Capitulo 19 - Cuéntame todo, desde el principio.

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— Muy bien, desde el inicio, cuéntamelo todo tal y como lo recuerdas.
Le dijo el detective colocando una grabadora en medio de los dos.
Había repetido su historia más de 5 veces pero el detective seguía haciendo las mismas preguntas una y otra vez, recibiendo las mismas respuestas.
Era más como si buscara con desesperación el momento en que se equivocara para poder decir que mentía y por acusarlo para cerrar pronto un caso que no le interesó desde un inicio a la policía.

Lucas estaba cansado y agotado de repetir una y otra vez lo mismo.
El detective lo miró echándose hacia atrás mirándolo con arrogancia e incrédulo de lo que escuchaba.
— ¿Cuánto más haremos esto?— Le preguntó un poco nervioso.
— Hasta que yo lo diga, vamos, desde el inicio otra vez.

Lucas lo miró, suspiró y bajó su mirada hacia sus manos sobre su regazo y comenzó a hablar.
—Mis recuerdos no son claros, — Le aclaró antes de comenzar a responder las preguntas nuevamente,—no puedo confiar en ellos ahora mismo... no recuerdo la cara de quién me hizo esto... ni muchos detalles.
— Al menos recuerdas que pasó esa noche?

Le preguntó con cierto cinismo en su voz.
— Solo un poco, pasó muy rápido.
— Bueno cuéntame lo que recuerdes, no omitas nada.

Lucas lo miró ligeramente intimidado por la actitud cruel y fría del hombre.
— Recuerdo que me quedé trabajando hasta tarde, alrededor de la media noche. Era día de inventario, por lo general se hace entre dos personas pero esa noche Rick salió antes porque tenía una fiesta a la que quería ir así que le dije que lo haría yo solo.
— A la fiesta que también irías, ¿correcto?
— Si.— Contestó alzando la mirada.
— ¿No crees que era demasiado trabajo para dejarte solo haciéndolo?
— Ya lo había hecho un par de veces, la cafetería no es un muy grande.
— Tengo entendido que no son amigos, ¿por qué te echarías trabajo extra por alguien que no es tu amigo?
— Porque él lo hubiera hecho por mí... supongo. No es mi amigo pero si me ayudó mucho cuando empecé a trabajar ahí, era como una forma de agradecerle sin tener que decirle gracias.

Lo miró algo fastidiado, le molestaba que Lucas no cayera en sus trampas y siempre respondiera de manera que no se sospechara de lo que decía pero el sabía que ocultaba algo y necesitaba hacer que lo dijera.

«Siempre que vayas a mentir, utiliza recuerdos, conversaciones que si pasaron, es más fácilmente mantener una historia con elementos que has vivido que tener que inventar algo desde cero.»
No era un consejo muy moral pero sí uno que te podía sacar de apuros, no por algo su padre era uno de los mejores abogados defensores de la ciudad, sabía cómo actuar y hablar para salirse con la suya.

«Recuerda Lucas, no se busca la verdad, se busca sembrar la duda.»

— Terminé alrededor de la media noche pasada. Me aseguré de cerrar bien la cafetería y de dejar todo limpio para abrir al día siguiente para los del turno de la mañana.
— ¿Qué pasó después?
— Caminé hasta la esquina donde está el semáforo que da a la calle que lleva a los dormitorios donde vivía.
Se quedó callado mirando sus manos lastimadas.
— Continúa, termina de hablarme sobre ese día.
Lucas lo miró incómodo continuando con la historia.
— Recuerdo que alguien me habló, no recuerdo bien que me preguntó, pero me asustó tenerlo en mi espalda sin darme cuenta, me volteé para preguntar de nuevo que necesitaba y me roció una fragancia dulce en mi cara, como un perfume... no lo sé, no estoy seguro.
Contestó quedándose callado por unos segundos.
— ¿Qué hiciste entonces?
— Lo empujé para alejarlo y me eché a correr...
— ¿Hacia qué dirección?
— A los dormitorios de mi universidad.
— La fiesta a la que ibas era en otra dirección.
— Iba a llevarme mi auto para llegar ahí, pero apenas y pude cruzar la calle antes de sentirme completamente mareado.
— ¿Le viste la cara?
— No, estaba oscuro... pero antes de que cerrara el maletero lo pude ver sonreír mientras tarareaba una canción, mi vista estaba borrosa así que solo pude distinguir que sonreír por el blanco de sus dientes.
— ¿Luego que pasó?
— Desperté atado en una habitación oscura, sin luces. Estuve ahí encerrado por mucho el tiempo, como mantenía las luces apagadas al inicio, no sabía si era de día o de noche.
— ¿En todo ese tiempo ni una sola vez le viste la cara?
Negó con su cabeza.
— Aprovechaba que dormía para dejar comida y luego irse.
— ¿Nunca dijo por qué lo hizo?
— No... lo pregunté pero evadía la pregunta o decía cosas sin sentido.
— ¿Como qué, qué dijo?
— Que yo le gustaba.
— ¿Entonces te llevo por estar enamorado de ti?
— No lo sé, siempre decía cosas sin sentido sobre vivir juntos y así...
— ¿Cómo lograste escapar si te tenía atado y encerrado?
— Me dejaba subir 3 veces a la semana al baño y tomar una ducha, luego tenía que regresar al sótano.
— ¿Aprovechaste ese momento?
— Si, lo intenté varias veces pero siempre fallaba, una vez me atrapó intentando escapar.
— ¿Qué hizo?
— Me golpeó, me golpeó tan fuerte que perdí la conciencia y desperté en su habitación, me había atado los pies para que no escapara, luego tuvimos otra pelea y lo golpee tirándole cualquier cosa que encontrara y el volvió a golpearme llevándome al sótano.
— ¿Recuerdas donde te tenían?

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