6
Fosa común
Eran las seis de la tarde cuando por fin el sol comenzó a descender y la luna a aparecer, yo no era muy fan de la noche, me sentía más identificada con el sol, pero cuando la noche llegaba era el único momento en el que podía salir, porque no había mucha gente afuera y, por lo tanto, no había muchas posibilidades de ser atrapada.
La biblioteca estaba a apenas veinte minutos a pie de la iglesia, sólo habría hasta las ocho de la noche, así que, tenía una hora y media para buscar la información que necesitaba.
Tomé el enorme pañuelo negro que Aiden me trajo de la última vez que salieron por provisiones y me coloqué alrededor de la cabeza, cubriendo mi cabello y el resto se mi rostro casi por completo, dejando a la vista mis ojos.
—Tal vez esto no sea tan buena idea —habla Kylo, con los brazos cruzados y la mirada llena de preocupación.
—Necesito hacer esto —respondo, segura— Aiden y tú tenían razón, tal vez esa carta y mi fecha de nacimiento tienen algo que ver con quien soy.
Me acuclillo para amarrar las agujetas de mis botas.
Kylo traga saliva.
—Pero ¿y si te descubren? ¿Y si un oficial te ve y te atrapa?
Me levanto de nuevo.
—¿Se te olvida que puedo lanzarle una bola de luz a la cara? —me rio— además, esta fue tu idea.
—Cierto —me apoya Aiden, quien esta recostado sobre su hombro en una pared de la habitación— ¿por qué te echas para atrás ahora?
—Porque esto puede ser peligroso... El que salgas sin nosotros.
—Tú fuiste el que lo propuso en primer lugar, hermano.
Kylo se voltea hacia Aiden.
—¡Fue la emoción del momento!
Me rio de nuevo.
—Sé cuidarme sola. No hay de qué preocuparse.
Ya estaba lista, tenía el pañuelo bien puesto sobre toda mi cabeza y sobre la mayor parte de mi rostro, solo se veían mis ojos, los cuales eran inconfundibles, pero, algo era algo. Al menos no se veía el resto de mi cara.
No iba a echarme para atrás, debía averiguar la verdad, y tal vez las respuestas estaban en esa biblioteca.
—Estoy lista —les digo.
Y de inmediato, Kylo me abraza.
—Ten cuidado —me susurra.
—Voy a estar bien.
Se separa de mí, y Aiden me abraza también.
—Te esperaremos aquí, Solecito.
Sonrío. Nos separamos y los miro a ambos. Aiden pone las manos en los bolsillos de sus vaqueros y me sonríe, formando una fina línea en sus labios. Ambos estaban preocupados, pero yo debía hacer esto.
—Estaré bien, chicos. Los quiero.
—Y nosotros a ti, Solecito.
Y dicho esto, salgo de la habitación y ambos me siguen. Cruzamos la iglesia juntos y abro el portón. Entonces, antes de salir, Kylo toma mi mano.
—Cuídate, Golden.
Asiento. Y finalmente, me voy, cerrando el portón a mis espaldas.
Era la primera vez que salía sola, la primera vez en tres años y medio, siempre había salido con los gemelos, o al menos con uno de ellos, pero nunca había salido sola. Entonces, respiro hondo y empiezo a caminar rápidamente, con la mirada en el pavimento. No quería que nadie me viera, no quería llamar la atención, solo quería llegar a la biblioteca. Y con el corazón en la boca, caminé tan rápido como pude. Pasando por entre la gente, asegurándome de no golpear a nadie, de no tocar a nadie.
ESTÁS LEYENDO
La hija del Sol (GOLDEN #1)
Teen FictionVeintiséis, Golden y Aurora. Esos son los nombres por los que se le conoce a la niña de ojos y cabello dorados como el oro, nacida el veintidós de junio de mil novecientos setenta y cinco. Una niña que fue abandonada a las afueras del orfanato Esqui...