Enjaulado

Capitulo 28 - Verdadero enemigo

La mirada penetrante de Peter sobre su cuerpo era como la de un depredador que tenía a su presa acorralada, sin ofrecerle una sola salida de escape. Cada movimiento de sus ojos, cada paso acercándose más, le decía a Lucas que no había forma de librarse de él.

"Mierda... ¿en qué me metí? No debí seguirle el juego tan lejos...", pensó Lucas, sintiendo un nudo en el estómago. Sabía que detenerse ahora destruiría todo el progreso que había hecho para ganarse la confianza de Peter. Aun así, el miedo y una extraña excitación lo mantenían inmóvil. Su mente le gritaba que retrocediera, pero su cuerpo, lo traicionaba al no reaccionar ante las advertencias de su mente.

Peter bajó la mirada hacia la entrepierna de Lucas, y luego deslizó sus labios suavemente a lo largo de su muslo, su respiración cálida y el roce de la punta de su nariz dejaban un recorrido en la piel erizada de Lucas. Por un segundo, la suavidad de ese gesto lo desconcertó, provocándole un escalofrío que lo hizo preguntarse hasta dónde estaba dispuesto a llegar y que tanto valía la pena ese avance que lograría si continuaba. Era la primera vez que Peter no lo intimidaba y mucho menos amenazaba para continuar, y eso lo empujaba a seguir adelante.
"Hoy puede ser diferente, ¿verdad?" Se preguntaba a sí mismo como si tratara de convencerse de ignorar su justificado temor hacia Peter y la situación en la que estaba atrapado, buscaba con desesperación esa voz que le dijera que continuara aunque todas gritaban que no fuera tan ingenuo de creerle después de todas las veces que le mostró lo egoísta y cruel que era, seguir solo lo dejaría a merced de Peter, tal y como él siempre ha querido. Esa falsa ternura y cuidado solo eran herramientas crueles que usaba para controlarlo a su antojo, eso era lo que creía porque era lo único que le había mostrado hasta ahora.

Las manos de Peter, astutas y escurridizas, se deslizaron desde las rodillas de Lucas hasta su cintura, y lo sujetaron con firmeza, tirando de él como si fuera un objeto que le pertenecía. Lucas dejó escapar un gemido ahogado antes de cubrirse la boca con ambas manos, sus ojos casi que al instante buscaron los de Peter con nerviosismo esperando que no lo haya escuchado. Pero al encontrarse con la sonrisa orgullosa de Peter, supo que sí lo había hecho.
— ¿En qué estás pensando? Deberías estás concentrado únicamente en disfrutar esto... tanto como yo lo estoy haciendo.

Lucas bajo su mirada avergonzado de la vista que tenía con Peter entre sus piernas y el recorrido de mascas de sus besos en ellas.

La boca cálida y húmeda de Peter lo hacían reaccionar al más mínimo roce y caricia, se movía con una experiencia y naturalidad que lograban hacerlo tener la mente en blanco sin poder pensar con claridad.

Por más que se oponía terminó por ceder y rendirse ante él, era la primera vez que experimentaba esa clase de placer con Peter, sentía como si de alguna manera buscaba recompensarlo por cómo habían sido las cosas entre ambos hasta ahora.

Lucas cerró los ojos con fuerza, el placer se entremezclaba con el miedo, y su mente ya no encontraba una salida clara más que dejarse llevarse. Su espalda se arqueó instintivamente y un gemido se escapó de su garganta, aunque intentaba suprimir su voz todo era tan nuevo para él que controlarse era difícil y escuchar el eco de su voz era vergonzoso pero excitante a la vez.

"¿Quién es este Peter? ¿Cómo puede ser la misma persona cruel y calculadora a la que tanto le temía? La misma persona que siempre ha priorizado su placer antes que el de él."
Se decía a sí mismo confundido entre la mezcla de sentimientos que abrumaban su mente.

Los recuerdos de su primera vez con Peter eran un recuerdo amargo y doloroso que intentaba olvidar diario, y al igual que su cuerpo respondía al placer, lo hacía con el miedo de recordar el dolor y la humillación de todas esas veces que un no, no fueron suficientes para detenerlo.