Capitulo 61: Necesito que me ayudés...

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Dar clases y tenerles a ellos cerca alivia un poco mi dolor, aunque mi corazón se sigue acelerando demasiado. No, no puedo estar así, no pienso en otra cosa, mi cabeza se está volviendo mi peor enemiga. Necesito que acabe esta tortura.
Como si fuese poco, cuando he ido al baño a la hora del recreo, he sentido un ardor inmenso al orinar y dolor espantoso en la parte baja de mi abdomen. Lo he buscado en Internet, no es normal, no es bueno.

L- Amor ¿querés que demos una vuelta?- pregunta tomada de mi mano una vez terminan de clases.
J- Tus padres deben de estar allá afuera esperando a que salgás...
L- No me importa, me les escapo... quiero estar con vos...
J- Mejor no linda... no quiero empeorar las cosas...
L- Pero quiero estar con vos, llevo tres días sin verte y además de eso sé que no estás bien...
J- Estoy bien... de verdad...- tomo sus dos manos y respiro profundo- mirá, mejor vete con tus padres y así no empeoran las cosas...

Laura retira sus manos de las mías y se marcha cabreada. No se merece esto, pero estoy pasando por un mal momento ahora y no quiero hacerle daño, además de que tengo más que advertido que le pueden alejar de mi, no me quedo arriesgar, no al menos hasta que sepa que es lo que en verdad es mejor para mí.

Ch- ¿Se ha molestado?- pasa su brazo por mis hombros y me hace pegar un respingo.

Asiento con la cabeza intentando calmar los latidos de mi corazón y nos marchamos de allí. Caminamos hacia el edificio de ellos y en mi cabeza se atraviesa solo una idea. Chesko sube a su piso y Elys y yo al suyo.

E- ¿Qué te sucede Joana?- pregunta una vez cierra la puerta- estás muy rara...
J- Necesito que me ayudés...- me cubro el rostro con las manos luego de sentarme en el sofá.
E- ¿Qué te sucede?
J- Necesito que le digás a mi tía que me lleve al médico a hacerme unos exámenes...
E- ¿Por qué?- me mira asustada- ¿qué tenés? ¿estás bien?
J- No...- me muerdo el labio para no llorar- tengo unos ardores y dolores horribles al orinar...
E- ¿Y eso?
J- No sé...- siento deseos de llorar- necesito que me ayudés...
E- Si, si, claro...- me abraza- yo le digo a mi madre, pero debés contarle a mi tía...
J- ¡No!- salgo al instante y mi amiga me observa muy confundida- no quiero que mi madre sepa nada de esto, ¿está bien?
E- Está bien...
J- ¿Me puedo quedar esta noche acá?
E- Claro...

Me abraza fuerte y yo retengo los deseos de llorar enfrente suyo. El calor de su abrazo consigue que me calme y me sienta a salvo, pero no que desaparezca mi preocupación. Espero que no sea nada grave, no merezco que sea algo grave.

Lost my voice (Joana Bianchi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora