Capítulo 20

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Se dio cuenta que fue un error haberlo soltado en medio del enfado, del dolor y de la frustración. De decirlo sin más, sin que su corazón no saliera lastimado, también. Sin embargo, era como si se hubiera liberado en parte. De esa confesión que había guardado para dentro, de no habérselo dicho hacía cinco años cuando dejó que él se marchara con Caroline, enamorado de ella. 

— ¿Eso era lo que me habías querido decir hace cinco años cuando...? — Harry se calló y la miró con el mismo dolor que ella sintió cuando sus sueños se destruyeron.

Asintió con una sonrisa débil.

— No te preocupes, ese enamoramiento ha desaparecido por completo. 

— No me di cuenta — no se dio cuenta de muchas cosas, uno de ellos, los sentimientos de su amiga.

 La había herido y estaba muy lejos de él. 

— Normal, no te lo había dicho. Ni lo notaste.

Harry negó con la cabeza, sintiéndose un imbécil.

— No te disculpes — adelantándose a lo que podría decir y no la hiriese más sin querer  —, es por eso que no quiero que confundamos "esto" cuando sigues casado y estás hablando por el dolor que te dejó Caroline. 

— No, Catherine — eliminó las distancias pese a que ella le había pedido que se fuera, mirándolo con esa decepción profunda que lo estaba matando —. Esto no es algo que se desdeña con facilidad, esto que estoy sintiendo puede ser lo más claro y real que he sentido en toda mi vida. Ni por Caroline, y lamento muchísimo  no haberte escuchado...

— ¡No lo lamentes! ¿Hubiera cambiado algo entre nosotros? No te engañes, Harry. No hubiera cambiado nada — se fue hacia la puerta y la abrió, en clara señal de que se fuera.

El hombre se guardó un suspiro, debía tener paciencia si no quería que ella lo odiara. 

— Si es lo que quieres creer, te dejaré con la fantasía.

Aunque no deseaba irse, sino de quedarse y demostrarle que no estaba echando un farol hacia Cat, fue caminando hacia la puerta, no antes de detenerse y mirándola a los ojos. Por la intensidad, apartó la mirada de él, señal que no era tan inmune como le quería hacer creer, por más que dijera y dijera que aquello no podía ser.

— Más he de avisarte que esa fantasía no la comparto, Catherine. Ni por la ausencia de Caroline hace menos que te anhele y quiera estar contigo.

— No es verdad — insistió otra vez.

Harry cabeceó, y sabiendo que estaba estirando la cuerda ya estirada, se inclinó sobre ella y le cogió de la barbilla,  chocando nuevamente sus miradas. Le estaba suplicando que la dejara en paz, más no podía hacerlo.

— Te hice daño, Cat. No te lo volveré a hacer.

— Entonces, no me digas nada más, no te acerques, no me entregues palabras huecas y vacías.

— No es vacío, ni hueco lo que siento por ti. 

Apartó la cara cuando vio que bajaba, mas sus labios se toparon con su mejilla, erizándola.

— Soy paciente, Catherine.

— Te cansarás — ojalá lo creyera también. Así, sería más firme con él y con su avance despiadado. 

— Sobre lo que respecta a ti, no — no se fue de inmediato, sino que esta ahí, con su cercanía rodeándola y dejándola sin aliento. Si alguien los viera... —. Te dejaré descansar; nos vemos esta noche en la cena.

¿En dónde se había metido?, se preguntó gimiendo para sus adentros.

No le iba a permitir que lo intentara. No. No iba a sufrir por una segunda vez por él aunque estaba segura de que ya lo estaba haciendo.









No soy como ella (Volumen 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora