Capitulo 60: Ansiedad.

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La vida no es justa, dicen que si pero yo creo que no, Dios no es justo a veces, el destino no siempre juega a nuestro favor, otras veces te lanza cuchillos de desgracias que se encajan directamente en tu felicidad. Es todo mentira, a las personas buenas no le ocurren cosas buenas, el malo de la historia siempre se roba el protagonismo y acaba llevándose el trofeo del triunfo. Esta historia esta del revés, pero mi vida no lo está.
Han pasado tres días, mi cabeza podría estallar en cualquier momento, no he salido de acá en setenta y dos horas. No he comido nada tampoco más que agua del grifo de mi baño y algo del frigorífico en el tiempo en que la casa está completamente vacía, no tengo mucho apetito tampoco. Aunque mi madre ha insistido muchas veces para que salga, me he negado rotundamente y no le ha quedado de otra que no sea aceptarlo y dejarme en paz. No sé si estoy preparada para mirarle a la cara, como si fuese poco toda la tortura que estoy viviendo, siento dolor y ardor en la parte baja de mi abdomen desde ayer. Salgo de mi habitación luego de vestirme, me flaquean las piernas y siento que me falta el aire.

M- Hija...

Viene hacia mi al verme en el umbral de mi puerta. Su voz, su voz consigue calmar los latidos de mi corazón, pero no disminuir mi miedo.

M- Estaba preocupada por vos...- me abraza y mi cuerpo entero se tensa- ¿qué sucedió? ¿por qué no salias?
J- ¿Peter está acá?- consigo decir y mi corazón se vuelve a disparar.
M- No...- responde separándose y mirándome frunciendo el ceño- ¿está todo bien?

Asiento con la cabeza y le abrazo antes de que pueda notar las lágrimas amontonarse en mis ojos. Le abrazo fuerte y retengo los deseos de llorar. Se fuerte Joana, tenés que ser fuerte.

J- Me voy a la escuela...

Le separo rápido de mi y camino a la salida, abro la puerta y salgo. Siento mi corazón latir más fuerte de lo que debería, mis piernas débiles y el oxígeno faltar en mi cuerpo. Camino intentando poder respirar pero solo consigo aumentar mi ansiedad, las lágrimas vuelven a brotar de mis ojos. Llego al instituto e intento localizar a mis amigos, pero no veo a ninguno. Han estado estos tres días llamando a mi teléfono y mandándome mensajes, les he ignorado por completo. En mi cabeza solo se repite una y otra vez la noche de mi cumpleaños. Puto día. Ojalá no vivir, no consigo dormir nada, mi presente se ha convertido en mi pesadilla.

L- Hola amor...- me besa el hombro.
J- ¡Quitáte!- grito.

Me giro y le empujo con todas mis fuerzas haciéndole caer al suelo. Mi respiración se acelera y de repente me falta el aire.

E- Joana hey...- se acerca a mi.

Sostiene mi rostro con sus manos.

E- Miráme Joana...- intenta que lo haga- che...
Ch- Respirá Joana...

Niego con la cabeza y todo va más lento de lo que debería. Sus manos en mi cuerpo, su respiración en mi oido, su aliento en mi cuello, sus jadeos, sus besos, sus pies fríos rozando los míos, su asquerosa voz. Demasiado para mi.

Abro los ojos, miro a mi alrededor y veo una habitación blanca. Me siento en la cama y me cubro el rostro con las manos. ¿Qué ha pasado?

_- Hola Joana...- entra una doctora.
J- Hola...- respondo con un hilo de voz.
_- Soy la doctora Gina Camacho...
J- ¿Qué ha pasado?
G- Habés sufrido un ataque de ansiedad y te habés desmayado... te han traído tus amigos y he llamado a tu madre, todos están acá afuera...
J- ¿Puede llamar a Laura por favor?
G- Si claro...- sonríe.

La doctora sale y no tarda en entrar la rubia que amo, pero por primera vez, no me da alegría verle.

L- ¿Cómo estás?- se acerca a la cama.
J- Bien...- miento- quería pedirte perdón por lo que sucedió...
L- No te preocupés...- esboza una sonrisa tierna- lo importante es que estés bien... Elys, Chesko y tu madre están acá afuera muy preocupados por vos...
J- No quiero ver a nadie ahora mismo...
L- ¿Qué sucedió amor?
J- No lo sé...- alzo los hombros mirando al suelo- no sé qué sucedió...
L- Sabés que estoy acá para vos ¿verdad?

Asiento con la cabeza, ella se sienta a mi lado y me abraza fuerte. Le correspondo y me muerdo el labio llena de rabia. Ella no merece que le mienta, pero no puedo hacer otra cosa.

M- Hija al fin despertás...

Entra en la habitación y viene directo a la cama a abrazarme. Elys y Chesko entran detrás suyo y se detienen enfrente de mi cama. Laura deja de abrazarme y se levanta para pararse al lado de mis amigos.

M- ¿Cómo estás hija?- acaricia mi mejilla mientras me observa con sus ojos llenos de preocupación.
J- Bien...- miro a mis amigos- gracias por ayudarme chicos...
Ch- No fue nada...
E- Estamos para vos...
G- Vengo a darte el alta...

La doctora regresa a la habitación. Todos le préstamos atención.

G- Tenés que descansar, tomáte este día para descansar, dormir y relajar la mente...
M- Yo me la llevo a casa...
J- ¡No!- grito inconscientemente.

Todos me observan confundidos. Mierda, las palabras se atoran en mi garganta. Siento otra vez esa falta de aire.

J- Mejor me voy a clases...- consigo decir- no quiero seguir faltando...
M- Hija pero la doctora está diciendo que debés descansar...
J- No quiero ir a casa...- siento temblores en mi cuerpo.
M- Joana pero...
E- No se preocupe tía...- interviene mi amiga- nosotros le vigilaremos...
M- Ya pero es que...- mira a la doctora- ¿usted qué creé?
G- A ver yo digo que descanse, pues puedo ver que la paciente no ha descansado en días, pero si se siente preparada para asistir a clases...- alza los hombros- puede hacerlo...
J- Estoy preparada si...

Mi madre me observa muy desconfiada pero al final logro que me deje ir al instituto. No quiero regresar a casa, no quiero tener a ese hijo de puta cerca, no quiero verle la cara. No quiero volver a vivir lo de hace tres días.

Lost my voice (Joana Bianchi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora