Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ VIII

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—¡Y un cuerno va a vivir aquí, joder! —dijo JongIn con indignación mientras se paseaba por mi despacho, hecho una furia, ese mismo día.

Se había pasado por allí un momento para ver cómo iba todo.

Aunque eso era algo que mi hermano no reconocería jamás, tuve la impresión de que se llevó una alegría en cuanto vio que Ye-ji no había venido a trabajar. Cuando andaba por ahí, mi jefa no dejaba de enviar discretas señales de que le habría encantado que JongIn y ella iniciaran alguna clase de relación que fuese más allá del ámbito estrictamente profesional. Gracias a Dios, mi hermano no parecía tener el menor interés en que eso llegara a ocurrir.

Mientras JongIn seguía echando chispas por lo de Chanyeol, yo no levantaba la cabeza de mi ordenador portátil, ocupado en tratar de encontrarle un poco de lógica a un nuevo programa que se negaba a obedecerme.

—Pues yo no lo veo así, mira —dije finalmente, al tiempo que levantaba la vista de la pantalla—. «Los amigos y los enemigos, mejor tenerlos cerca que lejos.» ¿Qué mejor manera de averiguar si Park realmente está tramando algo que teniéndolo en nuestro edificio?

Eso hizo que JongIn dejara de dar vueltas por mi cubículo como una fiera enjaulada.

—Bueno, supongo que tiene sentido —dijo tras unos instantes de reflexión—. Pero ¿por qué demonios está tan empeñado en vivir precisamente ahí? Si está pensando en hacerles alguna trastada a JongDae y MinSeok...

—Sinceramente, no creo que se trate de eso. Tengo la impresión de que Park habría cogido cualquier apartamento que se hubiera quedado vacío.

JongIn se sentó en el borde de mi mesa.

—Ese tío tiene alguna carta escondida en la manga. Te lo garantizo.

Parecía tan seguro de lo que decía que le lancé una mirada interrogativa.

— ¿Conoces a Park?

—Sí, lo conocí hará cosa de un año. Park estaba saliendo con un omega con el que yo había salido durante una temporada y me encontré casualmente con ellos en un bar de copas, y estuvimos hablando unos minutos los tres.

— ¿Qué impresión te causó?

Los labios de mi hermano se curvaron en una sonrisa burlona.

—No me gusta admitirlo, pero si no fuera por aquella putada que le hizo a JongDae con lo de los biocarburantes, y si no se hubiera colado en la recepción de la boda sin haber sido invitado, seguramente me habría caído bien. Estuvimos hablando de caza y pesca, me pareció que era un alfa como Dios manda. Y tanto si te cae bien como si no, una cosa no se le puede negar: esa compañía suya está arrasando.

— ¿A qué crees que puede deberse eso?

—Park organizó un equipo estupendo, y sabe negociar como el mejor. Pero lo principal es que tiene olfato para encontrar petróleo. Llámalo suerte o llámalo talento, pero no cabe duda de que no tiene un pelo de tonto. Caray, yo no lo subestimaría. —Se pasó la mano por la cabeza y pareció ponerse pensativo—. Sehun también lo conoce.

Parpadeé sorprendido.

—¿Qué? ¿Nuestro hermano Sehun conoce a Park?

—Sí. Sehun le hizo un montón de fotos para ese artículo sobre él que apareció en Texas Monthly el año pasado.

—Menuda casualidad —dije con expresión pensativa—. Bueno, ¿y qué impresión le dio a Sehun?

—No me acuerdo. Tendré que preguntárselo. —Frunció el ceño— ¿Tú crees que Park pretende alguna clase de venganza contra los Doh?

Cᴀᴇᴄɪʟʟᴜs Dɪᴀʙᴏʟᴜs || CʜᴀɴSᴏᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora