Capitulo 6: Calidez al corazón

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Unos cuantos pasos después, y luego de habernos secado un poco y descansado de aquella experiencia tan aterradora, nos pusimos en marcha para regresar al refugio antes de que anocheciera.

Pero a pesar de todo, no pudimos bajar de la montaña a tiempo. En cuanto vimos que el crepúsculo llegaba a su fin para dar paso a la noche, buscamos un lugar seguro para dormir.

Yo recordé que de pequeño mis padres me llevaron a un área con cabañas en esa montaña, así que le dije a Emily:

-Conozco un lugar por aquí cerca donde podemos pasar la noche, claro, si aún no la han tomado los Nightmares.

-Está bien, vamos a ver. -me respondió con algo de fatiga en su voz.

Al poco rato divise un techo de madera, pero a pesar de sentir alivio por haber llegado antes de que oscureciera, sentía angustia por no saber si sería seguro o si los mutantes no habían descubierto esa parte. Afortunadamente el sitio estaba bien escondido y solo encontramos tres Nightmares humanos que merodeaban por las cabañas.

Fue entonces cuando note que una cabaña tenía la chimenea encendida. Nos acercamos a ese lugar para poder observar por la ventana que se encontraba en lo que supuse que sería la sala del edificio.

En torno al fuego había cinco personas, tres hombres y dos mujeres, los cuales reían y escuchaban música mientras se calentaban cerca de la chimenea.

No sabía si eran malas personas, pero no quería investigar, así que le dije a Emily que nos fuéramos sigilosamente de ahí. Al alejarnos de esa cabaña y acercarnos al norte del área, un hedor putrefacto invadió el ambiente, el cual nos causó nauseas a ambos, Emily parecía estar a punto de vomitar así que le dije que retrocediera, mientras que yo continúe soportando las náuseas que sentía, hasta que finalmente encontré el origen de aquella peste: a un lado de una caseta de madera había una pileta de agua llena de cuerpos de Nightmare, algunos en estado de putrefacción y otros mutilados de una manera tan sádica que hasta yo me sorprendí, parecía algo hecho por Alice o Jack.

Regrese a donde estaba Emily que ya se veía un poco mejor y le explique lo que había visto.

-Mmm... que extraño, ¿por qué querrían amontonar los cadáveres de los Nightmare? ¿Sera una advertencia o un repelente, ya sabes, para los Nightmares? - se cuestionó Emily, algo preocupada por que las personas que estaban ahí fueran hostiles.

Justo en ese momento un joven de unos 18 años, alto, con cabello alborotado y castaño, vestido con una chamarra de cuero, pantalones negros y botas salió de la cabaña, al vernos saco una katana aún más larga que la que había visto usar a Kyle y corrió hacia nosotros sosteniendo su arma con ambas manos. Saqué mi espada y también corrí en dirección al misterioso joven. Levante mi arma a la altura de mi tórax para desviar el posible golpe, pero repentinamente, el chico salto y realizó un tajo horizontal con una fuerza impresionante hacia mi espada, la cual cayó sobre la tierra con un tintineo metálico. Rápidamente la tome y desvíe un ataque que paso muy cerca de mi cabeza. Vi como otra persona salía de la cabaña y se llevaba a Emily adentro, quien gritaba desesperada. Los gritos atrajeron a un grupo de Nightmares, los cuales entraron a la zona de cabañas con sus gruñidos característicos. El chico y yo nos olvidamos de nuestra pelea y decidimos confrontar a las criaturas juntos. Hubo una buena coordinación, pero aun así debía voltear de vez en cuando donde estaba el para observar que ninguno de sus tajos y estocadas fuese a mí. Después de un par de minutos, los Nightmares dejaron de aparecer, parecía ser final de la batalla, estábamos exhaustos y no podíamos continuar la pelea que teníamos pendiente.

-Veo que no tienes malas intenciones, lo sé porque no me atacaste por la espalda mientras luchábamos contra los Nightmares. - dijo después de un rato. - Mi nombre es Edward Nolan, perdón por haberte atacado sin preguntar nada, pero es que...bueno, nunca se sabe.

- Si, tienes razón, no te preocupes. Por cierto, mi nombre es Zack.

Luego me dijo que entrara a la cabaña. Dentro estaba cálido, a diferencia del ambiente gélido de las montañas. Edward me llevo a la sala de estar donde vi a Emily y los amigos de Edward, los cuales la tenían retenida apuntándole con sus distintas armas. Después de que él les explicara que había pasado, las bajaron y comenzó un momento de presentaciones.


El primero en presentarse fue un chico moreno de 17 años llamado Jason Kennedy, que llevaba un machete en el cinto y un fusil de caza con cerrojo, su vestimenta consistía en una camisa de cuadros color vino, pantalón de mezclilla algo roto y botas de vaquero. El siguiente en presentarse fue Otto Sánchez, el más grande de todos (se había robado la ropa de un constructor por lo que llevaba un casco, una playera verde algo sucia, pantalones azules manchados y zapatos de trabajo negros), tenía 27 años y como armas tenía un martillo y dos subfusiles, después se presentó Ashley Stiller, la menor del grupo, tenía 14 años, pero eso no le impedía usar un bate con púas y un rifle. La última en presentarse fue Susan Stiller, hermana de Ashley, tenía 25 años y usaba como arma un mazo y una escopeta recortada, además de un soplete. Ella y Ashley se parecían demasiado, el color castaño claro del cabello, el tono blanco de piel y unas cuantas facciones del rostro, sólo que Ashley aún mantenía rasgos de una niña combinados con los de una adolescente. Ambas llevaban sudaderas negras y pantalones de mezclilla, sólo el color de sus tenis cambiaba, Ashley blancos y Susan rojos.

Yo les dije todo acerca de mi pasado y todos los sucesos ocurridos antes de que llegara con ellos, al terminar Emily se presentó. Después nos dieron comida y finalmente, Jason nos dijo:

-Les daré una cabaña ya que aquí está completamente ocupada y no hay más lugar.

Luego tomo unas llaves y nos dijo que era la cabaña que estaba frente a la suya. Se despidió y luego se fue a su habitación. Salimos de ahí y nos dirigimos a la cabaña de enfrente, la cual era más pequeña que la del grupo de Edward. A pesar de eso se veía muy confortable y cómoda.

Abrí la puerta de madera, la cual rechinó escandalosamente, por lo que miré a los alrededores para ver que ningún Nightmare lo hubiera escuchado. Después de cerciorarme de que todo estaba bien, entre a la cabaña junto con Emily. Encendí la luz del pasillo y ella se quedó admirando el diseño rustico del lugar. Entonces la puerta se cerró dando un fuerte golpe el cual nos sobresaltó, ella termino abrazándome fuertemente como en la cueva. De nuevo esa sensación vino a mí, era como si ella le diera calor a mi corazón que temblaba de frío en estos tiempos tan fríos y oscuros (o al menos eso fue lo que mi cerebro me dijo). Sin darme cuenta de que mi rostro estaba completamente rojo, le devolví el abrazo. Ella se percató del color de mi rostro y se rio.

Después terminamos de investigar el reto de la casa. Me di cuenta de que solo había una habitación con dos camas, por lo que me dio mas pena ya que nunca había compartido habitación y mucho menos con una chica. Nos acomodamos para dormir, después de un rato de analizar mis sentimientos unas horas mientras miraba el techo iluminado por la tenue luz de la luna, senti que Emily se acomodó junto a mi.

- No puedo dormir, me siento sola y tengo miedo. - me dijo con ojos con lágrimas a punto de salir.

Ella se recostó en mi pecho y yo la abrace suavemente.

-Yo estoy aquí y mientras esté vivo no dejare que nada te pase.

No podía comprender lo que sentía por Emily, pero lo que si sabía es que era algo que me hacía sentir feliz. Me estaba enamorado de ella y la verdad me agradaba.

El amor es ese sentimiento que nos da fuerza para seguir y le da calidez al corazón... (una vez más, eso fue lo que apareció en mi mente).


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