VÍBORAS

Vivir con el Dolor

Daniel

Tal vez sea vergonzoso aceptar me e apegado al whisky para ahogar mi contaste ira y tristeza. Irónicamente el mismo alcohol me recuerda a ella y lo mucho que le gusta beber.

Es como haber fallado de nuevo, y esta vez le falle a Claire, mi pequeña pajarito. Cada que intento cerrar mis ojos y dormir su imagen de su rostro con la mirada seria pero una sonrisa juguetona se vuelve una tortura.

No han encontrado nada, nada ni siquiera su cuerpo. Por eso quiero mantener mi esperanza que de alguna manera se las ingenio para salir sin que nadie se percatara, es una chica astuta es capaz de eso y más.

Pero también esta el otro lado de la historia que es que si esta muerta y solo es cuestión de tiempo para ver su cuerpo sin vida. Pero mi mente desecha esa idea, simplemente no la aceptare. Ella es mía y tiene que estar viva.

No es de las mujeres que muere de esa manera, puedo imaginármela diciendo que no le parece una manera cool de morir.

Mi impulso de buscar a alguien a quien culpar termina culpándome a mi mismo. Ni si quiera creo que golpeando o matando el estrés en mi se libere. Lo que necesito es a ella y saber que está bien, traerla devuelta a casa. Nuestra historia no pudo haber acabado pajarito.

Tocan de nuevo la puerta, pero sé que son Gael y Bianca, no respondo ante su llamado. Nada de lo que me digan me harán cambiar de humor.

Se que también les afecto lo de Claire, lo noto en sus caras, también hay tristeza. Creo que la empezaron a querer como yo, y sinceramente me sorprende que Bianca la aceptara, con Jackie nunca pudo.

Se que lo que mi mejor amigo y hermana quieren es seguir con nuestras vidas, se que la muerte es parte de lo que nos dedicamos, pero no, no estoy listo para aceptar la muerte de Claire.

Otros golpes en la puerta

—Solo lárguense — gruño apretando mas fuerte el vaso con liquido ámbar.

—Hijo... ábreme por favor

Bien si mi madre a llegado entonces tal vez e pasado mucho tiempo encerrado. Sin energías camino y abro la puerta.

Sus ojos verdes me estudian y arruga la nariz al oler el alcohol, pero no lo menciona.

—Es hora de que salgas, tu eres el jefe hijo mío.

Solo la miro y intento asentir con la cabeza mientras mantengo mi mandíbula tensa debido que ahora es mas fuerte la necesidad de llorar, pero lo reprimo.

—En la casa hay muchas caras largas hijo, pero no puedes permitir que tu imperio caiga por el dolor que sientas en el corazón — su mano acaricia mi pecho por encima del smoking —Ya has pasado por este duelo y lo puede volver a sobrellevar.

Respiro hondo y deje el vaso aun lado.

—Tienes razón madre.

—Eso es, ahora ve y comienza a hidratarte. ¿Todavía esta en pie ese arreglo con Román?

Gruño irritado, no quería recordar eso, pero debo hacer algo para que ese pedazo de mierda no vuelva a meter sus narices en donde no debe ni dañar a nadie mas de mi familia. Por ahora tengo que encargarme de imperio, así que tendré que vivir con el dolor aun lado.

—Si, debo encargarme de el lo antes posible.