Capítulo 14: Quiero que me hagas tuyo, Jiang Cheng.

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El sol se había ocultado hacía un par de horas ya, pero a pesar de eso el calor se seguía sintiendo sofocante, tanto que cierto hombre de mirada grisácea no lo pensó dos veces al momento de lanzarse con un clavado al agua. Aquella acción sorprendiendo al líder de secta que se encontraba tranquilamente revisando unos documentos en el pabellón que solía usar cuando quería disfrutar un poco de aire fresco.

—Wei Ying, ¿Qué demonios estás haciendo? —inquirió con el ceño fruncido el de túnicas moradas.

—Ah, Jiang Cheng, deberías dejar esos papeles y nadar conmigo —comentó el de mirada grisácea—. Hace demasiado calor como para que estés trabajando, ven a nadar conmigo como cuando éramos jóvenes —le pidió, una sonrisa traviesa en sus labios.

—¿Estás loco? Como líderes de sectas no podemos dar esa imagen a los demás —respondió el de morado con su ceño aun fruncido.

—Jiang Cheng, no hay nadie aquí, los sirvientes se han retirado y nuestros niños ya deben estar durmiendo —una sonrisa coqueta se formó en los labios de Wei WuXian—. Solo somos tú y yo, así que ven —Jiang Cheng sintió un escalofrío recorrer su espalda al ver la sonrisa coqueta del hombre en el agua, por un segundo dudó de lo que debía hacer, pero al final terminó por soltar un suspiro y dejar los papeles a un lado.

Con tranquilidad se quitó sus botas, para después sentarse en la orilla y dejar que sus pies se sumergieran en el agua, Wei Ying al ver que no se metía por completo frunció el ceño, pero no dijo nada, en cambio decidió acercarse a él y posicionarse entre sus piernas. 

Aquella acción logró que Jiang Cheng se tensara un poco, la visión de Wei WuXian entre sus piernas, con el cabello mojado, gotas de agua resbalando por su piel y sus túnicas empapadas pegándose a su cuerpo... Era una prueba muy difícil para su autocontrol.

—Ni siquiera te quitaste las botas antes de saltar al agua —regañó Jiang Cheng al de mirada grisácea, queriendo mantener su mente ocupada en otras cosas para conservar su tranquilidad—. Ni la túnica exterior, eres peor que un niño —Wei WuXian solo rodó los ojos al escucharlo, pero al ver una oportunidad de molestar a su querido Jiang Cheng, no lo pudo dejar pasar.

Por lo que, apoyando su codo sobre la pierna del de túnicas moradas, colocó su cabeza sobre la palma de su mano y miró directamente hacia los ojos almendrados que lo observaban con intriga.

—La túnica me la puede quitar usted, líder de secta Jiang —dijo con voz seductora.

Jiang Cheng sintió otro escalofrío recorrer su espalda, Wei WuXian en verdad estaba poniendo a prueba su autocontrol, la vista que le ofrecía ahora era sin duda excitante, al inclinar su cuello la túnica se había corrido un poco dejando a la vista su clavícula y el inició de la marca que la maldita perra Wen había dejado sobre aquella piel que tanto disfrutaba tocar.

Sin darse cuenta, tragó grueso al ver como una gota de agua bajaba por aquella clavícula.  

—Wei Ying... —murmuró, Wei WuXian sonrió triunfante al darse cuenta de la intensidad con la que Jiang Cheng lo estaba viendo, podía ver el gran esfuerzo que éste estaba haciendo para controlarse a él mismo.

Wei WuXian estaba seguro de que solo necesitaba un pequeño empujón más para quebrar la voluntad de aquel hombre...

—Eres malo, Jiang Cheng —se quejó en un puchero fingido, lo que hizo sonreír de medio lado al de mirada almendrada—. Por lo que me temo que debes recibir un castigo —el de morado ni siquiera tuvo de advertir los movimientos del de negro, Wei WuXian lo jaló con fuerza logrando que cayera al agua.

Ambos emergieron del agua unos segundos después, Wei WuXian riendo a carcajadas, mientras que Jiang Cheng maldecía en voz alta.

—¿¡Por qué demonios hiciste eso!? —exclamó enojado el de mirada almendrada.

De hermanos a esposos... ¡Y con hijos!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora