Capítulo 3

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Cojo el teléfono y marco el número. Al segundo tono, Junsu me contesta, su voz enfadada desde el otro lado y mi cabeza apoyada en la pared. Miro a un Donghae durmiente entre las sábanas blancas, la única luz en la habitación es la luna que atraviesa la ventana.

-¿Sabes que hora es? Es más, ¿sabes que hoy íbamos a casa de Yoochun a estudiar para el examen de fisiología?

-Lo sé. -Me paso una mano por el pelo y cierro los ojos con la cabeza hacia el techo.- He tenido...tengo un pequeño problema...

-¿Puedo ayudarte? -Pregunta ahora en tono preocupado.

Vuelvo a observar a Donghae. Camino hacia él y me paro a los pies de la cama. Suspiro.

-No podré ir ésta semana a clase.

Después de agradecerle por entenderlo, aunque no sepa las razones, cuelgo y me siento en la silla junto al colchón.

No te dejaré, Donghae. Te lo he prometido y, yo, siempre cumplo mis promesas. Siempre. Por eso estoy aquí ahora, mirándolo y preguntándome qué tan mal se lo estarán tomando toda esa gente que necesita al perfecto Aiden. Porque no me cabe duda, si lo están pasando mal ahora, será peor cuándo sepan que, él, no va a volver. No voy a permitirlo, nunca, jamás, no volverán a hacerle daño, aunque tenga que llevarlo a mi casa para siempre. Donghae será feliz. Un Donghae feliz, sin nombres falsos de por medio.

Suelta un sonido que puedo interpretar como el típico quejido del que bosteza. Pestañeo. Veo sus ojos brillar y sé que ha despertado y me mira fijamente, igual que yo a él. Estiro la mano hasta su mejilla, cálida.

-¿Qué hora es?

-Tarde. -Me encojo de hombros, pues realmente no sé que hora es.- La luna ya brilla ahí fuera.

-¿Vas a quedarte conmigo? -La súplica en su voz me revuelve el estómago.

-No me iré, ¿vale? -Intento que mi voz suene dulce y parece que funciona. Cierra los ojos y asiente, dejando que mis dedos acaricien su rostro con suavidad.

-Lo siento.

-¿Por qué? -Intento apartar mi mano, pero, como cada vez, la coge con la suya y me obliga a dejarla en el sitio.

-Por hacer que me pegaras. -Me suelta la mano. Sin embargo, no vuelvo a intentarlo, sigo acariciando cada parte de su cara y cuello con lentitud y la yema de mis dedos deslizándose por cada venda.- Por obligarte a que te quedes conmigo. Por no dejar que vuelvas a casa con Choco.

-No te preocupes por eso, Hae. -Siento su mejilla más caliente bajo mis dedos.- Choco está con Kangin. Y no pienso dejarte hasta que estés completamente bien.

-¿La semana que viene?

-No. -Dejo su rostro para coger su mano y estrecharla.- Cuando sonrías al espejo y digas tu nombre verdadero sin dejar que las puntas de tu boca caigan.

Corresponde el apretón de manos. Veo, aunque a oscuras, como mueve la cabeza de lado a lado. Escucho un leve sollozo.

-Dudo que eso pueda ocurrir. -Suelta mi mano y la lleva a su rostro.

-Ocurrirá -Le aseguro.- yo haré que ocurra.

***

Hago el mando girar en mis dedos. Me muerdo el labio e intento contener la risa. En la televisión, uno de mis programas favoritos. Y en la cama a mi lado, siento la mirada de Donghae en mí. Al final, estallo sin poder evitarlo. Carcajadas que resuenan en la silenciosa habitacion, que seguramente serán molestas para el castaño. Me tapo la boca y respiro profundamente.

Everybody's fool [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora