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Jaemin juraba que los gritos de Renjun se podían oír por en todo el hospital.

¿Nervioso?

Claro que sí.

Su pierna se movía de arriba a abajo con nerviosismo y ansiedad, más que nada por no haber podido entrar con Renjun.

No se conocían, pero Renjun estaba teniendo a sus futuros hijos y era lo mínimo que podía hacer, no sabía cómo se sentía tener un hijo, pero por los gritos podía suponer que no era nada bonito y no se sentía bien.

Los gritos cesaron y el alfa miró hacia el pasillo en busca de que el doctor saliera en cualquier momento. Solo fueron unos segundos hasta que el doctor dijo su nombre.

— ¿Qué es del chico?

— El... Novio. — El hombre solo asintió y le indicó donde estaba la sala en donde se hallaba Renjun.

Miró la puerta blanca aún afuera dudando si entrar, tragó grueso antes de abrir la puerta y mirar hacia adentro.

Miró hacia los lados viendo a las enfermeras con sus hijos en sus brazos, pesándolos y anotando una que otras cosas que Jaemin desconocía.

— Ellos están bien, el que se siente mal soy yo. — La voz de Renjun salió ronca y algo rasposa debido a los gritos, Jaemin está vez conectó mirada con él. Renjun frunció un poco su ceño al verlo inseguro de pasar. — Puedes pasar.

— ¿Seguro? — Renjun asintió. — No quiero incomodarte, ¿Estás bien?

— Algo adolorido. — Jaemin iba a decir algo, pero escuchó un pequeño llanto, que lo hizo mirar por la ventana que daba hacia la otra habitación en donde estaban los bebés.

Renjun miró como una pequeña sonrisa se asomaba en los labios de Jaemin, se veía muy feliz y eso a Renjun le daba miedo. Tomando en cuenta que él no era de niños pequeño y no hubiera hecho nada de esto si no fuera por el dinero.

— Son muy pequeñitos. — Dijo emocionado al ver como las enfermeras los vestían con la ropa que él había ido a comprar hace meses.

Específicamente cuando Renjun le dijo que él tendría a sus hijos.

— ¿Son lindos?

— Claro que sí ¿Por qué no lo serían? —Dijo con un poco de molestia, sus bebés eran preciosos.

— No lo sé, la mayoría de los bebés cuando nacen son feos. — Jaemin arrugó un poco sus cejas.

Pues este no era su caso, sus hijos eran lindos, preciosos y hermosos, hasta con un parecido a Renjun.

Y Renjun no era feo.

— No digas eso, son bonitos, hasta se parecen a ti. — Renjun suspiró, no sabía si sentirse halagado u ofendido por lo que acababa de decirle Jaemin.

— Lo que digas.

Jaemin vio como las enfermeras tomaban a sus bebés y los llevaban hacia la habitación en donde estaban ellos, Jaemin dio un pequeño salto de emoción.

Uno se lo entregaron a Renjun y el otro se lo pasaron en sus brazos a él, sus ojos se abrieron de par en par y juró qué sus piernas comenzaron a flaquear.

— Es como algo de vidrio, dios mío. — Se podía ver lo emocionado que estaba Jaemin, mientras que Renjun veía al bebé en sus brazos con una muy pequeña sonrisa.

— Hola. — Saludó al bebé en sus brazos. — No puedo creer que de todos mis gritos saliste tú y tu hermano. — El bebé obviamente no respondió nada, Renjun frunció sus labios. — Al menos tendrás una buena vida, con tú papi Jaemin.

Con Jaemin definitivamente estarían mejor a que con él, su vida no era la mejor y aún que lo fuera sabía que no podría con dos bebés. Miró a Jaemin con su otro bebé en sus brazos y esta vez sí sonrió un poco más en grande.

— ¿Me dejas ver ese? — Jaemin caminó hacia él junto con el bebé en sus brazos y lo acomodó para que Renjun tuviera una buena vista de él. — ¿Él es...?

— Renjun. — Dijo en tono de advertencia.

— Para mí los dos son iguales. — Jaemin miró ambos bebés, trató de buscarle alguna diferencia y la pilló.

Un bebé tenía un lunar en su labio inferior y el otro no.

— Si vez el que tienes tú tiene un lunar, ¿No? — Renjun miró y asintió. — Él es Minhee.

— Y ese es Jeongin. — Jaemin asintió. — No son tan feos. — Dijo. — Digo, salieron de mí, claro que no son feos. — Jaemin soltó una pequeña risa.

— Los tuviste con mucho esfuerzo, desde afuera te escuché y creo que la mitad del hospital también.

— Bueno, tuve dos bebés, no es como qué pudiera sufrir en silencio.

Jaemin no dijo nada más y se dedicó a mirar a su hijo, viendo sus facciones muy parecidas a Renjun. Sus ojos, sus mofletes y se podría decir que hasta sus mismos mofletes.

Algo que le gustaba del omega.

— Jeongin se parece más a ti, ¿No crees? — Renjun miró al bebé y luego al otro viendo un pequeño parecido a él.

— Puede ser.

El doctor entró haciendo el más mininos ruido posible, vio a Jaemin y este le hizo una señal de que pasara.

— ¿Cómo están? — Jaemin solo asintió mientras que Renjun levantó su dedo pulgar. — Bien. — Entró a la sala aun siendo cuidadoso hasta recomponerse. — Bien, Renjun tendrá que estar al menos tres o cuatro días acá ¿Sí? Jaemin, las horas de visita son de las nueve de la mañana a doce de la tarde.

Jaemin con una pequeña mueca asintió.

El doctor le dijo un par de cosas más a lo que Jaemin trataba de memorizar todo, porque en su cabeza sólo estaba ingeniándose como venir un poco más de tiempo y estar con los bebés.

— Jaemin. — La voz de Renjun hizo que saliera de su mundo y lo mirara desconcertado. — ¿Te vas a quedar?

— ¿Qué?

— Puedes pasar la noche conmigo o irte.

No quería dejar a sus bebés solos, tampoco a Renjun, dos niños recién nacidos eran esfuerzo y dudaba que las enfermeras pudieran dormir.

— ¿Está bien si me quedo? — Renjun se encogió de hombros. — Me quedo entonces.

Renjun se sintió más aliviado.

𝖂𝖔𝖒𝖇 𝕱𝖔𝖗 𝕽𝖊𝖓𝖙 💚 𝕵𝖆𝖊𝕵𝖚𝖓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora