36

1.6K 102 35
                                    

FINAL

Las manos jabonosas se deslizaban por la tersa piel de su vientre ligeramente inflamado. El suave sonido de las gotas de agua cayendo con paciencia sobre su piel le daba un armonioso fondo a la escena. Ellos dos solos disfrutando del agua tibia y su cercanía acompañadas de juguetones toqueteos.

- Me haces cosquillas...- se quejo Elle sintiendo esos dedos bajar tentativamente hasta sus muslos.

- ¿ Quieres que pare?  ¿Es eso?...- llevo sus dedos a la cara interna de su muslo y los hinco con fuerza, causando que la espalda de Elle se encorve contra sus pectorales. - Ya veo que no....- mordió el lóbulo de su oreja.

- Sabes jugar sucio con mi cordura...- tomo su mano y la llevo hasta sus labios, dio suaves besos terminado con una tentativa mordida en su índice. Dimitri jadeo, su eje se sacudió al sentir esos traviesos dientes lastimando su piel.

- Y tu sabes lo que me gusta....- fue su turno de arrastrar sus dientes por la tersa piel de su cuello. - Te amo...- susurro dejando un suave beso en su mejilla.

Elle giro su rostro encontrándose con su mirada, esos hermosos ojos esmeralda le profesaban muchos sentimientos que no podían ser profesados con la ayuda de palabras. Sus rostros se acercaban de a poco llegando a juntarse en un lento y dulce beso. No hacia falta ser brusco, desesperado o hambriento con esos labios que conocían de memoria cada roce y sabor, eran completamente suyos.

Pronto ya no eran necesarios sus labios junto a los contrarios, sus manos se unieron a esa danza de roces y palabras dulces. Se sentía como la primera vez que las yemas de sus dedos descubrieron esa suave piel tan deseosa de ser tocada y acariciada, dejando tras ese roce la flama ardiente de su pasión. No hacia falta nada mas que esas imperceptibles mimos ¿Cómo es posible amar tanto a alguien? Hasta el punto de sentir que el simple hecho de respirar es precioso porque esa persona especial esta junto a ti

- Te amo...- susurro antes de sonreír y descender hasta que el agua tibie le roo la barbilla.

- ¿Qué haces?...- balbuceo inquieta, esa sonrisa podía significar demasiadas cosas, pero por la situación solo pintaba a final feliz. 

- Creo que acabo de ver una sanguijuela en el fondo...-  metió su cabeza bajo el agua. Elle siguió cada uno de sus movimientos atenta a la dirección sus manos y rostro.

Jadeo ante la antelación de aquel acto, los brazos de Dimitri apresaron sus gruesos muslos y se hundió entre sus mojados pliegues. Los dedos de Elle se aferraron a los bordes de la bañera, soltando un fuerte jadeó al sentir las fuertes succiones de los hábiles labios y lengua de Dimitri, sabía lo que hacía, y lo reiteraba a cada segundo que el cuerpo de su esposa vibraba bajo la bruma de sus habidos movimientos.  Después de un par de e minutos sumergido bajo el agua de la bañera, sacó su cabeza de entre las profundidades del agua y de su jadeante chica.

— ¿Qué ocurre, bebé?....— mordió su mejilla — te ves....— barrio su mirada por su entregado cuerpo y completo — ...algo agitada...— Elle le sonrió perezosa.

— ¿Pudiste encontrar a esa sanguijuela, pervertida?...— Dimitri negó dando un casto beso en sus rojizos labios — creo que me ha mordido...

— ¿Debería sumergirme nuevamente para atraparla? — ronrroneoó en su oído y Elle solo atino a asentir perdida en esa bruma de seducción. — Lo haré...— lamió la piel sensible bajo su oreja — Solo asegúrate de mirar hacia arriba, está ahí solo para tí...

Sin agregar más, se sumergió en la bañera y llego hasta su objetivo. Iniciando con una oleada de succiones y mordidas, Elle aún algo perdida fijo si mirada en el techo, encontrándose con un enorme espejo que cubría casi toda la superficie, la imagen que encontró ahí reflejada la encendió aún más. No le era cómodo mirar hacia abajo entre sus piernas por su ya hinchado vientre, pero con el espejo no perdía detalle de todo lo que Dimitri le hacía.

Dimitri ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora