Boku no Tenshi (Mi Ángel)

Capítulo 18- Aura

- ¿¿¿Ícaro???

Progo me miró como si me hubiera vuelto loca.

- Aura, necesito saber si me oyes, simplemente piensa en hablarme.

- Ícaro...

- ¡¡¡Sí!!!

- ¿Qué es esto?

- Conexión telepática, no sé cuánto durará así que seré breve. ¿Estáis cerca de las puertas?

- Sí.

- Genial, necesito que saques fuerzas de donde puedas y...

- Estamos en buen estado, te lo explicaré después.

- ¿Buen estado? Pero... Da igual, acercaros todo lo que podáis, cuando veas la señal, venir todo lo rápido que podáis.

- ¿Qué señal?

- Un... o...si...n

- Te pierdo, Ícaro.

- L.... s...brás.

- ¿Ícaro?

No hubo respuesta.

Le expliqué la situación a Progo, que asintió sin decir una palabra.

Le hice señas con las manos para ir moviéndonos con cuidado lo más cerca que podíamos hacia las puertas... 500 metros, 200... Habría unos 150 metros desde dónde estábamos hacia las puertas, no podíamos avanzar más por culpa de la absurda cantidad de antimonios que había. Ojalá fuese suficiente.

Ahora nos faltaba esperar a la señal de Ícaro...

Llegaban más antimonios desde detrás, algunos rezagados. Miré a Progo, no nos quedaba más solución que escondernos. Si luchábamos con ellos, llamaríamos demasiado la atención. Hicimos un agujero en la duna en la que estábamos escondidos, y nos metimos dentro, dejando un pequeño espacio para ver las puertas. Los antimonios pasaron de largo... Nos habríamos quemado allí mismo de no ser por mi Lita... Y aún así hacía demasiado calor. No llevábamos ni 30 segundos allí metidos y ya estaba sudando, Progo estaba igual, incluso peor, él no contaba con la protección directa de Lita, simplemente podía brindarle una mínima parte de su poder.

- 30 segundos como máximo.

Sin pensarlo, agarré a Progo del brazo y desplegué mis alas, levantando toda la arena que nos cubría y llamando la atención de algunos antimonios cercanos. Mientras alzaba el vuelo, pasaron muchas cosas a la vez...

Algunos antimonios se giraron sorprendidos, otros de reacción rápida ya estaban alzando el vuelo para alcanzarnos, Progo sacó su espada listo para combatirlos desde el aire con una mano... En las puertas, muchos enemigos no repararon nuestra presencia hasta que estuvimos por encima de ellos por la "señal" de Ícaro. Queral, uno de los guerreros y Sanjo, otro soldado de alto rango, habían derribado y mandado al suelo a los que sujetaban las puertas, mientras otros miembros de los escuadrones gamma y beta las aguantaban y el resto intentaban cubrirles de la inmensa turba de enemigos que tenían encima. Teníamos unos 20 segundos para recorrer los 100 metros que faltaban, como máximo, si el ejército enemigo no llegaba a derribar a nuestros aliados, en cuyo caso las puertas se cerrarían antes de tiempo. Los primeros antimonios nos alcanzaron mientras volábamos a toda velocidad, y Progo hizo imposibles por retenerlos, entonces uno de ellos se cruzó en mi camino de frente... Y una lanza le atravesó las alas haciendo que fuera directo al suelo. En el límite de las puertas, mientras unos aguantaban y otros los defendían de los antimonios, miembros del escuadrón alfa que pude distinguir, junto con Ícaro, estaban lanzando lanzas desde el aire a los que se nos acercaba, cubriéndonos. No los mataban, pero los apartaban del camino. Las puertas estaban casi cerradas, nos quedaban unos pocos segundos, y ya casi estábamos...