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— ¿Por qué el jefecito tiene cara de querer destriparnos, justo ahora? — susurro en el oído contrario. Rómulo carraspeó al sentir la pesada mirada de Dimitri sobre ellos.

— Lauren....— arrastró cada letra poniendo ansiosa a la nombrada.

— Si, jefe...— pronunció irguiéndo su espalda completamente.

— ¿Donde está Sky? — los ojos de Lauren se abrieron un poco sin ocultar lo sorprendida que estaba al no tener respuesta a esa pregunta. — He hecho una pregunta...¿Dónde esta mi hija?..

— ¡Felicidades jefe! — soltó nerviosa tratando de evadir la pregunta.

— No lo repetiré una vez más...— sentenció apretando la mandíbula.

— Encontramos su rastreador en su habitación, lo más probable es que lo haya dejado ahí a propósito...— Lauren fulminó con la mirada al chivato de Rómulo.

— Esa no es la respuesta que busco...

— Déjala ser, es lo suficientemente adulta para salir donde le plazca, no tiene cinco años...— agrego Elle entrando al lugar con su abultado vientre. Esos cuatro meses de embarazo le sentaban de maravilla, Dimitri olvidó su enojo en cuanto ella estuvo a su lado y pudo acariciar su suave panza. — Pueden retirarse...— Lauren y Rómulo no esperaron escuchar una sílaba más y salieron pitando del lugar.

El ambiente se tornó pesado cuando la mirada asesina de Elle se posó nuevamente sobre Dimitri, este se removió incómodo sobre su silla de piel. ¿Y como no, si Elle era una arma mortal cuando se enojaba? Se alejó a pasos lentos hacia el otro extremo del escrito y Dimitri sintió alivio con cada paso que Elle daba alejándose de él. Soltó el aire retenido en sus pulmones cuando por fin la vio sentarse cómodamente sobre una de ellas sillas. Elle suspiro sonoramente dejando que su espalda descansará  del peso de su gran barriga.

— ¿Te sientes bien, bebé? — pregunto preocupado al ver su rostro cansado.

— Es muy grande en comparación al tiempo de gestación...— acarició su redondo vientre. — ¿Estas seguro de que no metiste más de la cuenta?...— levantó sus cejas coqueta.

— No te quejaste...— en un parpadeo estuvo sobre su cuerpo desmadejado sobre la silla, besando sus mejillas. — es más estabas encantada, pidiendo más... — mordió su mejilla.

— Y como no hacerlo, si eres buenísimo en la cama...— sus deditos juguetearon con los botones de su camisa — quiero mimos...— hizo un puchero y Dimitri se sintió derretir de ternura. — muchos mimos...

— Se lo que haces, bebé...— mordió su pequeño puchero y se alejó — no voy a caer, Sky no se va a salvar de esta...— Elle suspiro derrotada cuando su treta fue expuesta — por mucho que me encante la idea de hacerte el amor aquí y en este momento. No voy a hacerlo, últimamente tengo la sensación que no veo a mi hija en casa. Y me aventuro a suponer que me está evitando....¿Hay algo que deba saber? — elevó una ceja al ver el rostro nervioso de Elle — ¿Cariño?...

— No fue mi intención ocultartelo, pero Sky tiene miedo de tu reacción...

Se dejó caer sobre su silla esperando paciente a que su hermosa esposa continuara — Soy todo oídos...

— Sky y Daniel están juntos...— el rostro de Dimitri no tenía expresión alguna, eso debió poner a Elle alerta, pero más que preocuparle, le excitó ver esa mandíbula marcada y esa mirada gélida. ¡Maldición otra vez esos calores! — Sky teme que al saberlo, tu le rompiéras a Daniel cada articulación de su cuerpo como lo hiciste cuando te enteraste que él la rechazó...

— Nadie puede lastimar a mi hija sin sufrir las consecuencias...— dijo serio y callo dejando lugar para que Elle siguiera.

— De eso no hay duda...— concedió — Ahora la cuestión es que Sky te evita...porque....

Dimitri ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora