Capítulo 5 - La habitación

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"...siempre estaremos juntos..."

Lucas despertó agitado luego de escuchar la voz de ese hombre en su sueño.

Miró a su alrededor moviendo con rapidez de un lado a otro logrando únicamente sentirse más mareado. Todo a su alrededor estaba oscuro, sutiles siluetas que eran irreconocibles se dibujaban frente a él por la casi nula luz que entraba en aquella habitación.

El olor a humedad y a pintura combinados ayudaban a que su jaqueca fuera más intensa al punto de que las ganas que tenía de vomitar fueran difíciles de controlar junto con las contantes punzadas que sentía en la cíen.

Extendió sus brazos tratando de tocar lo que sea que estuviera a su alrededor o al menos para saber el tamaño del lugar donde estaba. Tan pronto extendió sus brazos pudo escuchar un tintineo de unas cadenas moverse y se dio cuenta de que sus muñecas se sentían presionadas y pesadas.
Asustado tocó sus muñecas dándose cuenta que las tenía encadenadas, tocó sus piernas al sentir la misma presión dándose cuenta que también estaban encadenadas.

Dejó salir un grito ahogado mientras trataba con desesperación de liberar sus manos y pies pero era imposible, sin la llave no había forma de poder liberarse. Se detuvo dejando sus manos a un lado de su cuerpo tratando de no hiperventilarse y no perder la conciencia nuevamente.

Al quedarse en silencio podía escuchar el fuerte latir de su corazón y como su respiración comenzaba a agitarse cada vez más, miraba a su alrededor asustado buscando cualquier cosa que lo ayudara a escapar pero lograba distinguir nada en ese lugar tan oscuro.

Se quedó sentado por un tiempo sin intentar nada tratando de pensar en que debía hacer, no sabía dónde estaba ni cómo había llegado hasta, el por qué lo habían llevado, se preguntaba si era por dinero, matarlo, no sabía si seguía en su país o no. No entendía el por qué estaba ahí, que era lo que querían de él, por que había sido el entre tantas personas.

Sabía que quedarse sentado sin hacer nada lo no sacarían de ahí. Volvió a estirar sus brazos tratando de encontrar algo cerca de él y chocó contra un objeto que estaba junto a él, era una pequeña lámpara de baterías, sus manos temblaban al punto que le era difícil poder mover el pequeño interruptor de la lámpara pero luego de un par de intentos lo logró.

Miró a su alrededor nuevamente.

Se encontraba  en una pequeña habitación de no más de 4 m x 5 metros, tenía en techo algo bajo pero lo suficiente como para no tener que encontrarse cuando se ponía en pie.
Notó que era una habitación que no tenía mucho tiempo de estar hecho el olor a pintura lo delataba. En la habitación había una cama individual con una manta gris de felpa y una almohada, la mata aún estaba suave y con el olor tan característico de la ropa de cama cuando está nueva; junto a esta estaba una pequeña mesa de noche seguida de una mesa pequeña de madera con 2 sillas ambas decoradas con unos cojines rojos, frente a la cama había un inodoro y un lavado. Caminó hasta este dándose cuenta que al abrir la llave si salía agua.

Junto ambas manos tomando recogiendo un poco de agua en sus palmas para poder beberla, el sabor era extraño, saboreaba el metal de las tuberías pero no ese sabor cuando están viejas, sino el sabor característico de cuando están recién instaladas y el agua estuvo reposada por algún tiempo.

Levantó la lámpara alumbrando a su alrededor notando que la habitación no era muy grande y que tampoco tenía una ventana o tragaluz, recostó su oído a una de las paredes pero no escuchó nada de afuera, eso lo hizo pensar que estaba en un lugar alejado de la ciudad o en alguna especie de sótano.

Tomó la lámpara y la dirigió hacia la puerta caminando hasta ella pero a unos pocos centímetros de llegar sintió el jalón de las cadenas impidiéndole siquiera tocarla con la punta de los dedos.

EnjauladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora