Capítulo 15- Ícaro

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Desde arriba todo era peor.

Todos los heridos, los muertos, la gente que se daba por desaparecida... Los edificios también estaban destruidos, algunos intactos, otros aun quemándose... ¿Cómo podían estar quemándose? Solo usaban espadas... Al pasar por encima de una tienda escuché una conversación entre lo que parecía paciente y curandero:

- ¿Cómo has acabado con quemaduras? Tú ni siquiera eres soldado.

- Estaba en mi casa cuándo pasó, no sé si queda algo de ella, pero un antimonio entró... Iba a defender a mi esposa y mis dos hijas cuando... - Se puso a llorar – El desgraciado explotó, se inmoló, dejando una explosión que lo destrozó todo... Se llevó a mí familia...

Estalló en lloros. Seguí volando, tenía bastante de lo que preocuparme.

¿Explotar? Nunca los había visto hacer eso, ni siquiera entonces... Ya se veía el palacio del Gran Soberano, aceleré al máximo y aterricé, no veía a los humanos por ninguna parte, pero daba igual, tendría que actuar solo, como ya estaba acostumbrado.

Entré corriendo en el palacio, solo para encontrarme a Spectron hablando con el Gran Soberano.

El padre de Aura tenía la cara fría, estaba escuchando, pero se notaba que su mente estaba en otro lugar, si yo estaba preocupado por mi compañera, él... Fuera lo que fuese de lo que hablaban, cortaron la conversación en cuanto abrí las enormes puertas y me vieron llegar, me miraron fijamente y pude notar los ojos de Spectron de un tono rojizo, mientras el Gran Soberano seguía impasible, como llevaba todos sus años de vida, esa calma me daba miedo.

- ¿Qué te trae por aquí, joven Ícaro?

Les mostré la daga, al tiempo que Victo y Kire entraron en la sala, ¿cómo me habían seguido el ritmo?

- Esta daga, contiene el poder de un antimonio de muy alto nivel, temo que sea la sangre de su líder.

El Gran Soberano la miró, pasó su mano palpando la daga y frunció el ceño, era la primera expresión que le veía hacer en mucho tiempo.

- Efectivamente, esta sangre no es de un antimonio normal, incluso entre los de alto poder podría considerarse prodigiosa.

- Entonces, Señor, ¿podemos localizar al cabecilla?

Spectron tenía una mirada algo más iluminada, probablemente esperanzada.

- Me temo que incluso para mí será difícil, tiene un rango de alcance muy pequeño... Quien quiera que haya usado su sangre, no quiere que le encontremos y ha tomado las medidas necesarias para ello, por eso tenemos que descubrirlo.

Kire y Victo estaban a nuestro lado, ni siquiera me había dado cuenta de que se habían movido.

- Conozco a alguien que puede analizar la daga, es un soldado con el que hablé durante la batalla.

Victo dijo eso como si nada, cosa que me sorprendió en él, que suele ser más tímido.

Avanzó con paso ligero hacia el Gran Soberano, pero... sus pasos... no estaba haciendo nada de ruido.

Miré a Spectron, y él a mí.

Saqué mi espada de hierro negro, mientras Spectron desenvainó la suya, acercando el metal dorado hacia el cuello de Kire.

Los humanos sonrieron, solo para dejar caer la piel como si se la estuvieran arrancando y volver a su forma original, dos antimonios sin cola ni alas, con un tono más oscuro que el resto.

Boku no Tenshi (Mi Ángel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora