Capítulo 12.

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── ¡Confiesa pecador! ──entré de coñazo al cuarto de Eduardo.

Con decir que ni media bola me paró tengo.

Estaba acostado boca abajo en la cama, con la computadora al frente viendo un vídeo al que no le paré mucha bola, pero me di cuenta que tenía los audífonos y que por eso no me había escuchado cuando entré. Así que, arremangando el suéter que llevaba puesto porque la noche estaba fría y yo no quería que me diera gripe, agarré impulso echándome pa' atrás y corrí hasta lanzarme en su espalda, quedando con los brazos agarrándolo del cuello y la cara a un lado de la suya.

El grito que pegó después de eso dejó loco a los vecinos, estoy segura que a ese agudo nadie le llega.

── ¡MARDITOOOOO! ──gritó, quejándose después seguro por el coñazo y el susto, aun así, me reí por la forma en la que había agudizado la voz── Mamaguevo, ¿Por qué te lanzas así? Las bolas me subieron a la garganta.

──Vasié. ──me reí, acomodándome al lado suyo para dejarlo respirar── ¿Qué estás viendo pues?

──Un caso paranormal que me salió en las recomendaciones de yutú y se veía cartelúo. ──me explicó señalando el título en el la página── De vaina no haces que me mee aquí mismo, te pasaste de cono e' tu pepa.

──Mala mía, pero no sabía que andabas viendo eso. ──le comenté, acostándome boca arriba pa' verle mejor la cara. Le puso pausa al vídeo y se me quedó viendo después, cayendo en cuenta que no lo iba a dejar ver el vídeo en paz── ¿Cómo te fue en la universidad?

──Hoy no tuve clases, tenemos un día libre. ──me dijo, encogiéndose de hombros── Entre comillas, porque tenía un coñazo de tarea por hacer también.

──Así andaba yo ayer, apenas van dos semanas desde que empezamos y andan locos. ──me quejé, volteando los ojos── Para nada, porque a mitad de semestre se relajan y cuando ven que no les da chance de dar el contenido, le meten a uno toa' esa verga de una vez.

──Ujum, golosa. ──se burló, me reí con él porque si había sonado feo.

──Pero tengo razón. ──asintió estando de acuerdo a pesar que él estudiaba en otro lado.

── ¿Y eso que andas por aquí a esta hora? ──preguntó, frunciendo el ceño porque sabía que yo no gozaba de salir en la noche y mucho menos de manejar cuando se estaba poniendo oscuro.

──Mi papá venía a hablar una vaina con el tuyo y aproveché de venir un ratico. ──le confesé, si fuese de otra ni me hubiese movido de la cama── Dae se está bañando, así que me vine a molestarte.

Se me quedó viendo con la ceja alzada.

──Aunque eso no es todo, ¿Verdad? ──inquirió, él ya sabía que venía con doble intensión.

Estemos claro en lo cloro, desde el día en que Beomgyu se había aparecido en mi casa y había actuado de esa forma tan cariñosa conmigo, me había quedado la duda dentro de la cabeza y aunque apenas habían pasado dos días desde eso, la vaina esa no me dejaba pensar bien en otras cosas porque siempre me regresaba a la mente ese momento y el si de verdad yo le gustaba. Ese día después de comernos la torta, me había ayudado un poquito con la tarea mientras hablábamos de pendejadas y Sami veía la televisión, pero en todo el rato la manera en la que se estaba comportando me entretuvo haciéndome pensar a pesar que no quería hacerlo en ese momento.

Dos días después, hoy, me había propuesto que a como diera lugar yo a Taehyun le tenía que sacar al menos la letra a, porque no era posible que él supiera algo y a mi no me haya dicho, que somos panas, primos, y me cuenta toda verga de su vida y viceversa. Entonces, cuando mi papá había dicho que tenía que venir a hablar unas cosas con el papá de los muchachos, yo no había perdido el chance de ponerme mis mejores Cross, un suéter y hacerme una medio cola para no parecer una loca antes de subirme a la camioneta de mi papá con él mirándome y preguntándome al mismo tiempo que quien me había invitado como buen personaje repugnante que es.

𝐃𝐄𝐋 𝐎𝐃𝐈𝐎 𝐀 𝐋𝐎𝐒 𝐂𝐎Ñ𝐀𝐙𝐎𝐒. ━ Beomgyu. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora