Epílogo.

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Salí de la cocina con un tequeño entre los dedos, viendo como Beomgyu miraba atentamente a un Soobin acostado en el mueble con un cojín en la cara mientras pataleaba como un demente. Fruncí el ceño pendiente de comerme mi vaina mientras me iba a acercando para ver que era lo que estaban hablando esos dos, porque en lo que había llegado Alejandro con sus crisis Francisco me había corrido de la sala como si es que esa fuese casa suya.

En otras, Alexander estaba cumpliendo años y mi mamá había aprovecha para hacerle su fiestica bien chévere con la familia y sus amigos que andaba por allá en el patio jugando con el balón que le había regalado mi papá esta mañana. Hasta los momentos solamente estábamos nosotros, los amigos de Alexander y mis dos panas chillando en la sala, por lo que me había tocado ayudar a mi mamá con la comida mientras llegaban mis tías que eran las que frao, le ponían la sazón a la cosa mientras chismeaban.

Me acerqué pasito, oyendo que era lo que estaban hablando los dos pajúos esos.

──Marico, pero que te puedo decir. Tu solito te metiste de cabeza en el peo, te lanzaste hasta sin paracaídas y lo más arrecho es que sabías que ibas a terminar estrellándote. ──comentó Francisco, suspirando después para pasarse la mano por la frente como obstinado── Yo pensaba que no eras tan perro, pero verga mi loco. ¿Qué vas a terminar haciendo?

──Me lancé de jeta y no me arrepiento pues, pero tampoco la vaina es así porque yo no quería que nadie saliera jodío y ahora no sé cómo terminar ese beta. ──le dijo el otro, tratando de no verse alterado, pero era que hasta yo que estaba de salía sabía que estaba alterado. El chisme estaba bueno── Es que yo no supe cómo decirle a la caraja que no pues, que no quería nada. Ahora ando como tremendo guebón, ¿Cómo le digo yo que la que me mueve el mundo es la amiga y no ella?

── ¿Qué? ──alargué viéndolo con los ojos abiertos── Bebé, yo no te conocía así.

Me senté en el borde del mueble en donde estaba Beomgyu, al toque enrolló su brazo por mis caderas, dejando su costado apoyado en el mío y su cabeza en mi pecho. Pasé mi brazo por su espalda y le di el pedacito de tequeño que me quedaba porque sabía que si no se lo daba iba a formar un peo porque cada rato me iba para la cocina y no le traía un coño de su madre, uno porque mi mamá no me dejaba, los que me había robado eran escondida y segundo, porque desde que había llegado estaba consolando a Soobin y no me dejaban escuchar la vaina.

Por maricos, porque Taehyun me mantenía a veces actualizada con los chismes y Soobin tampoco era tan disimulado que digamos.

──Te metiste con dos amigas, ¿Te gusta más esta muchacha que la otra? ──pregunté, sonriéndole para que tampoco se sintiese tan mal, porque estaba que le daba el yeyero loco sentando en el mueble── ¿Por qué le diste alas en un inicio entonces?

──Es que yo a ella le dejé claro que no quería nada, que podíamos andar saliendo como amigos pues. ──contó pasándose la mano por el pelo── Ella fue la que se ilusionó, yo en ningún momento le di esperanzas y me da corte llegar de repente nada más a decirle: ¿Sabes? Te dije que no quería nada, pero es que de verdad me enamoré de tu amiga y verga, lo quiero todo con ella.

── ¡BUENAS TARDES MI GENTE LATINO! ──el cuento quedó mocho porque Paola había entrado a la casa, con las manos alzadas, sonrisa de psicópata y los lentes de sol puestos── ¡Taehyun Eduardo anda cuadrando con una jeva y no me quiere decir quien es!

──Al parecer todo el mundo anda cuadrando, ennoviados, chanceando... ──entró seguidito José, dejando el bolso en una de la las sillas cerca de la puerta para venir con nosotros── Y yo mas solo que la una, triste como un mamaguevo sin que una mosca se le pare.

──Si eres habla paja que el otro día estabas chanceando con la cajera del farmatodo, Yeonjun José. ──Beomgyu se cagó de risa con la cara que le había puesto Jun después de decirle eso── Y que dando lastima, pero no le sale.

𝐃𝐄𝐋 𝐎𝐃𝐈𝐎 𝐀 𝐋𝐎𝐒 𝐂𝐎Ñ𝐀𝐙𝐎𝐒. ━ Beomgyu. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora