Cap.7

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El viernes llegó, ese día el restaurante estaba a tope y todos trabajaban concentrados sin descanso, se ayudaban entre ellos para poder sacar el servicio adelante, todos sacaban sus platos perfectamente decorados con una presentación impecable, todos menos Viktor, que no podía dejar de pensar que esa misma noche su preciosa pareja se marchaba a Nueva York.

El ruso fué regañado varias veces por Dex ya que la falta de concentración le llevó a no dar su cien por cien en sus labores a desempeñar y, dos de sus platos fueron devueltos por los comensales por que no habían quedado convencidos de su resultado, se pagaban buenas sumas de dinero por aquellos platos y no podían dejar que eso ocurriera, debían mantener una calidad.

Cuando por fín el servicio acabó y estaban ya recogiendo y limpiando la cocina, Horacio se acercó a Volkov, -¿Qué te pasa?, hoy has estado muy despistado bebé, a Dex casi le estalla una vena de la frente del cabreo.- le dijo el chico intentando animar al ruso el cual le miró con una sonrisa torcida.

-Siento mucho no haber estado hoy a la altura, estoy agobiado por tu viaje y, además sabes que este fin de semana vendrán dos compañeros a cubrir vuestros puestos y vamos a tener que trabajar más.-
-Tu te adaptas rápido a los cambios, todo va a salir genial, ya verás. Por el viaje no te preocupes, intentaré llamarte en cuanto estemos en el hotel además, tenemos toda la tarde para nosotros solos hasta que salga mi vuelo.-

Esas palabras de su chico hicieron a Viktor sonreir, intentaría terminar rápido de recoger para poder salir temprano y disfrutar cada segundo que le quedara con su sol antes de que tuviera que marcharse al aeropuerto.

Un rato después caminaban hacia la casa del mas mayor, habían acordado coger el coche y pasar la tarde en casa de Horacio ya que aún debía de terminar de hacer su maleta y dos horas antes de salir su vuelo, Viktor le llevaría al aeropuerto. Dex se había ofrecido a recoger al chico para ir juntos hasta allí pero éste se había negado, bastante tenía ya con aguantarlo dos dias enteros.

Llegaron a casa de Horacio, subieron a la habitación donde el muchacho tenía ropa tirada sobre la cama, le costaba decidir que conjuntos llevarse, solía ser muy coqueto y tenía demasiada ropa lo cual hacía que le costara mucho más decidirse.

Viktor le sonreía sentado en el único hueco libre que había en esa gran cama, mientras el menor cogía prenda tras prenda y la sobreponía en su cuerpo para enseñarle al mayor como le quedaría puesta y así le ayudase a decidirse. -Cuanto me gustaría poder acompañarte y estar allí contigo- pensaba el ruso mientras le veía tan ilusionado.

Pasó como una hora y Horacio ya tenía lista su maleta, le pidió al ruso que le ayudara a bajarla hasta el piso inferior donde la dejó al lado de la puerta para después meterla en el maletero del coche. Fueron al salón y le dieron la vuelta al gran sofá dejándolo de cara a la ventana la cual abrieron dejando pasar el suave aroma de las flores del jardín del chico.

Volkov se sentó y palmeó sus piernas invitando a su pareja a sentarse sobre ellas. El menor se acomodó sobre Volkov dejando su espalda pegada al pecho del mayor el cual rodeó con sus brazos al chico y pegando sus rostros se quedaron en silencio disfrutando de ese íntimo momento.

-Eres lo mejor que me ha pasado-, pronunció Horacio pasando sus manos por los fuertes brazos de su pareja.
-Te quiero mi amor, te voy a extrañar mucho estos dos dias pero, espero que disfrutes mucho de la Feria.-
-Lo haré y te mandaré fotos para que veas todo aquello,-

🔞ALERTA🔞

Viktor comenzó a dejar suaves besos en el cuello de Horacio, apartó un poco su camiseta y besó su hombro, subió por su nuca hasta llegar al otro hombro el cual también besó, siguió hasta su oreja, depositó lentas lamidas con la punta de su lengua haciendo al chico suspirar.

Érase una vez...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora