9. En guardia

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   A las 6 en punto de la mañana, como siempre, subió a desayunar con Tsunade.

- Tengo algo para ti - le dijo ella.

   Sacó una bolsa y se la entregó. Rina la abrió y vió 5 cajitas de madera, que desprendían un aroma delicioso.

- ¿Comida?

- Es el almuerzo. Uno para cada uno de tu equipo. Ya sabes, panza llena, corazón contento - le guiñó un ojo - Así tal vez conquistes al chico Hyuga.

- Ya quisiera - repuso ella con un bufido - No creo que el jamás se enamore de mí.

- ¿Por qué tan negativa? - inquirió la rubia.

   Rina se encogió de hombros.

- No creo ser su tipo... - explicó, triste - Además, sigue desconfiando de mí a pesar de que le dije varias cosas - La Hokage la miró alarmada - Tranquila, Tsunade sama, no le conté nada sobre nuestro secreto.

   De una cajita que reposaba en el escritorio, comenzó a sacar banditas y se las colocó en sus manos, en partes donde tenía pequeñas heridas del entrenamiento.

   Consiguió una cajita más y allí dentro puso varias cosas pequeñas, armando un botiquín de primeros auxilios.

- Para ayudarlos cuando estén heridos - dijo, contenta.

🌸

- ¡Ya lleguéee! - se anunció, alegre. Todos la saludaron, algunos con más entusiasmo que otros.

- ¡Rina, te estaba esperando para entrenar! - le dijo Tenten.

- Y miren lo que tengo - les mostró su cajita de primeros auxilios - ¡Tarán!

   Neji se rió con sorna al verla. Ella frunció el ceño y se acercó a él.

- Entonces serás el primero - dictaminó - Dame tus manos.

   El Hyuga alzó una ceja.

- ¿Qué quieres?

- Dame tus manos, por favor.

- No.

- Al parecer te encanta esa palabra - ella rodó sus ojos - Pero yo no me rindo.

   Con cuidado tomó sus manos y de la manera más dulce y maternal comenzó a pasar un pequeño algodón con antiséptico por sus nudillos heridos y algunos raspones en su mano. Sopló con suavidad para que no le ardiera el alcohol.

   Al terminar, colocó algunas banditas con delicadeza. Se agarró disimuladamente la cabeza por el dolor que le causaba el tocarlo.

   Él no se resistió, simplemente no hizo nada.

- Listo - le sonrió - ¿Ves? No era tan malo.

- ¿Ahora eres enfermera? - le sonrió, burlón. Ella suspiró.

- Quizás.

   "Si fuera el Neji de 13 años, ya me hubiera mandado a volar" se dijo para sus adentros. "Menos mal que no notó que mis manos temblaban. Malditos nervios".

  
   "Tiene mal pulso" pensó Neji, notando claramente el temblor de Rina.

   Ella se fue acercando a cada uno a curar sus manos, como una pequeña ambulancia humana.

INSERTED || Neji Hyuga ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora