Los Túmulos Funerarios nunca habían estado tan movidos como en ese último mes. Tanto discípulos de YiLing Wei, como de Yunmeng Jiang y los propios remanentes Wen, junto con el líder Wei, estuvieron terminando aquellas construcciones que estaban a medio camino, reparando otras, embelleciendo algunos lugares, limpiando y muchas cosas más para que todo estuviera en perfectas condiciones debido a la primer Conferencia de Discusión que se llevaría a cabo ahí y dónde se reconocería oficialmente a YiLing Wei como una de las seis sectas —ya incluyendo a Meishan Yu, que la anterior conferencia había sido en su territorio—, más poderosas e importantes del mundo de la cultivación.
Tanto Wei WuXian, como los hermanos Wen, el discípulo principal de YiLing e incluso Jiang Cheng habían estado planeando todo para que la conferencia saliese lo mejor posible, y vaya que se habían esforzado.
—Wei WuXian, párate derecho —le gruñó por lo bajo Wen Qing, quien se encontraba de pie a su lado derecho, mientras Wen Ning estaba del lado izquierdo.
—Pero, A-Qing, esto es muy cansado, llevamos aquí desde la mañana —se quejó el patriarca—. ¡Y todavía faltan varias sectas! —se volvió a quejar, mientras se estiraba dramáticamente—. ¿No te puedes hacer cargo tú, mientras yo voy con mis niños? —la Wen rodó los ojos con frustración, de verdad que a veces su pequeño hermano le ponía los nervios de punta.
—Yo no soy la líder de secta, Wei WuXian, por lo menos agradece que no te estamos dejando solo con todo esto —le dijo ella, mientras soltaba un pequeño suspiro—. Además, ya no faltan muchas sectas, solo faltan las delegaciones de YiCheng SongXiao, Meishan Yu y Yunmeng Jiang...
—Mi esposo llegando tarde, eso es muy extraño, ¿Le habrá sucedido algo en el camino? —se preguntó el de ojos grises con un deje de preocupación en su voz.
—No se preocupe, líder de secta Wei, Jiang Cheng no ha de tardar en llegar —la voz de una mujer se hizo presente y Wei WuXian, junto con los hermanos Wen, se recompusieron y miraron al frente.
Una hermosa mujer de largos cabellos oscuros, rasgos delicados, pero mirada afilada, ataviada con túnicas de un tono púrpura, se acercaba con seguridad hacia donde estaban ellos, seguida de cerca por los discípulos de su secta.
—Líder de secta Yu, bienvenida —saludó Wei WuXian haciendo una breve reverencia—. Espero su viaje no haya sido tan agotador —una radiante sonrisa se encontraba en sus labios al ver a aquella mujer, quien era prima de Jiang Cheng y la misma que en la primera visita que le hizo a su pequeña recién nacida A-Xing, prometió -sin importarle la opinión de sus padres- que cuando creciera le entregaría un arma espiritual fabricada por el mismo herrero que hizo a Zidian.
Por supuesto, a Wei WuXian le agradaba esa mujer, aunque en ciertos momentos, especialmente cuando se enfadaba, le recordaba un poco a Madame Yu.
—Igual de agotador que siempre —respondió restándole importancia—. Por cierto, A-Xian, ¿En dónde están A-Yuan, A-Shen y A-Xing? Les he traído unos regalos —y ahí se perdieron las formalidades de líderes de secta para tratarse como lo que eran, familia.
—Probablemente A-Yuan y A-Shen se encuentren con Shijie y A-Ling en la cocina, con la abuela Wen —respondió—. A-Xing viene en camino con A-Cheng —y si la mirada grisácea de Wei WuXian se iluminó al mencionarlos, ni la líder Yu ni los hermanos Wen lo dijeron—. Wen Qing te puede guiar a ellos una vez que te muestre tu habitación y las de tus discípulos —dijo y la mencionada asintió para después hacer una reverencia ante la de túnicas púrpuras.
—Nos vemos en el banquete, A-Xian —se despidió la mujer y con una ligera sonrisa siguió a la Wen—. ¡Aiya! A-Qing, ¿Por qué me tratas con tanta frialdad si somos amigas...? —fue lo último que Wei WuXian y Wen Ning escucharon, al mismo tiempo que veían como ambas mujeres se alejaban seguidas de todos los discípulos de Meishan Yu.
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De hermanos a esposos... ¡Y con hijos!
FanfictionUn día un par de niños con apariencia singulares llegaron al Muelle de Loto en compañía de Nie HuaiSang, quien había estado cuidando de ellos desde que los encontró. Pero ya era tiempo de que alguien más se hiciera cargo de ellos y tenía los candida...