Le dolía bastante la cabeza, esas copas de vodka mas el vino que trajo Alanna no le habían sentado muy bien, él no acostumbraba a beber tanto pero esa noche se sentía feliz después de mucho tiempo y se dejó llevar.
Después de la marcha de su amiga, Viktor y él intercambiaron unos besos y la cosa subió de tono, fueron hacia la cama y allí compartieron más que besos pero, al menor le comenzó a dar vueltas todo y empezó a sentir ese molesto dolor que le tenía aún despierto. Viktor se preocupó y paró, le trajo agua con un analgésico, le ayudó a ponerse el pijama y ahora se encontraban tumbados y abrazados. Habían pasado dos horas, el ruso dormía plácidamente con el menor acurrucado en su pecho, pero éste seguía despierto, estaba dándole vueltas a toda la situación que estaba viviendo y poniendo en orden sus pensamientos.
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~~~ Trabajaba en un restaurante al norte de la ciudad, estaba feliz, era valorado por su jefe y compañeros, no era un restaurante demasiado grande ni de renombre pero había logrado llegar al puesto de jefe de cocina que tanto había soñado y Louis, el dueño, le había dado esa oportunidad confiando en sus dotes para la cocina y su duro trabajo. Era feliz, los clientes admiraban su comida y el local había aumentado sus ventas desde que él se puso al frente y llenó de platos nuevos la carta, no tenía un gran sueldo pero vivía bien, no necesitaba lujos ni mucho menos, solo lo suficiente para vivir tranquilo.Todo iba bien hasta que un dia Louis le comentó que debía cerrar el restaurante, tenía sesenta años y quería jubilarse, tenía problemas de huesos que hacían que cada día aguantara menos las largas jornadas que conllevaban tener un negocio de hostelería y había aceptado la oferta de un comprador que quería demoler el restaurante para poner otro negocio. Horacio, muy a su pesar, tuvo que empezar a buscar otro trabajo rápidamente ya que necesitaba el dinero, no se podía permitir quedar desempleado, sinceramente le hubiese gustado mucho poder quedarse él el restaurante, pero desgraciadamente no contaba con el dinero suficiente para afrontarlo. Un día antes de cerrar, Louis habló con el chico, le comentó que estaba muy orgulloso de su evolución como cocinero y que conocía de un restaurante en el cual necesitaban personal, no sería de jefe de cocina como empezara, pero podría aspirar a ello con el tiempo y podría adquirir tambien varios conocimientos nuevos ya que era un tipo de cocina diferente el que allí se hacía, mas sofisticada.
Horacio miraba la tarjeta que Louis le había entregado, Greco Rodríguez decía, mas un número de teléfono. Llamó y le citaron en el restaurante mas céntrico que el empresario poseía, cuando llegó allí comprobó lo diferente que era el centro del norte, la decoración de aquel lugar era muy cuidada y moderna y la cocina era inmensa. Tuvo una entrevista personal con el señor Greco el cual le enseñó las instalaciones y le presentó al personal con el que, a partir del día siguiente iva a trabajar, ya que gracias a la recomendación de Louis, Greco no necesitó mas que hablar un poco con el chico para comprobar las ganas que tenía de trabajar y de formar parte de su proyecto.
Cuando entró a la cocina junto al empresario quedó atónito, el jefe al mando y encargado de ese restaurante era un conocido chef del que había oído hablar mucho en la ciudad, Horacio admiraba su trabajo, poseía varios premios y reconocimientos por sus creaciones y el chico estaba entusiasmado de poder ser su mano derecha y poder aprender de él ya que su puesto sería segundo chef. Lo saludó efusivamente y siguió a Greco quien tambien le presentó a sus ayudantes, Viktor y Alanna.
Comenzó a trabajar duro siguiendo las instrucciones de su jefe con detalle, aprendiendo cada receta de cada plato. Dex siempre se quedaba en la cocina horas después de que su jornada hubiese acabado ya que experimentaba con nuevas recetas e investigaba nuevos sabores. Horacio empezó a quedarse tambien y a interesarse por ese hombre que poco a poco, comenzaba a gustarle. La verdad es que era una persona bastante excéntrica, sus comportamientos eran un poco bipolares ya que podía estar concentrado en un plato, como tirarlo segundos después a la basura con vajilla incluida por simplenente no gustarle el resultado, a veces saludaba a sus compañeros y otras no, depende de como estuviera su humor ese dia, mientras daban el servicio de comidas o cenas no podía hablar nadie mas que él, si él te daba permiso, podias preguntar cualquier duda que tuvieras y bueno, a Horacio eso no le gustaba mucho pero su admiración por él le llevó a pedirle con el tiempo una cita la cual el chef aceptó y tuvieron en esa misma cocina, una cena elaborada por él mismo, como no. Al chico no le importó que no le llevara lejos de su puesto de trabajo, todo lo contrario, se sentía feliz de que aquel hombre cocinara para él, es más, se sentía privilegiado, tan cegado estaba por él.
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Érase una vez...
RandomHoracio cuenta un cuento a su hija, es la historia de como Viktor y él se conocieron y pasaron por muchas dificultades hasta poder acabar juntos. Presente y pasado entremezclados para llegar a un final...¿feliz?.