Capítulo 15 - ¿En qué piensas?

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Como esperaba luego de que Lucas descubriera todo las cosas en la casa solo empeoraban más, se la pasaba preocupado por que haría, cuando comería y si el perdonarlo sería una opción que Lucas consideraría.
Se la pasaba todo el tiempo pensando en eso, al ser semana de exámenes, solo debía cuidar que ningún estudiante intentara copiar pero al estar tan sumergido en sus problemas su menor preocupación era que un grupo de adolescentes de 14 años decidiera entregar el mismo examen.
— Profesor... ¡Profesor!
Le llamo una de las alumnas, Lucía, era callada y tímida le recordaba un poco a Lucas en actitud.
— ¿Qué pasa, necesitas ayuda?
— No entiendo la pregunta 10.
Bajo su mirada leyendo el enunciado en voz alta, explicando sin darle la respira, luego confirmar Don con el resto de la clase si habían más dudas, al confirmar que no volvió a sumergirse en sus problemas ignorando a los demás.
Al sonar la campana cada uno de los estudiantes entregó su examen.
— ¿Se encuentra bien, profesor?
Alzó su mirada para encontrarse con la pecosa de lucia que lo miraba preocupada. Se controló profundamente para no responderle un " ¿qué te importa? ¡vete ya!", solo le sonrió amablemente como solía hacerlo con todos sus alumnos, "estoy bien, solo un poco cansado".

Guardo los exámenes en su portafolio para revisarlos una vez que llegara a casa.
Se dirigió al salir de profesor encontrándose con sus compañeros sentados en la mesa tomando café discutiendo entre ellos. Se acercó para saber de qué hablan, realmente no le interesaba pero siempre era bueno tenerlo cerca en caso que necesitara algo de alguno.
— ¡Oh, mira quien llego! ¡El playboy de los profesores!— Dijo el profesor de ciencias, Marco.
Un hombre mayor en sus cincuenta a, con una calva en el centro de su cabeza, barba canosa y una enorme panza, siempre vestía camisas de cuadros y pantalones cafés. Peter lo odiaba a más no poder pero desde que se lo presentaron logró disimularlo al punto que nadie pensaría que lo detestaba.
— No me llames así, Marco. — Dijo arrastrando una de las sillas al grupo,— ¿De que hablan?
— Que modesto como si no fueras el que mejor se ve todos.— replicó el hombre.
— Hablamos de un alumno que tuvimos hace unos años, que está desaparecido.— Le contestó la profesora de matemáticas, Lily.
Peter intento disimular que sabía de quien estaban hablando.
— ¿Ah si, quien? — Preguntó haciéndose el que no sabía.
— Creo que llegaste cuando el estaba en tercero o cuarto no recuerdo, Lucas Dagger, un chico brillante.
— Era un pesado, pero ahora que desapareció todos lo recuerdan como un ángel.— reprochó Marco.
— ¿Un pesado?— preguntó Peter.
Sabía que Lucas no tenía el mejor carácter de todos pero lo recordaba como un estudiante callado que no se metía en problemas con los profesores pero viniendo de Marco no le sorprendería que sacara lo peor de él.
Antes de dejarlo hablar Lily respondió,— No era pesado, solo era callado y una vez le pidió a Marco que dejara de molestarlo con sus bromas y chistes pesados y ya sabes como es.

Peter no pudo evitar reírse sabiendo que era algo que Lucas haría si ya estaba harto de escuchar los chistes malos y comentarios sin sentido del profesor.
— ¿Cómo saben que desapareció?
— El día de ayer salió en las noticias, la policía lo está buscando. Creen que huyó porque asesino a sus padres y antes de que todo apuntara a él decidió huir.
Contestó tímidamente una profesora joven de la edad de Peter, pequeña y de cuerpo frágil y nariz fina y perfilada, de cabello rubia, Gimena. 
Cuando Peter la miró ella se sonrojó dejando de mirarlo, todos sabían que desde que llegó estaba según ella, secretamente enamorada de Peter.
—  Es ridículo.
— ¿Por qué? Nunca se termina de conocer a alguien.—dijo Peter.
—¿ Por qué matarías a tus padres, y luego huirías sin haberte llevado nada? Es obvio que quien los mato se lo llevo a él, no hay que ser brillante para saber eso.
— El chico era raro, no dudaría que lo hiciera solo porque si y ya por impulso.
— ¡Ya basta Marco, esto es serio! Podría estar en peligro y tu aquí bromeando como un idiota, imagina que aún fuera un estudiante de nosotros.
— Creo que exageras,— Dijo Peter sonriendo, — Debe estar por ahí jugueteando por ahí, aún es joven.
— ¿Quién se va a "juguetear" después de que pasara algo así? Ese chico fue secuestrado, no me importa lo que digan, lo sé. — Dijo una de las profesoras levantándose de la mesa molesta.
— ¿No te vino a buscar un policía a tu Peter? ¿Fuiste tú, lo tienes oculto en casa?— Dijo en un tono burlón el profesor Marco.

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