Capítulo 21.

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── ¿Amor?

Me sequé las lágrimas y procedí a limpiarme los mocos con el pañito que tenía en la mano en lo que Beomgyu prendía la luz del cuarto porque parecía boca e' lobo y eran a penas las diez de la mañana. Se me quedó mirando mientras fruncía el ceño, estaba enrollada en dos cobijas, con el poco de almohadas regadas, los pelos alborotados y llorando porque estaba viendo una película y sabía mayuya que esa vaina iba a ser tan triste porque me tenía berreando desde los primeros treinta minutos; él se había quedado con mi papá, mi tío y mi abuelo afuera porque estaban acomodando las cosas para la comida y el bochinche.

Mi abuela había cumplido años en la semana y a causa de eso nos habíamos venido el viernes hasta Yaracuy para celebrar, porque nunca es suficiente cuando se trata de bochinches. Obvio que me había traído a mi chicle, primero porque mi mamá lo había invitado antes que yo pudiese decirle algo y segundo porque el ya me había confirmado antes de darle todos los detalles, peor que un carajito chiquito, pero aquí andábamos los dos con nuestras mejores pintas de shorts anchos, chancletas y franelillas para aguantar el calor der diablo que estaba haciendo. Hacia media hora que estábamos esperando a mis demás tíos, Daesun y Kai, supuestamente ya venían, pero eso fue hace dos horas y todavía no han llegado.

Esos se aparecen por ahí a las doce.

── ¿Estás llorando? ──preguntó, dejándose ir a donde estaba, lanzándose en la cama para verme más de cerca, se acomodó de piernas cruzadas frente a mi viéndome fijamente.

──No vale, que es. Estoy sudando por los ojos. ──le respondí sorbiendo la nariz, escondiendo lo rojo de esta detrás de las sabanas que me quitó de la aunque ya estaba consciente que había llenado dos tobos de agua con las lágrimas── Es que como se va a morir el tripón en los primeros veinte minutos de la película para dejar todo ese lío emocional, mi loco.

Se río, mirándome con ojos dulces que nada mas hicieron que me diera otro revoltijo en el estómago. Beomgyu tenía muchas formas de hacerme perder la cabeza, pero marico, que me mirara de esa forma tan linda cuando yo estaba más esbaratada que pantalón de mecánico me hacia decirme internamente y preguntarme el por qué había pasado tanto tiempo sin soportarlo cuando realmente era un amor de persona, al menos conmigo y esperaba que fuese solo conmigo.

Que siga mirándome así por mucho tiempo que, aunque no me guste el contacto visual, yo se lo sostengo.

── ¿Qué? ──pregunté, sacando el labio cuando me quitó el pelo de la cara, dejando una caricia en mi cachete── No me mires con esos ojos, Beomgyu.

── ¿Cuáles ojos? Son los únicos que tengo y los únicos que quieren mirarte a ti toda la vida. ──mencionó, dejando un besito en mis labios. Que no me diga esas cosas porque me pongo marica, muy marica── Además, te ves linda cuando haces ver que si tienes sentimientos.

──Cara de tabla, siempre te demuestro que tengo sentimientos. ──le metí su coñazo, sentándome en la cama para acomodarme bien el pelo y la franela que tenía puesta. No había amor si no había coñazos de por medio, así éramos nosotros── ¿Qué pasó? No me digas que mi abuelo te atosigó con como tienes que hacer las cosas bien.

──No vale, quieren comprar unas cosas y no quieren ir ellos. ──comentó, yo ya sabía por donde iban los tiros, era la vieja confiable de mandar a uno a comprar todo porque ellos no querían salir con la excusa que después salían ellos── Y me mandaron a decirte, para que fuésemos en lo que llegan los demás, son tonterías lo que hay que comprar.

──Tengo flojera de salir. ──me quejé, haciendo una mueca y estirando los brazos.

──Te compro un dulcito. ──negoció, abriendo los brazos para que fuese a sentarme con él. Me lancé, pasándole las piernas por la cintura y los brazos por el cuello, me agarró de la cintura en lo que le dejaba un beso corto── ¿Vamos entonces?

𝐃𝐄𝐋 𝐎𝐃𝐈𝐎 𝐀 𝐋𝐎𝐒 𝐂𝐎Ñ𝐀𝐙𝐎𝐒. ━ Beomgyu. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora