Su vida era muy buena ahora, su salud anímica había mejorado mucho en los últimos años. El mantener su mente ocupada y no pensar demasiado había sido un gran progreso, sus crisis había disminuido y el insomnio desapareció, pero ¿Por qué si todo iba tan bien el volvió a aparecer en su vida? Y mejor aún ¿Por qué estaba sentada sobre ese tronco junto a él?
- Entonces, simplemente saltaste al agua...- Dimitri sobrellevaba una conversación pacífica con Ellen.
- No tuve tiempo de pensar, la niña estaba a casi nada de entrar al agua también - observaba sus pies con detenimiento, no tenía el valor para levantar su rostro y efentaro, tenía miedo de volver a recordar - No se que hubiera hecho con los dos niños en el agua.
- Esos dos no tienen remedio...- soltó divertido negando con la cabeza - pudo haber sido grave y dadas las circunstancias...- no podría decir en voz alta que talvez ella podría haber sido su víctima. Los niños estaban empezando a seguir sus instintos, no quería imaginar lo que habría podido ocurrir si Daniel se sentía al borde de la desesperación, una situación como esa sacaba sus más desesperados instintos.
Apretó sus dientes fuertemente y negó cansado, llevaba al menos 30 minutos conteniendo la respiración, ¿Como podía ser tan insensible? La pierna le estaba sangrando y ella ni se imutaba. La herida era profunda, la sangre que había brotado de su herida estaba formando un pequeño charco junto a su pie y ella tan solo respiraba con dificultad y su corazón latía como loco, pero no daba señales de dolor alguno, si permanecía un solo segundo más con la tentación justo a su lado, no estaba seguro de controlar su sed. Su garganta se sentía seca y el olor de su sangre le estaba sobre estimulando, sus colmillos se estaba incando en su lengua esperando impacientes.
- Estás sangrando...- paso saliva con dificultad.
- Oh...- Ellen no parecía sorprendida por su herida, era una cortada en su pierna iniciaba un poco más abajo de su rodilla y terminaba algunos centímetros sobre su tobillo. Se levantó aún con la sangre goteando por su pierna, camino hasta el agua y lavo un poco su herida. El corte era profundo, talvez se lastimó en el agua.
- ¡¿Que haces?! - Dimitri la observaba atónito, ¡¿Acaso no sentía dolor?!.
- Lavando la herida...- contesto tranquila, presionó un poco la herida ocasionando que está sangre un poco más. - Es profunda...
- ¡Por supuesto que es profunda! - la tomó del brazo y la alejó del agua - ¿No te duele?...- pregunto observando la sangre caer por su tobillo combinándose con el agua.
- No...- respondió con simpleza - Mi tolerancia al dolor físico es muy alta...- camino rápidamente hasta el borde de la arboleda, tomo su bolso y sacó una venda empezando a cubrir la herida.
- Déjame hacerlo...- tomo la venda y se arrodilló teniendo una mejor visión de su pierna.
Paso saliva abofeteándose mentalmente por ponerse en esa situación, las manos le temblaban ligeramente, ver la sangre verter de manera tan hipnótica, jamás se había expuesto de esa manera poniendo en duda su autocontrol. Mojo sus labios que se sintieron resecos y termino de envolver la veda sobre su pierna.
- Necesitas algunas puntadas...- sugirió.
Ellen no le tomo importancia y solo empezó a sacar su ropa seca del bolso.
- Te podrías voltear...- hizo un círculo con su índice mostrándole lo que quería que hiciera - necesito cambiarme... - Dimitri se volteó sin emitir sonido alguno. Ellen tropezó con sus propios pies tratando de vestirse a toda prisa. Las gotas de agua que aún permanecía sobre su piel entorpecían la subida de sus pantalones, la tela se enrrollaba en sí misma y no podía subirla por sus piernas. - Mierda...- maldijo entre dientes tirando de sus pantalones.
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Dimitri ©
RandomCreí amar casi rozando la locura, pero la perdí. Trate de mantenerme a su lado pero solo causó que mi dolor fuera aún más grande. Y cuando creí que jamás podría volver a sentir amor por alguien más apareciste tu, con tu mirada inocente y tu dulce so...