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...

— ¡No de ninguna manera! — Dimitri estaba reacio a hacer lo que Elle sugería.

— ¡Es mi decisión! — decantó Elle.

— Bebé,....— Dimitri se sentó en la camilla y tomó sus mejillas — estás embarazada, vamos a tener una bebé, no los puedo arriesgar así. Si hay que hacer algo debo hacerlo yo, no me perdonaría si algo les llegará a suceder por mi culpa...— beso sus labios suavemente, tratando de persuadirla.

— Por mi bebé, es que quiero hacerlo...— exclamó Elle al cortar el beso. — No quiero que mi hijo nazca en medio de esta venganza estúpida. — Dimitri negó con su cabeza, alejándose un poco. Estaba decidido a no ceder — Escucha Dim...— pidió. — Solo seré el señuelo, una carnada...

— ¡Es lo que ellos quieren que seas, una carnada para pescarme! — soltó algo acalorado. — Puedo enviarte lejos de aquí, mientras busco la manera de llegar a ese malnacido...

— ¡No me voy a ir y es mi última palabra! — soltó Elle mordaz. — No soy una cobarde que huye cuando su trasero está en peligro...

— ¡Maldita sea, eres tan terca! — vociferó Dimitri perdiendo la paciencia. — ¡Júrame que aceptar está locura está bien! — pidió besándola con fiereza — ¡Te amo tanto que si algo te llega a ocurrir a ti o al bebé me doy un tiro!

— Estaremos bien...— prometió.

...

— ¿Sorprendido? — pregunto Dimitri aún con el arma presionando sobre su nuca.

El sujeto apretó los dientes, los inútiles de sus hombres ¿Estaban dormidos o que demonios?¡¿Como carajos entró ese traidor sin armar revuelo?! Tenía que pensar rápido, un movimiento en falso y su cráneo sería atravesado por una bala. Levantó su mirada hasta la chica frente a él, su sonrisa era encantadora. Sus ojos brillaban observando al tipo que tenía apuntandole. Si el imbécil de Bastian hubiera hecho su trabajo ahora su pellejo no estaría pendiendo de un gatillo. Trato de moverse, pero las palabras de Dimitri pararon sus intenciones.

— Un suspiro y te vuelo los sesos...— escucho la bala entrando en la cámara y trago grueso. — Eres tan cobarde que enviaste a inocentes a morir en tu nombre...

— No soy cobarde...— apretó los dientes, estaba harto de escuchar ese calificativo. — dejen de llamarme así, solo use esa ventaja...— dijo irritado — Soy el mayor y si uso a mi hermano menor de tapadera es muy mi asunto, pero eso no me convierte en un cobarde...

— De hecho, no...— agregó Elle ganándose su atención — eso te hace peor que una maldita rata...

— ¡Perra! — Elle se confió y se acerco demasiado, la tomo del brazo colocando su cuerpo de escudo. — Que seas gorda es una ventaja...— río en su oído.

— Cabrón...— susurró Elle. Su metida de  pata había arruinado todo.

— Ahora la ventaja es mía...— dijo sonriendo, la mano de Dimitri temblaba un poco del coraje. Un movimiento en falso y todo se fue al carajo. — Tira el arma o tu noviecita se muere...— su mano se aferró al cuello de Elle con fuerza, logrando que sus mejillas enrojecieran.

Dimitri relajó su mano, obedeciendo.

— ¡Dejas de apuntarle a este bastardo y la que te va a dar un tiro soy yo! — gruñó Elle con dificultad. Dimitri abrió los ojos sorprendido.

— ¡Pero que veo, la zorra te tiene bien sujeta la correa! — se burló, distrayendose un poco. Grave error.

Elle dio un fuerte pisotón en su pie derecho ocasionando que aflojar su agarre. Un codazo en el estómago y quedó libre. Rápidamente le arrebató el arma cargada a Dimitri y giro dispuesta a llenarle el cuerpo a plomo.

Dimitri ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora