Capitulo 38: ¡Mamá!

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Nos regresamos a casa luego de un día genial, he vuelto a ser feliz junto a mi familia, aunque eso ya haya acabado. Mi padre nos deja en la puerta de casa y él se marcha con Karla. Mi madre saca las llaves y la mete en la cerradura.

M- Recordá no decir nada enfrente de Peter...
J- Tranquila...
M- Bien...- sonríe.

Gira la llave y abre la puerta. Tanto ella como yo nos quedamos sorprendidas por verle acá. No debería estar aún acá, él tenía que llegar más tarde.

M- Peter...- dice nerviosa- pensé que regresabas más tarde...
P- ¿Dónde mierdas estaban?- grita.
M- Fuimos a hacer la compra...
P- ¿La compra?- repite irónico y mi madre asiente con la cabeza.

Peter viene hacia ella y le quita con brusquedad la mochila que ella carga, la abre y se encuentra con su teléfono. Lo saca.

M- Peter devuélveme mi teléfono...- le pide intentando quitárselo.
P- No tenés nada que ocultar ¿no?

Mi madre me mira nerviosa. De hecho, si tiene que ocultar, nos sacamos unas fotos hoy. Mierda.

J- Dame el teléfono de mi madre Peter...- me acerco a él e intento quitárselo.
P- Mirá...- sonríe mirando la pantalla del teléfono- no sabía que el super mercado quedaba en San Clemente del Tuyu...
M- Te lo puedo explicar...
P- Ni que necesitaban a Joaquín para comprar...- se cruza de brazos muy molesto.
M- Escucháme Peter...- ruega.
P- Claro decime...- lanza el teléfono contra el suelo.
J- ¿Qué hacés pelotudo?- grito empujándole.
M- Joana...- me agarra del brazo rápidamente y me aleja de él- vete a tu habitación o dar una vuelta dale...
J- No me iré a ningún lado mamá... estoy cansada de que siempre me mandás a irme y no me dejás decirle las cosas que merece...
M- Joana hacéme caso...
J- Que no mamá...- alzo la voz- que no, estoy cansada de este pelotudo...
M- Ya pero ¿sabés qué? Sos menor de edad y tenés que hacer lo que yo te diga...

Me agarra más fuerte del brazo y me lleva a mi habitación, abre la puerta, me obliga a entrar y la cierra.

M- Y no salgás hasta que yo te diga...- me ordena.

Le pego un puñetazo a la puerta y les escucho discutir otra vez. Otra vez cuando aún no han pasado tan siquiera veinticuatro horas desde la última. No merezco esto, no merezco vivir así, no quiero que mi madre viva así tampoco. Extraño cuando tenía a mi familia, cuando éramos felices, cuando no habían discusiones y todo era alegría, extraño cuando simplemente mi casa era un hogar, y no un sitio donde viven personas. Se escucha el portazo, agarro el picaporte de mi puerta y la abro. Veo el teléfono destrozado en el suelo y camino en dirección a la cocina en busca de mi madre. Me llama la atención unas gotas rojas en el suelo del salón.

J- ¿Sangre?

Mi corazón se dispara al comprobar que si que lo es. Corro con el corazón en la boca a la habitación de mi madre pero no está allí.

J- ¿Mamá?- grito.

No recibo respuesta y voy a la cocina. La veo de espaldas a mi, con su codo chorreando sangre y haciendo un charco en el suelo, le giro para mirarle a la cara.

J- ¡Mamá!- exclamo al ver su mano con sangre- ¿qué ha sucedido mamá?

Ella niega con la cabeza e intenta tragarse las lágrimas que permanecen en sus ojos. Retiro la mano de su rostro dejando al descubierto, su nariz ensangrentada y su labio roto. Mis ojos también se llena de lágrimas al verle.

J- ¿Qué te ha hecho mamá?- rompo a llorar.
M- No llorés hija...- retira las lágrimas de mis mejillas- yo estoy bien...
J- No, no lo estás...

Lloro más fuerte y es por miedo, por odio, por todos los sentimientos que me atacan al ver a mi madre así y al saber que él fue quien le hizo todo esto. Mi madre me abraza fuerte intentando calmarme pero no lo consigue, esto no puede estar pasando.

Lost my voice (Joana Bianchi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora