28. El rey, la reina, el peón y la pieza sacrificada

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Los días pasaban y Neji no aparecía. Se había encerrado y no dejaba que nadie lo viera.

Rina entendía aquello. Necesitaba un tiempo para estar a solas y hacer el duelo por su madre. Y merecía tener todo el tiempo que necesitara.

En medio de aquella semana había visitado al clan Hyuga, claro, mientras Hiashi no estuviera cerca. Un anciano Hyuga amable la había dejado pasar y cuando entró, dejó una caja de comida frente a la puerta de Neji.

"Come. Debes mantenerte sano" decía la tarjeta junto al paquete. Ojalá Neji lo recibiera.

- Espero que el joven Neji acepte su comida - le habló el anciano amable. Rina le dedicó una sonrisa.

- Gracias de nuevo por dejarme pasar.

- No muchos amigos de Neji vienen por acá. Creo que es bueno que se preocupen por él.

Miró al anciano, estaba sonriente, tenía unas cejas largas y cabello muy largo también. Parecía buena persona.

De repente estaba cubierto en sangre y tenía una sonrisa macabra y ojos negros.

Rina parpadeó, confundida y asustada.

Al segundo, el anciano estaba igual que siempre, sin sangre ni nada.

¿Estaba alucinando?

- Creo que debo irme...

- Espero que vuelvas pronto - la saludó el anciano y se fue de allí.

Mientras iba caminando, pasó al lado de una panadería. El aroma a pan recién horneado la cautivó, ya que su olfato ahora era más sensible.

Se acercó al local y miró adentro desde la vidriera.

Habían todo tipo de postres deliciosos que le hacían agua la boca.

Mientras miraba, notó su reflejo en el vidrio, pero había algo extraño.

Su reflejo la miraba fijamente con una sonrisa cruel, haciendo que su garganta se estremeciera.

"¿Ésta soy yo?"

Dió media vuelta y se fue a casa.

Esa noche tuvo pesadillas, como casi todas las noches.

- Rina, ¿Estás bien? - la despertó Diluc a la madrugada - Se te veía muy mal.

Diluc la miraba preocupado. Por un segundo lo visualizó tirado en el suelo, cubierto en sangre y muchas heridas. Sintió el impulso de hacerle daño.

Sacudió su cabeza y parpadeó fuerte.

No.

No lastimaría a Diluc. Ya no lastimaría a nadie.

Todos los días eran pequeños fragmentos delirantes de algo oscuro y macabro. Sentía que se estaba volviendo loca.

A veces se imaginaba asesinando a cualquiera que estuviera a su lado. A veces sentía el latir de un corazón y tenía el impulso de arrancarlo.

INSERTED || Neji Hyuga ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora