— Ven aquí, bebé...— dejo que Dimitri la dejara de rodillas sobre la cama.
Camino hasta el baño y trajo con él una toalla, Elle frunció el ceño observando con cautela todos sus movimientos. Apartó las mantas y extendió la toalla sobre las sábanas, se recostó sobre ella y la incitó a ir con él.
— Quiero que te sientes sobre mi cara...— algo dentro de Elle se retorció, si que iba a disfrutar de eso, le iba a comer el coño literalmente. No se hizo esperar e hizo lo que le pidió. — recuerda, cariño...no grites...
Elle mordió su puño con fuerza al sentir el primer lametazo en sus mojados labios, esa lengua experta se movía en los lugares correctos. Succionó con fuerza sobre su clítoris y las piernas le temblaron, sus dientes mordían sus labios vaginales, tirando de ellos con fuerza. Pidió que no gritara, pero ese oral la estaba volviendo loca. De pronto se vio a si misma haciendo todo el trabajo, sus caderas se movían sobre su rostro buscando su propio placer y Dimitri no se lo negaba, muy por el contrario, presionaba sus muslos manteniéndola fijamente sobre su rostro. Sintió ese orgasmo llamando a su puerta y trato e apartarse pero Dimitri la sostuvo con fuerza sobre su boca y no pudo evitar correrse, Dimitri bebió cada gota de su squirt no se perdonaría desperdiciar nada de ese manjar.
Dimitri sonrió al verla caer agotada sobre su pecho, la ayudó a incorporarse y sin decir una sola palabra le mostró su siguiente movimiento. Elle se colocó sobre su pelvis esta vez y Dimitri se sacó un condón y no pudo evitar preguntar.
— ¿Un condón? — Dimitri asintió sin dejar de deslizar el profiláctico sobre su erección — Ya estoy embarazada...— no pudo evitar reír al escuchar eso.
Beso su mejilla — Ya lo se, pero quién va a lavar estás sábanas, será tu madre y no quiero que vea nuestro desastre....— mordió su mejilla al ver si rostro sorprendido — así que yo usaré un condón y usted se va a mantener sobre esta toalla que he puesto para no mancharlo todo..¿Entendido?
— Piensas en todo...— enterró sus uñas en los hombros de Dimitri al sentir como su gruesa hombría se abría camino en su interior. — D-duele...— dijo contra la piel de su hombro.
— Estás muy estrecha, relájate...— susurró Dimitri contra su oído.
Inicio un lento vaivén, no querían despertar a todo el mundo. Se recosto dejando a Elle que lo cabalgára a su ritmo, apretó los dientes cuando sintió su miembro siendo succionado por su interior, abrió su boca sintiendo esas endemoniadas caderas hacer maravillas sobre su pelvis. Se obligó a mantener sus ojos abiertos sin importar que tan delicioso se sentía ser derretido por su calor interior, esos hermosos melones se merecían su entera atención, verlos rebotar con cada ascenso y descenso que Elle daba era una verdadera obra de arte. Rebotaban tan hermosamente y la cara roja de Elle que ciertamente no sabía si era por el esfuerzo o por mantener callados sus gemidos lo mantenían en el limbo. Sus manos picaban por estamparse contra esas turgentes y redondeadas nalgas, pero debido al poco escándalo que estaban obligados a hacer, apretó esa abundante carne entre sus dedos viéndola dar un respingo. Fue una suerte que Elle se agotará rápidamente, necesitaba joder ese sube y precioso cuerpo con ganas.
— ¿Estas agotada, bebé? — beso su mejilla que descansaba sobre su pecho. Elle solo hizo un sonido afirmativo mientras buscaba aire.
Volteo sus cuerpos dejando el de Elle sobre la toalla, entro en ella cubriendo su boca con su mano, valor la pena Elle había tenido con fuerza. Empujó suavenente subiendo el ritmo progresivamente, Elle mordía la almohada en su afán de callar sus gemidos, las lágrimas caían sobre la suave alhomada bajo su cabeza. Su rostro estaba completamente rojo por el esfuerzo que tenía que hacer para no gritar a todo pulmón, la imagen que le estaba a dando a Dimitri era demasiado. Empujaba aún más fuerte ante esa imagen tan erótica y el peligro de ser descubiertos lo hacía aún más perverso. Lo que ellos no sabían era que sin importar cuántos esfuerzos hicieran en callat sus gemidos y jadeos, los golpeteos de la cama contra la pared y los sonidos de sus cuerpos chocando se escuchaban en toda la casa.
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Dimitri ©
RandomCreí amar casi rozando la locura, pero la perdí. Trate de mantenerme a su lado pero solo causó que mi dolor fuera aún más grande. Y cuando creí que jamás podría volver a sentir amor por alguien más apareciste tu, con tu mirada inocente y tu dulce so...