Capítulo 32

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Esteban POV'S 👽

Más de un mes sin ella.

Dios que lento a pasado el tiempo.

Ella me hace falta.

Y yo le hago falta a ella.

Ocho de la noche y me estoy intentando cocinar arroz, y digo intento ya que se me quemó. La verdad nunca aprendí a cocinar.

Soy un fracaso- resople y me serví la porción menos quemada posible.

Abrí una lata de atún, la cual mientras abría me corte.

Me senté en el comedor a comer mientras veía mi celular.

Lo primero que me apareció al abrir instagram era una foto de ella sentada bajo un árbol. No sé donde la tomó ya que no lo reconozco de ningún parque.

Ví que había subido una historia desde la última vez que la había revisado su perfil, así que decidí verla.

Era ella en un bellísimo vestido elegante que hacía resaltar sus curvas. Otros detalles, era de noche y de fondo estaba la ciudad.

Ya llevaba lloviendo un buen rato, hacía frío, así que yo andaba con un poleron y un buzo.

Desde que ella se fue, yo estoy decaído.

Todo comienza cuando tenía que ir a la oficina, ya regularmente todos los días. Al haber despedido a Ana no tengo quien vea mis reuniones ni los demás pendientes laborales.

El negocio cayó en un 30% y eso me preocupa.

En cuanto a mí como persona, nunca eh estado peor. La verdad me bañaba una vez por semana, si es que me bañaba, y mi ropa tenía más manchas de lo normal.

No me rasuraba ni recortaba mi bigote y/o barba.

Comía lo que fuera, pero principalmente comida rápida ya que, como mencioné, no sé cocinar.

Eso significa que eh subido de peso. Aproximadamente 5 kilos.

El helado se ha convertido en mi mejor amigo, y el único en realidad.

Ana.

Ana a vuelto a tocar la puerta de mi casa más de una vez, pero ninguna le abrí.

Mi casa era un verdadero chiquero.

Ropa tirada y sucia, muebles desordenados, latas de cerveza y botellas de alcohol, cajas y bolsas de comida rápida y demás.

Vivía con poca luz, tenía siempre las cortinas cerradas y la luz alumbraba lo necesario.

Las ojeras se convirtieron en algo normal en mi.

Y ella... Ella lo tenía todo.

Seguía bien, seguía con sus hábitos normales.

Seguía feliz.

Incluso creo que la veo más feliz que cuando estaba conmigo.

Pero eso es sólo actuación.

Yo sé que está mal. Que todo lo que hace, lo hace para que yo vea lo buena que está.

Desde que se fue, se ve más guapa. Está su cuerpo más entrenado y su pelo más largo.

~~~

Cuando termine de comer, dejé mi plato en la torre de platos sucios de la semana.

Me lancé al sillon con una cerveza en la mano y el resto en la mesa.

En la casa había puesto cuadros enmarcados con las fotos que ella tanto me insistió en tomar el día que se mudó conmigo.

Cuando termine la primera cerveza, comencé con la segunda y así sucesivamente.

Luego de la décima cerveza bajé la mano a mi cierre y lo bajé.

Pensar en cómo haría mía a Paloma me excitaba demasiado, y sinceramente se hizo costumbre tocarme pensando en ella. Mientras la azotaba, la amarraba, la ahorcaba. Todo.

Después de eso aumenté la velocidad.

Como gemía mi nombre aquella noche. Como apretaba mi cabeza con sus muslos.

Como me la chupaba.

Todo.

Seguí hasta llegar a un orgasmo. Pero aún quería, ella quería más de mí así que lo hice de nuevo.

Ella saltando arriba de mi, frotándose, mientras le rebotaban los senos en mi cara. Mientras me masturbaba con sus dos extremas bellezas sobre la cintura.

La azotaba, le tiraba del pelo y del cuello con un cinturón.

Llegó el segundo orgasmo.

Esa era mi rutina diaria.

Ella me esperaba en la cama, así que me tome una última cerveza y me fui a acostar.

La lluvia parecía ser testigo de la pasión que puede llegar a sentir una pareja entre sí. Era el testigo y la representación de su amor.

Y anelo que algún día seamos Paloma y yo esa pareja.

Daddy, Do You Love Me?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora