Capitulo 82: Egoísta.

35 7 0
                                    

No tengo deseos de nada, ayer salí del hospital y mis amigos me llevaron a casa de mi padre. No quiero verle a ella, estoy cansada de su hipocresía, de sus mentiras, de su falso amor, estoy cansada de que juegue conmigo.

Una idea está rondando mi cabeza, pero no quiero hacerle caso, no quiero tener que llegar a eso.

_¡Joana!

Mi hermana se deja caer encima de mi cama, en la que estoy acostada como si fuese un saco de patatas, mirando al techo.

J- ¿Qué pasó Karl?- pregunto suspirando sin despegar la mirada del techo.
K- En unos minutos estarán Chesko y Elys acá...
J- ¿Para?- frunzo el ceño.
K- Iremos a dar una vuelta por los mercadillos...
J- No tengo deseos Karl...- me acuesto de lado- me duele la herida y estoy cansada...
K- Bueno yo no sé cómo lo harás... pero venís con nosotros igualmente...
J- No tengo deseos...
K- ¿Y qué querés hacer? ¿Quedarte acá acostada pensando en la mierda de vida que tenés?

Me giro a mirarle. Karla se encuentra cruzada de brazos mirándome fijamente.

J- ¿Podés tener un poco más de tacto?
K- No...- alza los hombros, ruedo los ojos y ella suspira- Joana acá todos tenemos problemas, todos sufrimos, pero intentamos seguir viviendo, yo no tengo madre y a mi padre le perdí hace cuatro años, y me duele porque le extraño muchísimo, lloro por eso ¿sabés?
J- Nunca me lo habías contado...
K- Bueno pues sí que lo hago... no soy de piedra y tengo sentimientos... pero de eso no se entera nadie porque mientras todos  están conmigo dispuestos a hacerme compañía y hacerme feliz, yo pongo de mi parte para que ustedes se sientan bien...

Me siento en el colchón recogiendo mis piernas y rodeo estas con mis brazos.

K- Yo sé que es muy difícil lo que habés vivido recientemente... pero no podés ser egoísta che... tenés a unos amigos geniales que están dispuestos a hacerte sonreír y olvidar por un momento todo lo que te hace daño... yo tengo a mis amigos, a vos, a tus amigos que les quiero como hermanos, a Ángela y Gustavo, a Joaquín que le quiero como a un padre, e intento no ser egoísta y pensar en ustedes, porque sé que cuando estoy mal, les hago daño a vos y a nuestro padre, vos también debés dejarte ayudar, ¿no creés?

Nos miramos a los ojos y aunque no me gustaría, le termino dando la razón. No merecen ninguno de ellos que yo me encargue de sentirme más miserable aún, no merecen mi egoísmo.

J- Va...

Me levanto de la cama para ir a mi armario a buscar algo de ropa para ponerme e ir con ellos.

K- Me alegro de haberte convencido...- sonríe.
J- Me habés hablado como si tuvieses veinte años de experiencias...- digo burlona mirándole.
K- No hacen falta años de sufrimiento para tener experiencias... todos tenemos un hecho en nuestro pasado que nos ha hecho conocer el dolor de cerca, y aunque a veces parezca que no, siempre hay una salida...
J- Tenés demasiada razón...- aprieto los labios.

Mi hecho... el día de mi cumple y el horrible regalo que me hizo ese cabrón. Si eso no hubiese ocurrido, mi vida fuese muy diferente. Si Karla supiese lo que me sucedió, de seguro sabría que mi vida no es tan fácil como ellos se lo han imaginado, que mi vida no consiste en una madre que no me quiere y en un hombre que casi me mata, sino, en una tortura que te anula como mujer y como todo.

Lost my voice (Joana Bianchi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora