Capítulo 12- Aura

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Lien iba a matarnos... De su herida surgió una masa roja que le cubrió el cuerpo parcialmente. Esa marca roja le recorría los brazos en forma de espiral, y llegó a la cara, tapándole una parte en diagonal... Sus ojos... Ambos adquirieron la forma de los de Onoma, aunque solo uno de ellos se tiñó de un rojo carmesí. De su cabeza brotaron dos cuernos negros y la herida de su brazo... Empezó a abrirse cubriendo su extremidad completamente. Él no paraba de sonreír, sus dientes se habían vuelto afilados... Y entonces la cicatriz cubrió su brazo por completo, convirtiéndolo en una costra de tono oscuro. Onoma le señaló el brazo, y él lo arrancó con su otra mano sin titubear, ni siquiera hizo una mueca de dolor. Al momento su antigua extremidad se deshizo en cenizas, mientras una nueva empezó a brotarle al tiempo que la espiral de su brazo restante iba volviendo a su cuerpo. Era como... Si la espiral estuviera formando el nuevo brazo, la marca de la cara se encogió también, y empezó a emerger el nuevo... Completamente cubierto de piel roja, acabado en unas garras como las de los antimonios.

Ese ya no era mi amigo, era un antimonio, un ser lleno de maldad trastornado por la ira. Se acercó hacia mí con paso algo vacilante, intenté disuadirle, pero no me escuchaba, parecía totalmente obcecado en su deseo de muerte...

No podía hacer nada, intenté forcejear inútilmente contra las cuerdas que me sujetaban, pero no sirvió de nada.

Su espada vino directamente hacia mi estómago...

Pero pude liberarme una mano y parar su estocada, agarré la espada por la hoja, el dolor me hizo plantearme soltarla, pero no podía permitirme flojear. Forcé la espada hacia él, pero tenía ventaja sobre mí, y aún colgaba de una mano. Durante el forcejeo, saqué la otra y empujé con más fuerza, si tan solo lograse acercarme, podría atacarle de algún modo... Lien se rio.

- Debería dejar de jugar.

Empujó con más fuerza, estampándome contra el palo. Las manos se soltaron de la hoja, estaba perdida...

Al abrir los ojos, vi a Progo pegarle un puñetazo a Lien.

Su espada cayó al suelo, mientras Progo invocaba la suya.

Onoma observaba como un humano en una película, mientras Lien se levantaba aún más furioso.

- ¡Siempre me interrumpes!

La cara de Progo estaba roja de la rabia, parecía enfadado de verdad. Se giró hacía mí y me habló con la voz más suave que pudo.

- Gracias por hacer más tiempo, Aura. Las ataduras se me han resistido más de lo que creía.

Pude ver su cuerda en el suelo, de alguna forma se las había apañado para desatarla mientras yo forcejeaba.

- Lien... Venga colega, somos amigos, puedes dejar esto antes de...

- ¡SILENCIO! ¡Ya he escuchado suficientes mentiras tuyas! ¡Esto acaba aquí!

Dejó escapar un grito de guerra, mientras un portal como el que usaba Progo para invocar a Nyx se abría ante él. De este portal, salió una espada con la empuñadura grisácea y la hoja de un color rojo sangre, teñida de hilos dorados que se cruzaban, reconocía esa espada de los libros antiguos de la biblioteca...

- Némesis.

Lien sonrió con locura, sosteniendo la Némesis en lo alto.

- ¡Némesis! Me viene perfecta, ¿no crees?

Progo miró desafiante a Lien, conociendo el significado de ese nombre.

- O sea que en serio me odias...

Boku no Tenshi (Mi Ángel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora