MI CHICO MALO || KOOKMIN

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Mientras Jeon se iba de la escuela echando humos por la culpa de esa mujercita cuerpo de fideo pues el no iba a permitir que se metieran con su ángel lo protegería así deba dar su vida.

Jimin estaba caminando tranquilo escuchando una de sus bandas favoritas mientras miraba el dibujo de su amado Jungkook, todos los que pasaban por su lado lo miraban un poco raro y otras personas pasaban de él porque pensaban que estaba drogado o algo por el estilo ya que nadie en este mundo podía sonreír tanto mirando un simple dibujo.

A pesar de que el pequeño Jimin estuviera caminando sin mirar a su alrededor se detuvo en una tienda donde vendían artículos de arte, sin pensarlo mucho se adentró a la tienda quería darle una pequeña sorpresa a su futuro esposo y tal vez sería recompensado con otro beso, con solo pensar eso chillo a sus adentros y comenzó a caminar buscando que darle al peli negro.

— ¿Necesita ayuda?—

Le pregunto un trabajador amablemente, Park levanto su mirada y asintió de manera tímida, hablaron un poco de lo que más o menos estaba buscando Jimin.

— Estoy seguro que estos plumones le encantarán por lo que me has enseñado en ese dibujo es mucho de hacerlos a lápiz.— Le hizo recordar el vendedor y este solo asintió.— Un poco de color y serán más llamativas sus obras.—

Jimin sonrió enormemente agradeciéndole al señor por ayudarlo a elegir el regalo, pago por los plumones y una vez fuera de la tienda sonrió triunfante mientras levantaba la pequeña bolsa de regalo como si fuera un trofeo.

— Ya quiero ver su cara de sorpresa.—

Chillo el pequeño para luego seguir su ruta pues debía tomar su bus para llegar a casa o sino su madre comenzará con las múltiples llamadas y no quería darle preocupaciones.

En todo ese interino Jeon completó su trabajo que llegó a su desastroso departamento como su vida y se acosto en el sofá mirando el techo.

— ¡Que día de mierda!—

Se quejó en voz alta tirando un cojín por algún lado de la pequeña sala comedor, cerró sus ojos tratando de despejar su mente y lo estaba logrando hasta que se le apareció la bella imagen del pequeño sonrojado inconscientemente sonrió.

Soltó un largo suspiro y abrió los ojos todo tipo de enojo o frustración que sentía Jeon por el trabajo que tenía y su vida, se había esfumado con solo pensar en Park Jimin ese pequeño y lindo mochi.

Levantó su mano derecha con la que tocó la mejilla de ese lindo ser y sonrió aún más.

— Dame un poco de tiempo e iré por ti sin arriesgarte a nada, mi lindo Jiminnie.—

Llevo su mano y la beso sellando su promesa puso esa misma mano en su pecho sintiendo así el fuerte latido de su corazón.

Estuvo un rato así hasta que se levantó y de su mochila sacó su blog de dibujos, buscó su lápiz para luego comenzar a dibujar el hermoso rostro sonrojado de Jimin.

Tenía en mente dibujar muchas cosas pero su mente solo pensaba en el pequeño en diferentes lugares y con diferentes expresiones que hacían que su corazón se acelerara hasta podía el mismo jurar que tenía un brillo en sus ojos al pensar en ese ángel.