Capítulo 27 - Dime que me amas

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Se encontraban sentados en el sofá. Peter recostaba su cabeza en el hombro de Lucas, sonriendo tontamente después de que este lo besara. Con las mejillas enrojecidas por el alcohol, alzó la mirada hacia Lucas, quien simplemente le devolvió la mirada, sin cambiar su expresión.
—Hazlo otra vez.
—No, no lo haré.
—¿Por qué no?
—Porque estás ebrio, y no me gustan los borrachos.

Le respondió en tono bromista, tocándole la punta de la nariz en broma, haciéndolo sonreír tímido nuevamente. Lucas había pasado el tiempo suficiente junto a Peter como para saber que esos pequeños gestos lo emocionaban.

Peter lo miró, acariciándole la mejilla con la misma sonrisa boba.

—En verdad me gustas, ¿lo sabías?
—Siempre me lo dices.
—¿En serio no sientes nada por mí?
—¿Después de todo lo que has hecho me preguntas eso?

Peter bajó la mirada, dolido al escuchar esas palabras. Lucas, al notarlo y sin querer perder su atención, le tomó el rostro suavemente, obligándolo a mirarlo.

—Háblame del Peter que aún no conozco. Quiero saber de él, tal vez así entienda porque este Peter hizo todas esas cosas.

Peter apoyó su cabeza en el pecho de Lucas de nuevo, disfrutando del sonido de sus latidos. Suspiró, sintiendo una familiar tranquilidad, como si todo el peso de su cuerpo descansara allí. Alzó su mirada, fijando sus ojos en Lucas, quien lo observaba en silencio.

—¿Sabes por qué me gusta tanto tenerte cerca?
—No, ¿por qué?
—Me haces sentir... seguro, en paz —susurró Peter, dejando entrever un aire de nostalgia en la voz.

Lucas alzó una ceja, sorprendido y ligeramente incómodo. Después de todo lo que había pasado, escuchar esas palabras era lo último que esperaba.

—¿"Seguro"? De todas las cosas que imaginé oír de ti, esta no estaba ni cerca —le contestó en tono juguetón, sin perder su aparente calma.

Peter soltó una risa suave, como si le alegrara que Lucas pareciera sentirse más cómodo junto a él, al punto de bromear. Sus últimas conversaciones siempre terminaban en peleas, pero esta vez era diferente, y eso lo emocionaba.

—A veces, cuando estoy contigo, justo como ahora, siento que todo está bien —entrelazó sus dedos con los de Lucas, acariciando su mano con el pulgar—. Me preguntaba por qué sentía eso, hasta que me di cuenta de que me recuerdas a alguien...

Lucas lo miró con curiosidad, inclinando la cabeza para observarlo mejor.

—¿A quién te recuerdo?

Peter le sonrió antes de bajar la mirada, que se tornó más seria y cargada de nostalgia.

—A mi madre... —contestó con un tono dulce—. Cuando estás junto a mí, me recuerdas a ella.

Lucas mantuvo el rostro impasible, cuidando no revelar sus pensamientos mientras escuchaba en silencio. Ocultar su disgusto se le hacía cada vez más difícil, pero aún así, controlaba cada gesto con precisión.

—Vaya... no me esperaba eso ¿Cómo era ella, que te gustaba? —preguntó en tono casi afectuoso, lo suficiente para que Peter sintiera que realmente lo escuchaba.

—Mi madre siempre fue... especial. Igual que tú. Siempre sabía cómo actuar, era muy inteligente y a la vez cálida.

Lucas sintió un impulso de torcer los ojos con desagrado, pero se contuvo. Escuchar a Peter hablar con tanta dulzura le revolvía el estómago, pero logró mantenerse neutral.

—Siempre sabía lo que me pasaba, antes de que siquiera pudiera decírselo. Como si pudiera leerme. Y lo hacía con una calidez que hacía que cualquier problema pareciera insignificante. Cuando me abrazaba, sentía que todo estaba bien.

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