sᴇʀᴇɴᴅɪᴘɪᴀ |
"~ Hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta ~".
Ella tuvo una vida difícil y con dieciséis años tuvo que hacerse cargo de su hermana menor, evitando que las separen y las envíen a un orf...
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❝TE AMO (parte 2)❞
(Contenido explicito [+18] leer bajo responsabilidad propia)
Sam subió las manos, desabrocho el botón de los vaqueros y bajó lentamente la cremallera. Sin apartar sus ojos de los de ella, introdujo muy despacio las manos en su pantalón, pegándolas a su cuerpo, las deslizo hasta el trasero y avanzo hasta los muslos arrastrando con ellas los vaqueros. Ara no puedo dejar de mirarlo. Se detuvo y, sin apartar los ojos de ella ni un segundo, se lamió los labios. Se inclina hacia delante y pasa la nariz por el vértice en el que se unen sus muslos. La castaña soltó un pequeño suspiro al sentirlo junto a su sexo.
—Hueles muy bien —murmura mientras la empuja suavemente para que caiga sobre la cama.
Todavía de rodillas, toma su pie, desata la Converse y se las quita, junto con el calcetín. Ara se apoyo en los codos y se incorpora para ver lo que hace. Jadeó, muerta de deseo. Le quita la otra zapatilla y el calcetín, y después se levanta y para quitarle los vaqueros. Ella sigue tumbada en su cama, en bragas y sujetador, y él la mira detenidamente.
Sam desabrocha los botones de sus vaqueros y se los quita despacio sin apartar los ojos de los de ella. Se inclina sobre su impronta, la agarra de los tobillos, le separa rápidamente las piernas y avanza por la cama entre ellas. Se queda suspendido encima de ella.
Mete el dedo índice por la copa del sujetador, la baja muy despacio y deja su pecho al aire, empujado hacia arriba por la varilla y la tela. Desplaza el dedo hacía otro seno y repite el proceso.
—Muy bonitos —suspira admirado y con su dedo delinea la cicatriz que tenía sobre uno de ellos.
Chupa suavemente un pezón, desliza una mano al otro pecho, y con el pulgar rodea muy despacio el otro pezón y tira de él. Araceli gime y siente que una dulce sensación desciende hasta la ingle. En ese punto la castaña ya estaba muy húmeda.
Sam desliza una mano hasta la cintura de Ara, sus caderas, y la posa en sus partes íntimas. introduce un dedo por el encaje y lentamente empieza a trazar círculos alrededor de sus sexo. Cierra los ojos por un instante y contiene la respiración.
—Estás muy húmeda. No sabes cuánto te deseo, preciosa.
Introduce un dedo dentro de ella, haciendo que grite mientras lo saca y vuelve a meterlo. Comenzó a frota el clítoris con la palma de la mano, y ella grito de nuevo. Sigue introduciendo el dedo, cada vez con más fuerza. De repente se sienta, le quita las bragas y las tira al suelo. Se quita también él los calzoncillos y libera su erección.
Oh, no... ¿Cómo eso va a entrar?; pensó Araceli.
—No te preocupes —él susurra mirándola a los ojos
Se inclina apoyando las manos a ambos lados de la cabeza, de modo que queda suspendido por encima de ella. La mira a los ojos con la mandíbula apretada y los ojos ardientes. Coloca su miembro erecto delante de su sexo y la penetro con fuerza. Ara grito y apretó con fuerza el brazo de Sam.
Al desgarrar su virginidad, ella siento una extraña sensación en lo más profundo de si, como un pellizco. Sam se quedo inmóvil y la observa detenidamente. Tiene la boca ligeramente abierta y le cuesta respirar. Gime.
— ¿Estás bien, amor?
Ara asintió con los ojos en blanco y agarrándose a sus brazos. Se siente llena por dentro. El lobo sigue inmóvil para que pueda acostumbrarse a la invasiva y abrumadora sensación de tenerlo dentro de ella.
—Voy a moverme, nena — susurra un momento después.
Retrocede con exquisita lentitud. Cierra los ojos, gime y vuelve a penetrarla. Ara grita por segunda vez, y se detiene para mirarla.
— Sigue. — pide la castaña y Sam se vuelve a mover, pero esta vez no se detiene.
Se apoya en los codos, de modo que ella siente su peso sobre si, aprisionándola. Al principio se mueve despacio, entra y sale de con cuidado. Y a medida que se va acostumbrando a la extraña sensación, Ara comienza a mover las caderas hacia las suyas. El lobo acelera sus movimientos. Ella gime y la embiste con fuerza, cada vez más deprisa, sin piedad, a un ritmo implacable, y ella mantiene el ritmo de sus embestidas.
Agarra la cabeza con las manos, la besa bruscamente y vuelve a tirar de su labio inferior con los dientes. Araceli comienza a sentir como algo crece en lo más profundo de ella. Va poniéndose tensa a medida que la penetra una y otra vez. Su cuerpo tiembla y arquea su espalda. Ambos están bañada en sudor.
Ella no sabía que sería así... No sabía que la sensación podía ser tan agradable. Sus pensamientos se dispersan... No hay más que sensaciones... Solo él... Solo ella...
Su cuerpo se pone rígido.
—Córrete para mí, nena. —susurra sin aliento haciendo un camino de besos desde sus labios hasta su cuello. Ella se dejo ir en cuanto escucho eso, llego al clímax y estalló en mil pedazos bajo su cuerpo. Sam al mismo tiempo mordió el lateral del cuello y luego lamió.
Confundida Ara abrió los ojos. Sam apoyó su frente con la de ella. Tenía los ojos cerrados y su respiración era irregular. Parpadea, abre los ojos y la besa con delicadeza.
—¿Te he hecho daño? —preguntó Sam mientras se tumba a su lado apoyándose en un codo. Le pasa un mechón de pelo por detrás de la oreja. Y ella no puede evitar esbozar una amplia sonrisa.
— Estoy bien. —respondió dejando un beso en sus labios. Sam la tapo con una manta y contemplo su rostro por un rato.— ¿Qué ha sido eso?
— ¿Qué cosa?
— Me... ¿Mordiste? — toco con sus dedos el lugar donde el lobo había hecho una marca.
— Es una marca de la imprimación. — explicó el lobo jugando con el pelo de su novia. — Ahora mi olor quedará en ti y todos sabrán que me perteneces.
— ¿Estás diciendo que todos sabrán que lo hicimos?— él asintió y Ara se sentó de un saltó haciendo que la sabana que cubría su cuerpo caiga.— Te advierto que si los chicos comienzan con sus comentarios, esto no se repetirá.
— En ese caso me adelantaré. — se lanzó sobre ella para comenzar a besarla. — Será una larga noche, preciosa. — Ara rio y volvió a besarlo.