22. Píramo y Tisbe

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Bajo la luz de un sol que recién sale, aquel con cabellos negros como la noche observa desde la punta de una colina.

Su objetivo duerme plácidamente, se la puede ver desde la rendija de una ventana un poco abierta, soñando en paz con mechones rojos sobre su cara.

"¿Quién eres?..."

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- Vamos, Rina, no lo pienses sólo di que sí.

- Pero Naruto, no puedo - se lamentó la pelirroja mientras olía las flores que le acababa de traer Shikamaru al hospital - ¿Por qué no se lo pides a él? - y lo señaló al Nara.

- Porque Tsunade sama no me dejará, tengo que encargarme de los exámenes chunin. Y no quiero ver a la quinta Hokage enojada, es peor que mi señora madre.

- Pues mi señora tía tampoco me dejará a mí - le explicó a Naruto con un mohín - Debo quedarme unos días en el hospital para hacer un tratamiento y curarme.

Hace unos días Rina le había contado a Tsunade sobre la información que Sasori nunca llegó a darle a Sakura:

"Al mediodía en 10 días dirígete al puente Tenchi en la Aldea oculta entre la Hierba. Allí estará mi espía que trabaja con Orochimaru."

Sabía que ahora Naruto se enfocaría en buscar a Sasuke y traerlo de vuelta.

- Además, de seguro mi tía te encontrará un nuevo compañero - le aseguró ella al Uzumaki. Sabía que en breve aparecería Sai.

- Está bien, está bien - bufó Naruto con cara fastidiada - Qué malos amigos son - les recriminó con el ceño fruncido.

- Vamos, Naruto, no te pongas así - le pidió Shikamaru - Realmente no podemos. ¿Por qué no le pides a alguien de otro equipo?

- Yo digo que hables con mi tía - le aconsejó la pelirroja.

- ¿Y tú, Diluc? - lo miró el Uzumaki con ojos de perrito - ¿Te unirías por esta vez a mi equipo para una misión?

- No - le respondió en seco - Yo debo cuidar a Rina.

Naruto puso cara de pocos amigos, rindiéndose.

Shikamaru se rascó la nuca y se rió un poco nervioso.

Rina se acomodó algunos mechones de cabello rojos que estaban algo despeinados y se miró en un pequeño espejo de bolsillo que sostenía en su mano.

- Te ves bastante bien para estar en el hospital - le dijo el Nara y ella se sonrojó un poquito.

- Gracias - le respondió tímida.

Tsunade entró de repente por la puerta.

- ¡Ya terminaron las visitas, salgan! - los corrió - Debo atender a Rina así que despídanse.

- ¡¡¡Abuela, no encuentro a nadie aún para que se una a mi equipo!!! - le reclamó el Uzumaki.

- Después hablamos de eso - le replicó, tajante - Ahora vete.

El rubio salió escupiendo fuego por la boca y Shikamaru se acercó a la pelirroja antes de irse.

- Te visitaré de nuevo - le sonrió - Espero que te mejores.

- Gracias, Shikamaru. Espero verte pronto.

Y salió con Naruto de la habitación del hospital.

Diluc miró a la puerta y luego a Rina.

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