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— ¡No lo puedo creer, hace nada saliste del hospital y ahora estas aquí de nuevo! — Dimitri estaba furioso y mas que otra cosa, enojado con el mismo por imbécil. ¡¿Por qué no podía hacer nada bien?! ¡Elle y su hija eran su responsabilidad!

— S-olo son algunas costillas rotas...— respondió sonriendo causando que Dimitri se frustra aún más.

— ¡¿Solo costillas rotas?! — vociferó — ¡A este paso....! — no tuvo oportunidad de seguir continuar pues Elle perdió la paciencia y termino tirando su cuerpo sobre la camilla con Elle encima, que bien se sentía ser la de arriba.

— ¿Se te bajo el enojo? — pregunto rozando su nariz con la suya.— ¿O debo hacer algo para convencerte?

— Bueno....— una de sus manos sujetó su cadera y la otra avenida por su muslo desnudo explorando bajo la bata de hospital. — Podrías hacer algo ya que estamos en esta posición tan comprometedora...— susurró ronco contra su oído y sonrió malicioso al sentirla temblar, arrastró las yemas de sus dedos sobre la suave piel de su nalga y culminó con un fuerte apretón que le saco un sonoro gemido. — y por lo que veo tu estás dispuesta a seguir...— lamió la piel expuesta de su hombro.

— Dim~...

Continuó con su ola de besos húmedos sobre la piel expuesta de su cuello y hombros. Subió descaradamente la bata dejando expuesto su esponjoso trasero, el cual amasó y apretó a su gusto. Los brazos de Elle se sentían como gelatina y todo su cuerpo temblaba sobre el suyo. Tomó su cadera logrando que sus sexos se frotaran deliciosamente sobre la ropa. Los suaves gemidos y el sutil aroma de su excitación se podía percibir en el aire, estaban a merced de sus más bajos instintos hasta que Elle hizo aquella pregunta.

— ¿En serio lo haremos en esta camilla? — jadeó con la boca abierta al sentir los colmillos de Dimitri enterrandose en su cuello.

— Eso sería muy fácil...— susurró ronco contra su cuello — Solo debo bajar bajar mi cremallera...— metió su mano entre sus dos cuerpos y simuló una embestida.

— ¡Ahh! — ese movimiento le causó una deliciosa corriente eléctrica. Los dedos de sus pies se apretaron ente si.

— Así de fácil mi amor...— bajo un poco su cremallera, pero la mano de Elle lo detuvo.

— No quiero que sea aquí...— pidió — Quiero privacidad...

— Una llamada y tendremos este hospital para nosotros dos, solamente...— acarició con fuerza su trasero. Luego soltó una de sus nalga y busco en el bolsillo d esus pantalones.

— ¡No! — sostuvo su mano — Sería mi primera vez y no quiero que sea así tan apresurado...— A Dimitri s ele congelo todo al escucharla decir eso, ¿Era virgen?

—¿Tu no...?

— No...— suspiro con las mejillas sonrosadas, lo que iba a decir a continuacion era vergonzoso — se que sonara absurdo e ilógico, pero aún siendo humana sentía que mi cuerpo, mío alma y corazón ya tenían dueño. Es por eso que no me involucre amorosamente ni físicamente con nadie...— se miraron a los ojos por unos largo segundos — me parece que siempre espere por tí...— sonrió tímida al ver la expresión de absoluta felicidad en Dimitri.

— Creo que me acabas de enamorar aún más...— tomo sus mejillas con delicadeza y rozo sus labios con los suyos — Te amo, bebé...—

✨✨✨

Sentía este doloroso hormiguero sobre tu piel y ese gran nudo en su pecho asfixiarla, necesitaba alivio. Sentía las lágrimas mojar sus mejillas, cuello y finalmente mojar su suéter. Soltó un fuerte suspiro y dejó que todos ese pesar abandonará su cuerpo a continuación subió al barandal del puente y sujetándose con sus fríos dedos, sonrió dolida. ¿Por qué dolía tanto? En verdad dolía como el infierno. Aún con la mirada borrosa por las lágrimas se fijó en las cristalinas aguas que corrían libres bajo el puente, en esta época del año estarían heladas capaces de causar una hipotermia mortal. Se irguió aún sujetando la baranda metálica y sin pensarlo soltó su agarre y cayó dentro. Se hundió cual roca hasta casi rozar el fondo del río, pero su doloroso alivio fue irrumpido por unos fuertes brazos que tiraron de su cuerpo hasta la superficie.

Dimitri ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora