Claire
Me e levantado aun soñolienta caminando hacia la cocina donde tomo agua y veo el refrigerador para buscar algo que comer. Daniel parece no haber vuelto así que debo aprovechar mi momento a solas.
Sigo tomando agua, pero no alivia mucho a mi sed, dejo el vaso aun lado mientras siento un escalofrió recorrer mi cuerpo, debo estar sudando, pero su frio. Miro mis manos en la mesa y está de nuevo el temblor que no puedo controlar.
Si tan solo tuviera un poco de ese liquido adictivo, podría calmarlo y volver a la normalidad.
—¿Claire?
Me incorporo de inmediato, miro detrás mío y a quien le corresponde la voz es a Bianca quien me ve con sus cejas arrugadas en preocupación.
—Bianca — trato de que mi voz no suene insegura.
Su mirada baja a mis manos que luego oculto detrás en mi espalda.
—Explícame que pasa
—Nada — niego viendo a otro lado que no sean sus ojos verdes.
—No digas que nada dime ¿Te puedo ayudar en algo? ahora podemos confiar en nosotras no lo arruines mintiéndome.
Aun que intente ocultarlo con Bianca es imposible.
—Bien te lo diré, pero no se lo puedes contar a Daniel, el no lo puede saber aún.
Sus manos van a sus caderas viéndome expectante a que hable primero. No tengo otra salido así que se lo cuento.
...
Imagine que ella iba a preocuparse, pero llevarme a todos lados con ella para poder vigilarme me parece innecesario. Seré un pajarito para la familia Greco, pero a este pajarito no le gusta estar encerrado.
Intente mantenerme quieta con ella, en su oficina mientras la veía en su computadora trabajando, cuando fuimos de compras y a la bodega de armas. Pero ser perrito faldero no es lo mío, ya no más.
Llega un momento en el que el pajarito se aburre y escapa.
Tomo uno de los tanto autos y me voy de la mansión, el temblor de mis manos es aleatorios y solo empeora mi sed.
Necesito solo uno poco.
Debo conseguir algo, siempre suelen vender esas cosas en rincones poco trascurridos y oscuros donde hay un hombre solitario.
Conduzco por las calles de roma buscando uno de esos lugares, cuando ubico a uno me bajo intentando ocultar mi temblor.
—Disculpe chico ¿tienes hierba?
Un chico encapuchado con ojos azules cabello café me queda viendo confundido.
—non ti capisco bella — (no te entiendo hermosa)
—Necesito que me des algo
El nota mis manos y parece comprender lo que pasa.
—Capisco, vieni con me — (entiendo, ven conmigo) él sonríe y me tiende la mano. Yo lo quedo viendo y supongo que se refiere a dinero, justo este momento es en que recuerdo que no traigo ningún centavo. Suspiro maldiciendo al aire.
Me doy la vuelta al auto, debo regresar luego. Pero no logro irme ya que el chico me toma de la cintura jalándome a él.
—Non ho detto che puoi andare piccola — (No dije que puedes irte bebé)
Esta vez lanzo mi codo hacia atrás logrando golpear su cara lo suficiente fuerte para que me suelte. Doy media vuelta para encararlo, pero otras manos me toman y me ubican detrás de el mientras con su arma apunta en la frente al vendedor.
—Daniel — digo su nombre.
—Esci subito o ti decoro la fronte con l'intero caricatore della mia pistola— (Sal ahora o te decoraré la frente con todo el cargador de mi pistola) dice Daniel con tono amenazante el chico cambia su expresión a una aterrorizada mientras levanta sus manos —Non pensare nemmeno di avvicinarti di nuovo a lei (Ni siquiera pienses en acercarte a ella de nuevo)
Solo veo la silueta del chico salir corriendo cuando Daniel se da vuelta y me toma mi rostro con ambas manos.
—¿En que estabas pensando pajarito?
Ver sus ojo gris de alguna manera me hizo sentir relajada, aun que me estuviera viendo como si quisiera estrangularme y besarme al mismo tiempo.
—Yo-... Bianca te lo dijo ¿no?
El no contesta solo toma mi mano y me dirige a su auto, volteo y intento decirle que trage otro auto, pero me ignora y a regañadientes me hace meterme al auto.
Arranca manteniendo la mirada en la carretera cada vez aumentando mas la velocidad del auto.
—Daniel
—¿Por qué no me lo dijiste a mí? — por su tono me hace pensar que esta molesto. Me tomo unos segundos antes de responderle.
—No estaba preparada a saber como te lo ibas a tomar.
—¿Cómo me lo iba a tomar? ¿Es enserio Claire? Ya deberías saber que haría cualquier cosa por ti.
—¿Cualquier cosa? — le muestro mis manos y su evidente temblor —Consigue solo un poco de eso, prometo que será solo un poco.
—No hare eso. Eso no, te ayudare a salir, pero no me pidas que te de ese veneno.
Suspiro rendida.
—Dijiste cualquier cosa
—Principessa necesito motivación en estos momentos, no aumentar mi deseo de matar a alguien hoy.
Lo miro y al ver como sus nudillos se tornan blanco al apretar el volante con fuerza y se me ocurre una respuesta divertida.
—No te puedo follar si estas en la cárcel, ¿Suficiente motivación?
—Joder sí.
El pisa el freno colocando su brazo frente mío evitando que mi cuerpo choque con el auto y cuando el auto esta quieto se desabrocha el cinturón y me toma el rostro para besarme con furia.
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VÍBORAS
ActionNo solo el veneno es letal. Esto es la mafia italiana. Claire una huérfana que aprendió que la vida no es fácil de la manera difícil. Una noche después de varios tragos bailando en una discoteca se topa con un hombre que todo en el señala peligro...