14. Campo de dientes de león

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Dos jounin se arrodillaban frente al hombre que los manejaba desde las sombras.

- No pudimos averiguar nada más, Danzo sama.

Danzo cerró sus ojos, pensativo.

- Sigan averiguando - ordenó - Esa chica no pudo salir de la nada.

Los ninjas asintieron una sola vez y desaparecieron rápidamente de allí.

Tsunade era demasiado estúpida, pensaba. ¿Creía que no iba a sospechar, siendo que era tan obvia?
Esa niña pelirroja no era su sobrina, porque Tsunade no tenía hermanos.

Primos, tal vez. Pero no creía que fuera realmente su sobrina.

Y si lo era, ¿Por qué tanto misterio?

¿Por qué siempre se encerraban para hablar a solas, excluyendo incluso a su asistente de confianza, Shizune?

   A él no lo tomarían por tonto.

   Investigaría hasta lo último de esa tal Rina Senju.



🌸



- Por favor, por favor, acompáñenme - les rogó, totalmente desorientada - Es lejos, no hay forma de que yo llegue allí sin perderme.

- ¿Y? - inquirió Kotetsu, uno de los guardias de Konoha.

- Que si me pierdo voy a terminar llegando a la madrugada - replicó Rina.

- Pero debemos vigilar la entrada - se excusó Izumo.

- Yo misma le diré a mi tía que no les diga nada, incluso le diré que les paguen más.

   Se miraron entre ellos, interesados en la propuesta.

- Además yo ya le dije a ella que ustedes me acompañarían - mintió - Y dijo que sí, que debían ayudarme a llegar a la casa del jefe de los Nara.

- Pues en ese caso... Está bien, iremos contigo - terminó respondiendo Izumo. Kotetsu suspiró y se pusieron en marcha para llevarla. Ella ese día había salido antes de su entrenamiento.

   Luego de caminar bastante, llegaron.

   Era una casa simple pero pintoresca, ni muy grande ni muy pequeña.

   Shikamaru estaba en la entrada, recostado apoyando su cabeza en sus brazos y con sus ojos cerrados.

- ¿Buena siesta? - se anunció Rina, a lo que él abrió sus ojos suavemente y sonrió un poco.

- Te estaba esperando, pero me aburrí.

- Parece que llegué un poquito tarde - reconoció - Es que lo bueno se hace esperar - bromeó. Él le respondió con una sonrisita burlona.

Se sentó en el suelo con una mesa que tenía un tablero en frente, y la invitó a sentarse también.

- Nunca jugué a algo parecido a esto - confesó ella, preocupada.

- No pasa nada. Te voy a enseñar el Shogi y con práctica podrás jugarlo bien.

- Ojalá... No se me dan bien los juegos de estrategia - se lamentó con una mueca.

- Tienes suerte de tenerme de profesor.

- ¿Realmente es suerte? - le preguntó con sorna y se rió un poco.

   Se sentó frente a él y miró el tablero con las piezas un poco confusa.

- Son demasiadas fichas.

INSERTED || Neji Hyuga ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora