llena de pantallas que trasmitían la posición de cada uno de ellos y altavoces con los que poder comunicarse.

El plan era sencillo: se dividirían por grupos que se dirigiría a las distintas plantas del hotel para neutralizar a todo el que se encontrara dentro. Deku y Dynamight se encargarían de Arata. Con él irían Shoto y Red Riot para abrirles el camino hasta el jefe, cuya oficina se encontraba en la novena planta del edificio.

All Might dio la señal y todos corrieron a sus posiciones. Deku y Dynamight se tomaron un momento de la mano y se besaron antes de que Izuku se pusiera su capucha y su protector metálico en la boca. Estaban decididos a luchar para vencer.

—Vamos —dijo Deku, impulsándose hacia la novena planta con el One for all.

Dynamight lo siguió de cerca impulsándose con explosiones, y Shoto elevó a Red Riot consigo con una columna de hielo. Destrozaron el cristal de una de las ventanas y se introdujeron en el edificio por ella. No habían pasado ni dos minutos cuando empezaron a salirles al paso varios villanos. Red Riot y Shoto actuaban de escudos con su fortaleza y sus barreras de hielo, mientras Deku y Dynamight cargaban con la parte ofensiva de la operación. Los estruendos de sus explosiones y los impactos del One for all atraían a más y más criminales que salían de las habitaciones preparados para atacar.

Deku tomó impulso y le propinó una patada al último de los criminales antes de que Dynamight pudiera acceder a la oficina de Arata, pero allí no había nadie.

—Hubiera sido demasiado obvio que se encontrara ahí, ¿no? —dijo Shoto.

Por boca de uno de sus secuaces, se enteraron de que Arata se encontraba en ese momento en el sótano con uno de los científicos ultimando los preparativos de su máquina para borrar la memoria de forma permanente.

—¿En el sótano? —repitió Red Riot—. ¿Vamos a tener que bajar?

—Eso parece —dijo Deku, mientras Dynamight dejaba fuera de combate al hombre que les había dado la información.

Informaron a All Might de la eventualidad. Aquello les haría perder mucho más tiempo del deseado. Preguntaron si debían volver a salir al exterior, pero All Might les explicó que fuera del edificio también se había iniciado una batalla con miembros de la banda de Arata y que sería más seguro si accedían al sótano sin salir del edificio. Al fin y al cabo, había héroes distribuidos en cada planta luchando.

Red Riot miró instintivamente hacia el ascensor.

—Mala idea —dijo Shoto, adivinando sus intenciones—. Si se estropea o si alguien destruye los mecanismos en mitad de la lucha y nos quedamos encerrados, perderemos mucho más tiempo.

—Nos toca bajar escaleras —dijo Dynamight, liderando el camino.

Al bajar al octavo piso, una humareda les nubló la visión. Se escuchaban golpes y gritos. Era imposible saber quién iba ganando. Deku hizo de tripas corazón. Sabía que en esa planta se encontraban Uravity, Ingenium y Froppy. Esperaba que se encontraran bien.

El hilo rojo (Bakudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora