No llegamos a encontrar su fuente de poder...
¡NI SIQUIERA PUDIMOS SALIR DE LA MALDITA PLAZA!
¡¡¡Los malditos antimonios nos habían tendido una trampa!!!
Encontramos otro grupo de antimonios considerablemente grande, y nos hicieron retroceder hasta la batalla campal que tenía lugar. Antes de llegar hasta allí, vimos a uno de ellos tendido en el suelo, medio muerto. Se me ocurrió una idea. Lo cogimos entre los tres y lo llevamos hasta una tienda de campaña que había cerca, muy oportuna. Lo atamos a una silla con una cuerda que había en el suelo, también oportunas, y me preparé para probar un nuevo proyecto.
- Hola, amiguito.
Le hablé con un tono amenazante que espero que sonara creíble. Al mirarlo, sólo me dio más asco. La cara roja con pelo negro, barbilla en punta y ojos ceniza, como los de un tiburón, sin vida... Su cuerpo no era mucho más agradable, un cuerpo fornido normal de cintura para arriba, excepto por que era rojo, un pequeño detalle. Además de eso, las piernas estaban cubiertas de pelo negro, ¿o debería decir LA pierna? La de la derecha se la habían cortado.
- Creo que tienes información para mí.
- No os diré nada.
Su tono era áspero, como una especie de serpiente, nunca mejor dicho, porque su lengua era como la de ese reptil, acabada en dos puntas.
Le di un puñetazo que le hizo saltar un diente. Victo e Ícaro parecían estar sorprendidos, yo también, pero había de hacerse.
- Dime dónde está vuestra fuente de resurrección.
- Lo bastante lejos como para que no la encontréis.
¿Qué?
Mi cara de desconcierto pareció transmitirse hacia los otros, Ícaro sacó algo de su bolsillo.
- Ten, suero de la verdad, es muy escaso, sólo quería usarlo en la ocasión adecuada, y esta me lo parece bastante. Cortesía del Gran Soberano.
Le abrió la boca al antimonio con poca dificultad, y le hizo beberse el suero.
- Te lo voy a repetir, ¿Dónde está vuestra fuente de resurrección?
- ¡He dicho la verdad! No sé donde está, nuestro líder temía que esto pasase, así que ningún soldado corriente conoce dónde está el sitio.
- ¡¿Y cómo es que no dejáis de venir?!
- Llevamos mucho tiempo preparándonos, estamos todos los antimonios excepto los generales y nuestro rey, una pena que seamos tantos, para vosotros, por supuesto. Y, que conste, a partir de ahora, todos los asaltos serán así.
- Victo, Ícaro, ¿alguna otra pregunta?
- No
-Yo tampoco.
- Bien.
Acabé con la vida del antimonio con mis propias manos, dejando su cabeza en un ángulo en el que no debería estar. Su cuerpo no tardó en volverse cenizas. Me giré para hablar con mis amigos, cuya expresión era tanto de terror como de asombro.
- Tenemos que informar de esto, Ícaro, eres el único con alas, ve a ver a...
La tienda se destruyó en un instante, una de las explosiones nos había caído encima.
Tardé poco en despertarme, escuchando un pitido constante en mi cabeza... Me puse boca arriba para conseguir más aire... No podía respirar... Atisbé una sombra mirándome... Y sentí un punzón en el brazo...
Muévete...
Venga cuerpo...
No me falles...
¡Muévete!
Me levanté con la vista ensangrentada a duras penas, y me saqué una daga del brazo, tal vez pudiera usarla.
La misma figura que me había clavado la daga se puso frente a mí, y me la arrebató de una patada, volviendo a hacerme caer al suelo... Me preparé para el final mientras se alzaba otra espada frente a mí...
Cenizas...
El cuerpo se deshizo en cenizas, mientras un machete le recorría de lado a lado. Otra sombra familiar se agachó y me ayudó a levantarme, me dio algo de beber y al tomarlo me sentí mejor. La sangre de mi cuerpo desapareció, como cuando Aura nos había curado, solo que esta vez las heridas siguieron ahí.
Al mirar alrededor el paisaje era desolador, miles de cadáveres en el suelo, que sólo podían ser de ángeles... Al fin miré a mi salvador... Nunca me había alegrado tanto de ver a Kire.
Era el mismo, sólo que parecía un poco más alto y fornido, además de su cambio de estilo. Llevaba una especie de manto con capucha, además de una camiseta blanca y pantalones de chándal negros. También se había cortado el pelo, ahora lo tenía corto, mucho, casi recién rapado, y de un tono más castaño claro, a saber por qué.
- Hola, Lien.
Su voz seguía siendo la misma, pero ahora parecía mucho más confiada.
- Cuanto tiempo, amigo.
No era el momento para eso, y ambos lo sabíamos, pero entonces me dijo...
- Tranquilo, mi maestro ha llegado.
En pocos instantes, miré al cielo para observar el flujo de la batalla, e íbamos ganando. Spectron y una figura que no conocía estaban a la cabeza, eliminando antimonios por segundo. Era una imagen increíble, a duras penas era capaz de ver sus movimientos perfectamente sincronizados, estaban consiguiendo terreno.
Un antimonio tomó la palabra:
- ¡Guerreros! ¡Nos retiramos! Tenemos algo mucho más interesante que la victoria.
Dicho y hecho, sin que nadie entendiese a qué se refería, los antimonios se marcharon, en diferentes direcciones por grupos.
ESTÁS LEYENDO
Boku no Tenshi (Mi Ángel)
FantasyNovela ligera del estilo fantasía. Unos seres misteriosos viajan a la Tierra para mirar las costumbres de los humanos e investigarlos. Al entablar contacto, un grupo de jóvenes viajan a su mundo y empiezan a vivir aventuras constantes. Los jóvenes p...