Cap.12

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El chef llegaba al restaurante dispuesto a empezar un nuevo dia, había dormido fatal, se había despertado varias veces durante la madrugada buscando el calor del cuerpo de su novio para esconderse entre sus brazos sin éxito. Después de un eterno viaje en autobús, por fin estaba ahí, intentando despejar su mente con el trabajo, eso le funcionaba casi siempre.

Abrió el restaurante y se adentró a oscuras hasta dar con el cuadro de luces activando las de la cocina y alguna del salón, dejó la puerta cerrada pero sin echar la llave para que, cuando sus compañeros llegaran, fueran entrando sin problema y así él podría quedarse en la cocina sin estar pendiente de venir a abrirles.

Fué hasta la zona de taquillas y dejó su mochila sobre uno de los bancos en el cual se sentó, apoyó los codos en sus rodillas y dejó caer su cabeza sobre sus manos, estaba cansado, más emocionalmente que físicamente. Soltó un suspiro, la pelea que mantuvo con la chef rusa le había dejado un muy mal cuerpo, ¿acaso todos sus compañeros sabían de su relación con Dex?, pensaba frustrado ya que no era por esos cotilleos por los que quería que le reconociesen, si no por su trabajo.

El sonido de la puerta de los vestuarios le sacó de su ensoñación, levantó la cabeza para ver quién era quien llegaba tan pronto, él había llegado cuarenta minutos antes de su hora aunque todavía no hubiese sido capaz ni de cambiarse de ropa, no esperaba a nadie todavía.

-Buenos dias jefe,- saludó Jhon mirando a Horacio preocupado, se veía abatido ese dia y portaba unas grandes ojeras bajo sus bicolores ojos,- ¿te encuentras bien?, le preguntó.
-No es de mis mejores dias, y llámame Horacio,-
-Claro, Horacio, como quieras,-

El de cresta se levantó ante la atenta mirada del ayudante que observaba como comenzaba a cambiarse admirando el trabajado y tatuado cuerpo del chico. A Jhon no le gustaban los hombres, nunca se había sentido atraído por ninguno antes, siempre había estado con mujeres pero había algo en su jefe que hacía que no pudiese apartar sus ojos de él, le había pasado cuando le vió por primera vez el día anterior, también cuando le estuvo ayudando con los postres, como se había quedado embobado admirando sus rasgos con detalle, conseguía despertar algo en su interior pero quitó esos pensamientos de su mente, solo quería ayudarle y quizá estaba confundido.

Horacio seguía en su mundo, dándole vueltas a todo lo sucedido, ni siquiera notaba esos descarados ojos verdes clavados en él hasta que se dió la vuelta poniendose su chaquetilla, abrochándola despacio tapando su torso desnudo, comprobó como su ayudante apartaba la mirada nervioso.

-¿Sucede algo?,- preguntó extrañado.
-Bueno, anoche cuando os fuisteis Viktor y tú, la engreída chef habló de ti, comentó que te ofendias muy rápido y que se te había pegado el caracter de ese tal Dex. Yo la verdad es que no conozco a ese hombre del que hablábais y no puedo opinar, pero si puedo decir que por lo poco que te conozco me pareces una persona amable, atenta, educada y muy profesional, conmigo te has portado muy bien y nos ayudastes mucho ayer a Mia y a mí.

Horacio frunció el ceño, -esa mujer logró sacar lo peor de mi, no me conoce de nada para opinar tan abiertamente sobre mi vida privada,- suspiró de nuevo, -gracias por tus palabras, me ayudan mucho hoy Jhon,- agradeció.
-La verdad es que si pasó algo más ayer cuando Viktor volvió, pero no sé si yo estoy confundido y pude malinterpretar lo que ví, no quiero causar ningún problema,- dijo con la mirada fija en su taquilla.

El chef ya no quería escuchar nada más acerca de esa desagradable mujer que hacía hervir su sangre pero, al ver cómo el muchacho se acercaba mirándole con angustia, quiso saber qué es lo que había visto que tanto parecía preocuparle.
-Cuéntame, no creo que haya nada referente a ella que pueda sorprenderme,- pidió.

-Verás, tu pareja volvió y nos pidió a todos que no hablásemos mas de ti, que te habías molestado y que te respetásemos, luego se sentó y cada uno comenzamos a hablar con los demás tranquilamente.-
-Eh, bueno, después de eso..yo ví, ví..-
-Viste ¿qué?, - preguntó impaciente.
-Ellos estaban muy cerca y ella le hablaba en el oído, puede ser por la música, no lo sé, pero antes de levantarse y salir deprisa del local, Viktor miró hacia abajo y puso una cara como de sorpresa, igual estoy equivocado pero..- tartamudeaba nervioso.
-Escúchame bien Jhon, te lo voy a preguntar una sola vez y por favor sé sincero,- le interrumpio Horacio acercándose más y manteniendo su mirada fija en la de color verde, -¿viste algo fuera de lugar entre Viktor y esa mujer?,-
-Ví lo que te he contado, fué raro, Viktor estaba mirando su móvil sonriendo y ella se sentó a su lado, hablaron muy pegados y luego, bueno, pasó lo que te he dicho, él miro hacia abajo, se levantó corriendo y se fué, igual ella le dió algo por debajo de la mesa, no lo sé-

Érase una vez...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora