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Hoy era un día especial, hace casi 11 años habían nacido dos hermosos niños en el hospital de Busan, corea de sur.

Na Minhee y Na Jeongin.

Habían nacido producto de que su padre le pagó a un omega para que tuviera dos bebés que serían suyos con pasar del tiempo. Jaemin era el alfa más feliz con sus dos bebés recién nacidos.

¿Fue fácil? No claro que no, soportó llantos, olores no muy agradables, estrés, enojo, llantos otra vez, pero por parte de él.

Pero sus bebés no eran todo lo malo de su vida, los escuchó decir sus primeras palabras, ayudarlos a aprender caminar, insultos que él decía y sus hijos como estaban aprendiendo a hablar lo repetían. Luchar con la comida porque no les gustaba, la ropa, los zapatos, la escuela.

Joder todo era un infierno desde esa perspectiva, sin embargo, él los amaba con todo su ser, fueron su más gran compañía por la mitad de su vida, hoy en día estaba orgulloso tanto de sí mismo como por sus dos hijos que hoy cumplían once años.

— Papá ¿En qué estás pensando? — Le preguntó Jeongin a su lado.

— En que me cagaron la vida.

El menor frunció su ceño.

— ¿Qué?

— Nada.

Renjun frunció su ceño al escuchar lo que había dicho Jaemin, dejó de cortar los vegetales y lo tomó de su brazo para llevarlo a la cocina. Jaemin confundido solo lo siguió.

— ¿Que te sucede?

— Lo siento, se me escapó, son pensamientos internos. — Renjun pellizco su brazo haciendo que Jaemin se quejara y acariciara su brazo.

— Ayúdame.

— ¿Con qué? — Renjun le pasó unos champiñones y un cuchillo, más una tabla de madera.

— Corta los champiñones.

Jaemin tomó el cuchillo y comenzó a cortar los champiñones, mientras pensaba en como enterrarse el cuchillo de distintas maneras.

Bue re turbio.

— Na.

— ¿Ah? — Y con solo esa distracción Jaemin se había cortado el dedo, no quitó su vista de Renjun tratando de hacerse el fuerte y no llorar ahí mismo porque sentía que se había cortado los cinco dedos de la mano. — Renjun me corté.

—Ya vi.

Renjun fue por una curita y una pequeña toalla desinfectante para limpiarle el dedo y colocarle la curita de patitos.

— ¿No me puedes poner otra? Es que me gustan los conejos.

— Quédate con esa, si no quieres que se te caiga el dedo. — Jaemin formó un puchero y miró su dedo con la curita de patitos.

— Gracias. — En un impulso besó la nariz de Renjun como lo hacía con sus hijos, siguió cortando los champiñones de lo más normal.

Mientras que Renjun seguía en su lugar en shock por aquel roce entre los labios de Jaemin y su nariz.

— Renjun.

— ¿Es malo que te quiera besar? Dime que sí. — Jaemin rió y negó con su cabeza.

— No es malo que me quiera besar.

Importándole un culo todo Jaemin besó los labios de Renjun, más que un beso era un roce que duró un par de segundos.

— Listo. — Sonrió y siguió cortando ahora las zanahorias.

Renjun tenía una sonrisa con sus mejillas rojitas, algo que Jaemin notó y juró morirse de ternura.

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— Pidan tres deseos. — Gritó Renjun.

Minhee cerró sus ojos y pidió tres deseos.

"Quiero que mi papá sea novio del señor Huang"

"Quiero un dinosaurio de mascota"

"Poder saber que soy"

Esta vez le tocó a Jeongin cerrar sus ojitos y pedir tres deseos.

"Deseo tener más deseos"

Y ambos soplaron las velas.

— Papá ¿Quieres saber que pedí? — Jaemin acercó su oreja y Jeongin le susurró lo que había pedido.

— Ese es mi hijo. — Jaemin chocó su puño con Jeongin.

Dejando los deseos de lado pasaron a los regalos, Minhee era el más emocionado en saber qué era lo que Señor Huang le había regalado.

— Abran los míos primero. — Dijo la señora Na.

Minhee abrió primero su regalo y vio un gran dinosaurio de juguete que rugía al apretar un botón.

Mientras que Jeongin tenía un auto a control remoto que prendía sus luces delanteras.

— ¡Gracias abuela! — Dijeron ambos niños.

— Ahora los nuestros. — Jungwoo y Doyoung fueron por los suyos para entregárselos y que los abrieran.

Jeongin esta vez abrió primero su regalo y era un conjunto de ropa azul.

Mientras que Minhee tenía lo mismo, pero en color rojo.

— Gracias tío Jungwoo, gracias tío Doyoung. — Ambos niños sonrieron, más que una sonrisa era una mueca.

¿A quién le gusta la ropa de regalo?

Son mejores los juguetes, a eso si les voy a dar un buen uso.

— Ahora tocan los nuestros. — Esta vez fue Renjun a buscarlos y se los entregaron.

— Si no les gusta un regalo no le daré nada más hasta que cumplan 30. — Dijo Jaemin con una sonrisa.

— Sí papá. — Dijeron al unísono.

Jeongin nuevamente fue el primero en abrir su regalo, quiso llorar al ver la muñeca que había pedido hace unas semanas.

— Gracias papá. — Jeongin fue y lo abrazó, Jaemin miró a Renjun de reojo.

— En realidad hijo, te lo regalo el señor Huang.

— ¿Tú novio?

— Que no es mi novio.

Jeongin lo abrazó y con una sonrisa le agradeció más un besito en su mejilla, Renjun acaricio su cabello y besó su frente.

Minhee abrió el suyo viendo otro dinosaurio con una nota.

"Tú padre no quería comprarlo porque según te gustan los conejos, además se compró un Rilakkuma para él, pero sé que te gustan los dinosaurios corazón, espero te guste mucho."

Atte. El señor Huang

— Gracias señor Huang. — Minhee lo abrazó y besó su mejilla. — ¿No quiere ser mi papá?

— Na Minhee ¿Vas a cambiarme?

— Sí.

Renjun solo rió mientras miraba a Jaemin.

Quien quedó embobados con su sonrisa y sus ojitos.

𝖂𝖔𝖒𝖇 𝕱𝖔𝖗 𝕽𝖊𝖓𝖙 💚 𝕵𝖆𝖊𝕵𝖚𝖓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora