Escape

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CLAIRE

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CLAIRE

Tocan la puerta y sin molestarme para contestar la abren. De ahí entra Daniel con una cara de pocos amigos.

—Ven pajarito, vamos a cenar.

Levanto la ceja. ¿Enserio?

Decido no hablar y me levanto. Él toma mi brazo y hace que lo acompañe. Solo que ahora... parece estar diferente. En ningún momento quiso hacer contacto visual conmigo, ni siquiera me vio realmente. No lo conozco de mucho aun así puedo notar que esta raro.

Eso me preocupa, si al depredador le aburre su juguete lo desechan. Tal vez se aburrió de mí, y va matarme. Aunque si fuera así tal vez ya lo hubiera hecho.

No pienses de mas

Me digo a mí misma. Me irrita demasiado este pánico a ser desechada. Me lo han hecho demasiadas vences, que debería ser normal para mí. Pero nunca de ninguna manera se vuelve más fácil.

Llegamos al comedor, ya el ambiente de por si es incómodo de respirar. Soy jalada y me obliga a sentarme en la silla al lado de él, en el otro lado está el imbécil mano derecha de Daniel. Frente mío la hermana mal humorada y a las cabeceras de la mesa los padres. Como siempre diferentes miradas por cada integrante. Odio de parte de la hermana, ese odio que no entiendo me comienza a irritar. Una mirada curiosa de la madre y el padre está más interesada en su comida que en mí.

Daniel suelta mi brazo y comienza comer su comida. El amigo del mafioso a mi lado se acerca y susurra en mi oído.

—Me llamo Gael — lo volteo a ver sorprendida.

—Que fácil obtener tu nombre, Gael — a él le causa gracia.

—Ya recibí una amenaza directa de mi queridísimo amigo a tu lado, y la verdad adoro mi entre pierna, no la arriesgare.

Esta vez le dedico una mueca repulsiva.

—Ella la que te mira como si en cualquier momento te va matar es la hermana Bianca — dice y yo empiezo a comer mientras lo escucho —La madre Fiorella y el padre Asher. En la que menos confiaría seria o el padre o la hermana si fuera tu.

—No confió en nadie — digo.

—Yo pensé que estábamos empezando a formar una gran amistad — el toca su pecho como si lo que dije le hubiese herido.

Rodeé los ojos y seguí comiendo.

—Entonces Daniel ¿Cuánto tiempo tendrás viva a este nuevo juguete? — Bianca le pregunta a su hermano sin embargo si mirada está dirigida a mí.

—Bianca, chiudi la bocca — habla Daniel (Bianca, cierra la boca)

Ellos dos intercambian miradas.

—Solo pregunto — dice, pero hay pura malicia en su tono. Su mirada vuelve a mí y hago puño mi mano alrededor del tenedor.

No creerás que me quedare de brazos cruzados esperando mi muerte estúpida.

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